«TOCA LA RADIO» EN EL AHPTO

El próximo lunes 13 de mayo inauguraremos en nuestra Sala de Exposiciones la muestra «Toca la radio». Se trata de una exposición de objetos relacionados con la radio en España que ya ha recorrido varias ciudades de toda España.

El acto de inauguración será a las 10’30 horas y contaremos con la presencia del Consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, y del presidente del Grupo Social ONCE, Miguel Carballeda, que es además el propietario de los objetos expuestos.

Por nuestra parte, colaboraremos a que esta muestra sea un poquito más especial con algunos documentos de nuestro Archivo que también se expondrán junto con con el resto de la exhibición. Algunos de ellos ya los hemos comentado en nuestros post habituales, como los guiones radiofónicos de la «Emisión Social Cristiana», pero habrá también otros documentos inéditos. Además, los días 15, 21 y 22 de mayo, y el 5 de junio celebraremos sendas mesas redondas sobre temas relacionados con el periodismo radiofónico, de las que os informaremos puntualmente.

La exposición «Toca la radio» permanecerá abierta en nuestra Sala de Exposiciones hasta el día 7 de junio, los días laborables entre las 10’00 y las 14’30 horas.

LA ESTATUA DEL PADRE MARIANA

Hace algún tiempo ya os hablamos de Juan de Mariana, uno de los más ilustres intelectuales del siglo XVII español, que desarrolló casi toda su carrera en Toledo pero había nacido en Talavera de la Reina. En el AHPTO le tenemos especial cariño porque una de las fachadas de nuestro edificio linda con la plaza que lleva su nombre en Toledo. Pero es en su ciudad natal donde, además de dedicarle una céntrica plaza, existe una estatua en su honor. Su erección fue compleja y tortuosa hasta el punto de que el historiador Luis Francisco Peñalver le dedicó un libro entero en 1996, donde podéis consultar muchos más detalles y documentos, procedentes la mayoría del Archivo Municipal de la ciudad.

Monumento en mitad de una plaza, tras el que se ve una palmera. Sobre una basa alta rodeada por un cerca de hierro baja, está la estatua de un varón con capa, un libro cerrado en una mano y una pluma en la otra.
Monumento a Juan de Mariana en Talavera de la Reina. Créditos: Zarateman, CC0, via Wikimedia Commons.

En el AHPTO conservamos el expediente de una parte de todo este proceso: la cesión del solar para levantar el monumento. Se inicia el 28 de diciembre de 1872, cuando el Ayuntamiento de Talavera pide al Ministerio de Hacienda que se les ceda un solar que el Estado ha puesto a la venta en la Puerta de Cuartos. “Dicho solar”, dicen los próceres, “según la tradición y la opinión constante transmitida de generación en generación, fue la casa en que nació el varón esclarecido Juan de Mariana, historiador de España y honra de esta Nación” y por eso pretenden levantar allí un monumento a tan ilustre convecino. Incluso, si es necesario, se ofrecen a pagar las 170 pesetas en que está tasado el solar. Firman los concejales con su alcalde, Justiniano Luengo, a la cabeza. Al margen, la minuta de la resolución favorable del Director General Tomás Rodríguez Pinilla.

Texto manuscrito: "“Dicho solar, según la tradición y la opinión constante transmitida de generación en generación, fue la casa en que nació el varón esclarecido Juan de Mariana, historiador de España y honra de esta Nación. el Ilustrísimo Ayuntamiento y el pueblo de Talavera todo desearían conservar ese terreno y edificar en él un pequeño monumento".
«…la casa en que nación el varón esclarecido Juan de Mariana.»

Con esto empieza el papeleo. La Administración Económica de la provincia dice el 3 de febrero de 1873 que, para cumplimiento de la legislación vigente, es necesario elaborar una memoria, un proyecto y su correspondiente presupuesto. Al día siguiente, aprovechando que el arquitecto provincial está de visita en la ciudad, el alcalde ordena que se le pida que realice el informe aludido. Pero ya se alude a que “dependiendo la construcción del monumento que se proyecta del resultado que ofrezca la suscripción voluntaria ya iniciada, no es factible hoy precisar su importancia ni otros detalles”. Es decir, que todo dependerá del dinero que se consiga recaudar.

Plano titulado "Plano del solar de la casa del P. Juan de Mariana en talavera de la Reina". es un solar cuadrangular, con un rebaje  en la esquina superior derecha. Tiene escala de metros, fecha y firma del arquitecto.

El 13 de febrero el arquitecto, Mariano López Sánchez, emite el informe en cuestión. Es breve y conciso. Constata que el solar tiene una superficie de 253 m2 y un valor de 157 pesetas y diez céntimos, pudiendo producir una renta anual de nueve pesetas. Se acompaña un plano. Además, el arquitecto hace un segundo informe, esta vez destinado a la Administración Económica, en el que resalta “la escasa importancia y ningún valor real” del solar, que solo tiene interés por su relación con Juan de Mariana, y también la dependencia del proyecto del dinero que pueda recaudarse de la suscripción abierta por el Ayuntamiento.; incluso se sugiere que el Ayuntamiento podría utilizar el local para otros propósitos además de la erección del monumento.

Texto manuscrito: "Villa de Talavera de la reina. Año de 1873. expediente solicitando la comisión del solar que fue casa en que nació el P. Juan de Mariana a fin de construir un monumento que perpetúe la memoria de tan célebre historiador".
Portada del expediente

El 27 de febrero se remite todo el expediente a la Administración Económica, que acaba dando su visto bueno. Nuestros documentos terminan aquí, pero el Ayuntamiento talaverano tardó más de veinte años en reunir el dinero suficiente y encargar la estatua al escultor Eugenio Duque, instalándola finalmente en otro lugar, la plaza que lleva el nombre del ilustre historiador, junto a las Casas Consistoriales, donde puede contemplarse hoy.

EL ESCUDO DE LILLO

A veces encontramos pequeños tesoros entre nuestra documentación, como es el caso del escudo de este municipio toledano, que se halla como portada en el protocolo del notario de Lillo, Bernardo Manuel Ruiz. Es un estupendo dibujo del escudo heráldico de la villa de los años 1785-1787.

No vamos a entrar en su descripción, puesto que no somos heraldistas, y sólo ellos dominan la complejidad de su terminología y exégesis. Pero nos vamos a permitir hacer una somera identificación. A grandes rasgos, tenemos un escudo coronado y dividido en cuatro cuarteles, en los dos superiores aparece un león y un castillo, haciendo referencia a los reinos de Castilla y León, y en los inferiores, por un lado, a la izquierda un cuartel partido con un árbol y círculos o roeles, y en el lado derecho tres flores de lis, y dos lobos pasantes.

Lo curioso es que los elementos de este último cuartel son los que aparecen en el actual escudo de la villa, adoptado tras su aprobación en 1994, que está partido en dos cuarteles y mantiene los lobos y la flor de lis y que podemos ver aquí: (https://bitly.ws/3gNkZ).

Se recogió otra versión del escudo en “Heráldica Municipal de la provincia de Toledo” (https://bitly.ws/3gNgG). Éste parece que estuvo vigente como símbolo de la localidad hasta 1994, de él se tiene noticia al menos en 1964 con motivo del hermanamiento de la villa de Lillo con la del mismo nombre en Bélgica. Contiene algunos de los elementos del histórico: los lobos, representativos del linaje de los Ayala que ostentaron el señorío de la villa, ya lo detallaban las Relaciones del Cardenal Lorenzana de 1782. Con respecto al escudo del siglo XVIII, no incluye la flor de lis, que sí está representada en el actual.

Lo dejamos abierto a cualquier aportación que los expertos en heráldica municipal puedan hacer y que nos ayude a su comprensión.

Este dibujo se lo debemos al amanuense del notario, Luis Crisanto, que demostró ser un magnífico dibujante. En los folios siguientes decoró la portada del índice con el siguiente texto: “Abecedario de los ynstrumentos que contiene este registro publico. Actuados por Bernardo Manuel Ruiz, escribano del Rey nuestro señor, en todos sus reynos y señorios, publico del numero y Ayuntamiento de esta villa de Lillo. Hecho por su amanuense Luis Chrisanto Perez Don Fradique”. Manifestó además ser un estupendo calígrafo, pues encabezando el principio de cada una de las letras del índice, las dibuja de forma artística.

LOS BIENES SECUESTRADOS DEL INFANTE DON SEBASTIÁN

El rey Carlos III de España tuvo muchos hijos. Uno de ellos fue Gabriel de Borbón, quien casó con Mª Victoria de Braganza, hermana del rey Juan VI de Portugal. Digamos que las relaciones familiares entre ambas monarquías venían ya de bastante atrás. El caso es que Gabriel y Mª Victoria solo tuvieron un hijo, Pedro Carlos de Borbón, quien casó con Mª Teresa de Braganza, hija del ya mencionado Juan VI y, por tanto, su prima. De este matrimonio nacería en 1811 en Río de Janeiro el infante don Sebastián Gabriel de Borbón, nuestro protagonista de hoy.

Cuadro que representa a un hombre joven, con bigote y brazos cruzados, mirando hacia su derecha. Lleva una casaca negra sobre la que se ve una medalla.
Retrato del infante en 1835, obra de Luis Ferrant (Museo del Romanticismo, dominio público)

Dos de las hermanas de Mª Teresa, llamadas Mª Isabel y Mª Francisca, casarían tras la derrota francesa con el rey de España Fernando VII y su hermano Carlos Mª Isidro, que resultaron, así ser los tíos y a la vez tíos segundos de nuestro infante, al que llamaremos Sebastián para simplificar. En 1832 Sebastián casó con Mª Amalia de las Dos Sicilias, hermana de la cuarta esposa de Fernando VII, convirtiéndose, además de en doble sobrino, en cuñado del rey. A la muerte de este, toda la familia tomó partido por Carlos Mª Isidro, incluyendo a nuestro hombre quien, tras algunas dudas, se implicó a fondo en la causa carlista. En consecuencia, su prima la reina (más bien, sus regentes) le despojó en 1835 de su título de infante de España y de todas sus posesiones. Si habéis conseguido llegar hasta aquí sin perderos, enhorabuena, porque no es fácil, pero, por fin, ahora es cuando entra en escena nuestra documentación.

Por herencia familiar, don Sebastián era Gran Prior de la Orden de San Juan en España y, como es sabido, esta orden militar poseía enormes riquezas tanto en nuestra provincia como en la de Ciudad Real, las cuales fueron a parar al fisco. Por otro lado, el secuestro de los bienes del infante coincidió con la desamortización de Mendizábal de manera que, aunque ambos procesos son independientes, se ocuparon del asunto las mismas oficinas de la Hacienda pública. Por eso conservamos nosotros algunos de los documentos generados por la administración estatal de estos bienes. La mayor parte son tierras, pero hay también algunos inmuebles más singulares. Por ejemplo, en Consuegra encontramos “un solar donde se hallan las ruinas del palacio que fue de los Grandes Priores, que se halla incapaz de aprovechamiento alguno” y del que hoy solo se conserva un torreón. Y, enseguida, “un pozo de nieve… a la salida para el camino de Almadén, destruido totalmente e inservible”.

"Una casa tercia, edificada por el Gran Prior, en la calle de la Plaza esquina a la del Toledano. Forma una manzana independiente. Tiene todas las oficinas corrientes y en regular estado. En la bodega hay treinta y siete tinajas empotradas, de diferentes cabidas, y en dicha casa se custodian los géneros y enseres que existen y corresponden a la tercia de Madridejos, y ha servido de habitación a sus administradores, y en el día de la incautación se hallava vacante".
Inscripción de la Casa Tercia de Madridejos, 1842

Estas dos anotaciones se encuentran en un libro registro, fechado en 1842, de las propiedades secuestradas no solo en Consuegra, sino también en otras localidades. Así, en la vecina Madridejos se describe la “Casa Tercia”, junto a la Plaza Mayor y “en regular estado”, incluyendo una bodega con 37 tinajas incrustadas en los muros, donde presumiblemente se almacenaba el pago de este impuesto. Recordemos que las tercias reales eran una tercera parte (dos novenos, para ser exactos) de las décimas que la Iglesia cobraba a los pecheros y que se entregaba a la Corona.

"La casa que compró el Señor Infante Don Gabriel para construir el campo santo. Solo existe su solar, sobre el que han edificado dos vecinos de Tembleque dos malas casas y hasta el día no ha dispuesto la superioridad qué canon han de pagar".
La casa que iba a ser cementerio en Tembleque

Llama la atención una propiedad en Tembleque, que es descrita como sigue: “la casa que compró el señor infante don Gabriel para construir el camposanto. Solo existe el solar, sobre el que han edificado dos vecinos de Tembleque dos malas casas, y hasta el día no ha dispuesto la Superioridad qué canon han de pagar”. Que sepamos, las primeras noticias de un cementerio en Tembleque datan de 1880.

"142. Don Juan Francisco Rodríguez Izquierdo. Unas lagunas con una dehesa boyal Inmediata. Hasta agosto de 1849 paga anualmente 2.440 reales de vellón. Deben el que cumpliera en 1847".
Inscripción de las lagunas de Villafranca de los Caballeros

Terminamos con una mención a las lagunas de Villafranca de los Caballeros, en un inventario algo posterior, de 1848: “Unas lagunas con una dehesa boyal inmediata”. Están arrendadas a Juan Francisco Rodríguez Izquierdo, quien paga por su uso 2.440 reales de vellón, aunque se anota que se debe el pago de 1847.

Al finalizar la guerra, el infante don Sebastián permaneció exiliado en Nápoles, donde moriría su mujer. Este hecho y la situación general hizo que volviera a la fidelidad a Isabel II en 1859, por lo que le fueron devueltos sus honores y bienes, no sin cierta polémica política. Don Sebastián moriría en Pau (Francia) en 1875, de nuevo exiliado a causa de la revolución de 1868 y sus consecuencias.

LUIS TRISTÁN: SUS CUADROS Y SUS DEUDAS

Para comenzar el año y desearos lo mejor a todos nuestros seguidores, vamos a recordar una efeméride que se cumplirá este 2024, el cuarto centenario del fallecimiento del pintor toledano Luis Tristán (ha. 1580/85-† 1624). En el segundo semestre de este año, el Museo del Greco organizará una exposición sobre él, según nos cuenta la prensa. De Tristán, más conocido como el discípulo de El Greco, ya os hablamos hace un tiempo https://bitly.ws/38D9M

En 1923, Francisco de Borja de San Román, el primer director del AHPTO, publicó con motivo del tercer centenario un artículo homenaje titulado “Noticias nuevas para la biografía del pintor Luis Tristán”, para la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (RABACHT). Fue el primero que localizó una serie de documentos suyos en diversos archivos, algunos entre las escrituras de los protocolos notariales de nuestro archivo https://bitly.ws/38D7g). Después, otros autores han ido incrementando el conocimiento sobre el pintor con nuevos documentos.

Gracias a ellos, conocemos datos sobre su familia y sobre su obra a través de la contratación de los cuadros que pintó. Pero también los distintos contratos de arrendamiento de casas nos permiten saber dónde vivió. Primeramente, arrendó una casa en el callejón de Gaitán en 1615, un año después otra en la parroquia de San Miguel. En 1618, una que estaba junto a las del arcediano de Madrid, sin poder precisar su ubicación concreta y su última residencia nos consta en la calle del Barco en 1621.

A pesar de no haber vivido muchos años, no fue poca su producción artística y siempre tenemos en mente sus obras principales más conocidas: el retablo de Santa Clara, el retablo de San Benito de Yepes o las dos maravillosas “Santa Cena” de la iglesia parroquial de Cuerva y del Museo del Prado. Es cierto que contó con algunos discípulos en su taller (Camprobín, Miguel de Montoya, Alonso Gutiérrez de Castro, Bartolomé García o Francisco de Herrera), que le habrían permitido aumentar su producción. Sin embargo, hoy vamos a prestar atención a las pinturas que se mencionan en su testamento, extendido el 6 de diciembre de 1624, que eran obras inconclusas que tenía encargadas, pero que no pudo terminar por su temprano fallecimiento. Además, a su confesor, el licenciado Diego Fernández, persona de su confianza a quién también nombró por albacea, junto a su madre, Ana de Escamilla, le entregó en vida una memoria de deudas para que pudiera liquidarlas. Su madre quedó como heredera universal, salvo el remanente del tercio de todos sus bienes, que fue para su esposa Catalina de la Higuera con quien estaba casado en segundas nupcias y con la que no tuvo descendencia.

En el momento de fallecer, tenía concertados unos lienzos con el cura de Orgaz, por los que ya había recibido a cuenta más de 1000 reales, otras pinturas con destino al retablo de Alameda, que había contratado poco antes de su fallecimiento, así como un estandarte en Mocejón por el que ya había percibido 476 reales.

Sus deudas debieron ser cuantiosas, pues tenía empeñados cuatro “países”, es decir paisajes, a Francisco Fernández Maroto. Pedro de Palma tenía en su poder, por la misma razón, dos tablas suyas que eran de Dominico, su maestro El Greco, y un Cristo. Por lo tanto, podemos imaginar hasta que punto su economía estaba dañada.

A Juan Francisco Bozo y a Francisco Agustín, que eran primos, les debe unos 4000 reales. El primero le había encargado que le pintase “la historia de Gofredo” y dice que ya había entregado a su primo 16 cuadros de la serie.

Bozo, comerciante genovés residente en Madrid, tenía un retrato grande y uno pequeño, además de una Verónica, un San Juan Evangelista, un San Francisco y una imagen del Sagrario, todo ello de mano de Tristán, así como una historia de san Hermenegildo en prisión pintado por Blas de Prado. Otros cuatro lienzos más, tenía empeñados en casa de un mercader del Alcaná del que no da su nombre, pero que identifica como que tiene un “lobinillo en el pescuezo”.

Igualmente, tenía comenzados un retrato de cuerpo entero del comerciante genovés Juan Domingo de Santa Águeda y otro de Baltasar de Mesa. Al primero le adeudaba 700 reales, operación en la que estaba obligada su mujer, y tenía en prenda de esa cantidad una Encarnación y dos lienzos de Nuestra Señora de la Concepción, uno con el manto azul y otro blanco.

Por último, se mencionan dos paisajes más obra de su hermano, Manuel de Acevedo, que también cultivaba el arte de la pintura.

Desconocemos su testamentaría y, por lo tanto, cuál fue el balance económico de su liquidación, pero podemos aventurar que las deudas eran elevadas.

Para este “Año Tristán” no podemos dejar de recomendaros estas lecturas sobre el pintor, el libro de Pérez Sánchez y Navarrete Prieto, titulado “Luis Tristán” https://bitly.ws/38DjV. Y el artículo de nuestro amigo, Luis Alberto Pérez Velarde, del mismo título, en el catálogo de la Exposición: “El Greco, Arte y oficio” https://bitly.ws/38Dpz

ESCLAVOS

Cada 23 de agosto, se conmemora el Día Internacional en recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, sobre todo centrado en el final del fenómeno de comercio masivo. Pero esclavos existieron desde la Antigüedad y encontramos algunos testimonios en los documentos de nuestro archivo.

Estamos en Borox, un pequeño pueblo de Toledo a 3 de junio de 1601. Un esclavo de origen turco de nombre Juan de Breteque, va a ser liberado por su dueño, Francisco Bendicho. Nos le describen como mozo de unos 36 años y de buena estatura. Tenía en la cara una marca, se dice que estaba herrado con una ese en el carrillo izquierdo y tenía horadada la oreja derecha. La -s- marcada en un carrillo era la inicial de “sclavo”, como nos explican en el blog Tulaytula (bit.ly/3YFFZSh).

Bendicho lo había heredado en la partición de bienes de sus padres como un objeto más. Su rescate lo sufragaron cuatro personas, vecinos también de Borox, Bartolomé Pérez, Luis de Aguilar, Alonso Grageda y Diego Esteban, que pagaron 40.000 maravedís por él.

La libertad se otorgaba, en general, cuando el esclavo la compraba personalmente o bien mediante el rescate de sus familiares, amigos u otras personas, como en este caso. A veces se concedía graciosamente sin que interviniera dinero por medio. El acto se realizada a través de un documento ante notario que se llamaba carta de ahorro y libertad de esclavo.

Los precios pagados por el “ahorramiento” eran siempre superiores a los de la compraventa, y al parecer el pago por Breteque fue una cantidad bastante elevada. Según Alfonso Franco Silva, estudioso del tema, para libertos en Andalucía se pagaban en el siglo XVI entre 20.000 y 30.000 maravedís (bit.ly/3DZAT9X). Por nuestro esclavo se pagó bastante más.

Los cuatro vecinos o amigos se concertaron y comprometieron a pagar, en dos plazos, la cantidad del rescate. El primer plazo con la mitad del dinero, la abonarían a Francisco Bendicho tres meses después, por San Miguel el 29 de septiembre, y el resto en la misma fecha un año después. En el caso de que antes del plazo convenido falleciera el esclavo o bien su dueño le dejara salir de su casa, se rescindiría el trato y sólo se habrían de pagar quinientos reales que se emplearían en hacer bien por su alma.

Ahora nos preguntamos quiénes eran estos rescatadores. Pues bien, uno de ellos era Alonso de Grageda, morisco natural del reino de Granada, porque años después, en 1610 se prepara para el destierro, junto con la comunidad morisca de la localidad, tal como contábamos en nuestra reciente entrada de 3 de agosto. Es posible que alguno de los otros tres también lo fuese, pero no hemos podido comprobarlo.

Además, sabemos lo que pasó finalmente con Breteque, ya que fue liberado y se dedicó a las labores agrícolas. Esto es así por que años después, un morisco llamado Jerónimo de Mendoza, a punto de ir al destierro, le vendió la sementera de una tierra. Lo que demuestra de nuevo las relaciones de Breteque con la comunidad morisca local, quizá podemos pensar en una relación de amistad o solidaridad entre unos y otros en este pequeño municipio, como integrantes de los estamentos marginados que se arropaban entre sí. Algunos moriscos sufrieron la esclavitud, después de ser dispersados por Castilla tras las revueltas de las Alpujarras, pero no nos consta tal circunstancia para los de Borox.

La presencia de esclavos era más frecuente en los núcleos urbanos, pero hemos visto que también existían en las zonas rurales entre las gentes acomodadas y de linaje, pues la posesión de uno o varios de ellos era una manifestación del estatus social. En la ciudad de Toledo tenemos un buen ejemplo en la escritura de compraventa del jurado Juan Sánchez de la Fuente, que adquirió un esclavo negro a Antonio Rodríguez Cejas, en 1675, al que podemos suponer como intermediario a quién previamente se lo había encargado. Lo obtuvo en Lisboa y era cautivo de guerra, se trataba de un chico de apenas 12 años al que llamaban Domingo Bernardo y al que describen como dentón, con los ojos grandes y de mediana estatura, por el que el jurado pagó 25 doblones de a dos de oro.

Según Ramón Sánchez González, en su artículo Esclavos en el reino de Toledo (bit.ly/3P1Cbra), en el siglo XVII era frecuente la presencia de portugueses en la ciudad imperial que suministraban esclavos procedentes de África y de las Indias.

LOS MORISCOS VENDEN SUS BIENES

Entre otros muchos documentos de moriscos que guardan nuestros protocolos, traemos a colación los de un grupo de ellos que vivían en Borox. En muchos pueblos toledanos residían moriscos de origen granadino que habían sido expulsados de allí en 1571 y que fueron repartidos por distintos territorios de la corona de Castilla. En ellos se mantuvieron hasta la orden de expulsión de 10 de julio de 1610. No obstante, ya desde fines del año anterior, habían iniciado una emigración espontánea, vendiendo sus bienes por precios irrisorios, puesto que, además, no se les permitiría sacar grandes cantidades de dinero.

Justo en estas circunstancias los encontramos. Varios moriscos acudieron ante el escribano de Borox para realizar algunas transacciones de sus bienes a partir del mes de marzo de 1610.

En primer lugar, Hernando López, “vecino de Borox y de los naturales del reino de Granada”, traspasa el arrendamiento de todas las tierras que trabajaba a favor de Francisco Gómez, en la dehesa de Daragebal, que eran del cabildo de la iglesia de Toledo.

Al día siguiente, el morisco Luis de Paz vendió a Ana de Lupiana la sementera de varias tierras que tenía en el término. El mismo día, Luis formalizaba otra escritura en la que vende a Juan de Urueña 30 fanegas de trigo y 10 de cebada, y traspasa todos los barbechos que tiene en la misma dehesa, un total de 16 pedazos de tierra que ocupaban 46 fanegas, por 256 reales.

En los sucesivos días y folios del libro protocolo se incluyen otras escrituras de venta y traspaso de bienes de otros moriscos, como Luis de Aguilar o Gaspar Hernández. Nos hace pensar que toda la comunidad desfilaba ante el escribano, liquidando sus bienes o parte de ellos, pensando en una próxima partida. Como podemos observar, son nombres castellanos que habían adoptado tiempo atrás. Si no estuvieran identificadas estas personas como naturales del reino de Granada, sería imposible saber cuál era su procedencia.

El término morisco procede de «moro», apelativo que se daba en la España medieval a todo musulmán, aunque también se les denominó sarracenos y «cristianos nuevos de moros».  Los moriscos son los musulmanes obligados a bautizarse y a ser cristianos en la sociedad hispana de los siglos XVI y XVII. Su origen islámico es lo que explica su permanencia como grupo durante todo el siglo XVI, pues les unía la conciencia de tener un origen histórico diferente al del resto y, al mismo tiempo, es lo que les diferenciaba de ellos. Mudéjares y moriscos designan a un mismo grupo social étnico-religioso de origen musulmán y árabe en la sociedad cristiana, con una diferencia, que los mudéjares son oficialmente musulmanes en esa sociedad, mientras que los moriscos son oficialmente cristianos. Los mudéjares tenían autorización oficial para practicar su religión, hasta que, a principios del siglo XVI, fueron obligados a convertirse forzosamente. Desde ese momento, se les considera cristianos y como tales vigilados en su fe y prácticas por el Santo Oficio.

              En 1609 se decretó su expulsión. Los moriscos, aunque numéricamente eran una minoría, se consideraban integrantedel reino de Granada y antes lo fueron de Al-Ándalus. No en vano, la mayoría llevaban instalados en la Península hasta ocho siglos. Se les consideraba miembros de la Corona, como grupo son fruto de la convergencia de tradiciones y circunstancias peculiares y sin paralelo en Occidente, ya que su integración en la sociedad fue mayor de lo que se piensa. Así lo afirmaban, incluso, sus contemporáneos y enemigos declarados, como el maestro inquisidor Martín García, quien decía que los moriscos: “sunt hispani, non armenii, nec africani”. Lo mismo aseveraba Pedro de Valencia: “son españoles como los demás que habitan en España, pues ha casi 900 años que nacen y se crían en ella”.

La peculiaridad de los moriscos castellanos consistió en que tenían un mayor grado de asimilación que los de los demás reinos peninsulares. Cabe diferenciar dos grupos de moriscos castellanos, los que estaban asentados antes de 1570 y los llegados desde esa fecha con motivo de la dispersión tras las revueltas de las Alpujarras. Los primeros no se diferenciaban apenas de los cristianos viejos. La posterior llegada de los moriscos granadinos desterrados supuso una revolución en Castilla, ya que conservaban intacto todo aquello que les podía identificar como moros. La expulsión afectó a todos, tanto a los que eran musulmanes originarios de Castilla y a los naturales del reino de Granada como a los que se intitulan en los documentos. A los moriscos castellanos se les dio una primera opción de salida voluntaria del país, pudiendo llevarse sus posesiones más valiosas y todo aquello que pudieran vender.

LA DOCUMENTACIÓN MUNICIPAL DE ORGAZ

En varias ocasiones hemos mencionado los documentos municipales de Orgaz que conservamos en el AHPTO. Así, hablamos del teatro, las almazaras, o la represión durante la guerra civil y la posguerra. Pero ya es hora que expliquemos cómo llegó a nosotros esta documentación.

Fotografía de un grueso conjunto de documentos, algo arrugados.
Padrón municipal de 1955

A principios de noviembre de 1993 algunos miembros del “Grupo Arqueológico y de Costumbres Populares Villa de Orgaz” supieron que en un solar de propiedad municipal, donde se estaba construyendo una infraestructura cultural, se habían tirado documentos que podían tener cierto valor. Comprobaron que, efectivamente, era así, e informaron tanto al Ayuntamiento como a la Junta de Castilla-La Mancha, además de recoger todos los papeles que pudieron. El Ayuntamiento no llegó a responder, y las autoridades culturales regionales se lo tomaron con calma. Tardaron un mes en enviar a la directora en funciones del AHPTO a Orgaz y solo en marzo ordenaron por fin el depósito de la documentación en nuestro Archivo. Además, se realizaron algunas acciones judiciales que, al final, quedaron en nada. Todas estas peripecias fueron explicadas por el propio presidente del Grupo, Isidoro Jiménez Rodríguez, en una comunicación a las II Jornadas de Investigación en Archivos de Castilla-La Mancha, publicadas en 1996.

Oficio de la comandancia Militar de Orgaz al alcalde de la localidad para que autorice a un vecino a recoger el cadáver de un familiar ajusticiado el día anterior.
Permiso para recoger el cadáver de un ajusticiado

Actualmente, los documentos están convenientemente instalados, limpios, organizados y descritos. Ocupan un total de 23 cajas normalizadas y sus fechas extremas son 1821 y 1965. Como cualquier otro fondo del AHPTO, es accesible a los usuarios, respetando la normativa vigente sobre acceso a los documentos. Como decimos, algunos ya han sido objeto de comentarios aquí, pero no nos acabamos de acostumbrar a ver documentos como el de la imagen: una comunicación de las autoridades militares de 1939 autorizando a recoger el cadáver de un familiar ajusticiado para que se entierre “sin pompa ni exhibición”. De hecho, hay bastante documentación relacionada con la represión durante la guerra civil y la posguerra, muchas veces relacionada con el campo de concentración situado en la vecina localidad de Mora.

"Como maestro carpintero que soy de la villa de Orgaz certifico haber hecho seis puertas para los calabozos que se están construyendo de nueba planta en la cárcel pública de esta villa en este año de 1821..."
Recibo de la carpintería de la obra de la cárcel, 1821.

Pero centrémonos en cuestiones más agradables. El documento más antiguo es un grupo de cuentas relacionadas con la construcción de la cárcel del partido judicial, de 1821. Por ejemplo, aquí está el recibo del carpintero, que colocó puertas, cerraduras y vigas durante tres días y cobró en total algo más de 1.300 reales. Pero el documento más llamativo, sin duda, es el enorme padrón municipal de 1955, de un volumen y peso bastante considerable.

"Relación que yo, D. Andrés Salgado Leániz, vecino de Orgaz, en Ángel número 10, piso..., presento, bajo mi responsabilidad, de los carruajes de lujo que poseo..."
Declaración de tenencia de carruajes de lujo

A finales del siglo XIX ya habían llegado hasta Orgaz algunos elementos de la modernidad. En 1893 no constan todavía vehículos automóviles, pero sí dos “carruajes de lujo”, uno propiedad de Fermín Sarrazábal y dedicado a uso agrícola, y otro propiedad de Andrés Salgado, quien manifiesta utilizarlo para visitar los enfermos de Arisgotas y como médico forense del partido judicial.

Fragmento del contrato con las cláusulas del arrendamiento del servicio público de alumbrado.
Cláusulas del arrendamiento del alumbrado público, 1894

Al año siguiente encontramos el primer arrendamiento del servicio de alumbrado público, que se adjudicó a Zacarías Herencia por 472 pesetas. El contrato especificaba que se incluye “el suministro de petróleo, tubos, mechas y trabajo de limpiar y encender las veintinueve farolas que hoy existen”. Deberán estar encendidas entre noviembre y abril desde el anochecer a la medianoche; si hubiera que encenderlas fuera de esos días y horas, se pagará aparte.

VISITAS POR EL CORPUS Y LA SEMANA DE LOS ARCHIVOS

La semana que viene, con motivo de las fiestas del Corpus Christi y también de la Semana Internacional de los Archivos, tendremos VISITAS GUIADAS GRATUITAS a nuestro centro.

Serán el martes 6 y el miércoles 7. Habrá CUATRO VISITAS CADA DÍA: a las 12:00, a las 13:00, a las 17:00 y a las 18:00 horas.

No es necesario inscribirse. Basta con estar en el patio de entrada del AHPTO (Trinidad, 10) a la hora indicada.

¡Os esperamos a todos y a todas!

Foto del patio interior del AHPTO
Patio interior del AHPTO