AISS

Aunque parezca una onomatopeya, se trata de unas siglas que, desarrolladas, significan “Administración Institucional de Servicios Socio-profesionales”. Ya no es una onomatopeya, pero sí un galimatías. Hoy vamos a hablar de esta peculiar institución. En realidad, se trata de un organismo destinado a liquidar otro, la Organización Sindical o “Sindicatos Verticales”, es decir, el entramado administrativo organizado durante la dictadura franquista para encuadrar y controlar todo lo relacionado con las cuestiones laborales, entendidas en un sentido muy amplio. Ya hemos mencionado en otras ocasiones esta singular y complejísima estructura, dependiente del único partido político legalmente permitido en la época. Con la llegada de la democracia y la libertad sindical, los Sindicatos Verticales dejaron de tener sentido, pero para entonces acumulaban una ingente cantidad de medios materiales, sobre todo edificios, y varios miles de trabajadores. La AISS fue la solución.

Informe sobre el personal procedente de la AISS en Toledo, 1979

Este organismo, creado en octubre de 1976 y dependiente de la Presidencia del Gobierno, recibió todos los bienes materiales y todos los trabajadores de la antigua Organización Sindical con el objetivo de irlos distribuyendo de la mejor manera posible por los diferentes Ministerios. Hay que decir que la AISS resultó tremendamente eficaz, y en menos de nueve meses el reparto estaba terminado en sus líneas básicas, aunque el organismo no fue formalmente suprimido hasta 1986. En este documento podéis ver cómo quedó la distribución de funcionarios de Toledo en 1979, aunque de los comentarios del propio documento se deja entrever que el cambio no fue siempre fácil.

Instrucciones para la transferencia de documentación

Una cuestión muy importante para nosotros fue el cuidado que la AISS tuvo con la documentación de los antiguos sindicatos, aspecto en el que hay que destacar la labor de José Manuel Mata Castillón, nombrado director del archivo de la AISS y que luego sería Subdirector General de Archivos del Ministerio de Cultura. En efecto, Mata se ocupó de que todos los archivos de las distintas oficinas sindicales fuesen transferidos a las delegaciones provinciales de la AISS y luego, desde allí, enviados a los correspondientes Archivos Históricos Provinciales, redactando detalladas instrucciones como las que aparecen en la imagen.

Acta de entrega de documentación

Así ocurrió también en Toledo, donde las distintas oficinas comarcales y locales de los antiguos Sindicatos fueron enviando su documentación a la sede de la AISS, en el todavía hoy conocido como “Arco de Sindicatos”, durante 1977 y 1978. El documento que os ofrecemos es el acta de entrega de esta documentación por parte de la delegación comarcal de Illescas. Pero la falta de espacio en el AHPTO motivó que en ese momento los documentos se quedaran allí, al principio custodiados por la propia AISS y después por la Delegación provincial del Ministerio de Trabajo. Hubo que esperar casi veinte años, hasta febrero de 1997, para poder trasladar los documentos al Archivo, aunque para entonces ya estaban bastante desorganizados y hasta 2011 no se terminaron las labores de reorganización y descripción. De este modo, y aunque sea de forma un tanto trastabillada, también en este punto la AISS cumplió su misión y los documentos de los antiguos sindicatos franquistas hoy pueden ser utilizados por investigadores y ciudadanos en general.

DE RATONES Y CONSTITUCIONES

La Universidad de Toledo tuvo cuatro “constituciones” a lo largo de su historia, es decir, cuatro normas generales que regulaban su funcionamiento. En el AHPTO solo conservamos un ejemplar impreso de una de ellas, la promulgada en 1695 bajo el mandato del maestrescuela Juan Íñiguez de Arnedo. Y el caso es que, francamente, estaba hecha una pena. Así que, con el visto bueno (y el dinero) de la Viceconsejería de Cultura y Deportes, encargamos su restauración a Carmen Jiménez Limones, restauradora experta en estos menesteres y que ha realizado un trabajo impecable, como todos los suyos. Naturalmente, teníamos que compartirlo con todos vosotros. Por cierto, que agradecemos a Carmen su permiso para utilizar sus fotos en este post.

Como veis, el principal problema era un enorme agujero en la parte de atrás, que afectaba tanto a la cubierta como a las últimas páginas. Era evidente que se trataba de un ataque de roedores, probablemente ratones, que habían utilizado el cartón y el papel para construir sus nidos. Incluso los excrementos de estos simpáticos animalitos habían provocado manchas y oxidaciones más allá de donde llegaron sus dientes.

Otros daños menores eran los provocados por la mala manipulación, que provocó que se desencuadernase parcialmente, e incluso alguna que otra mancha de cera de las velas necesarias para leer.

Bien, pues todo eso ya está corregido, como podéis comprobar. Ni siquiera va a ser necesario manipular el documento, salvo ocasiones especiales, porque también ha sido digitalizado por completo.

Filigrana

Terminamos con una mención de las filigranas del papel. Se han localizado tres filigranas correspondientes a dos fabricantes de papel, pero solo os mostramos la más clara. Hemos manipulado un poco la imagen para que se vea mejor el dibujo y, de paso, para mostrar las marcas de las tramas utilizadas durante el proceso de fabricación del papel. Como muchos de vosotros sabéis, los hilos de esas tramas tienen los bonitos nombres de “puntizones” (los horizontales) y “corondeles” (los verticales). Desgraciadamente, nos hemos conseguido averiguar el fabricante al que corresponde esta filigrana, así que cualquier ayuda por vuestra parte será bienvenida.

RESIDENCIA DE ESTUDIANTES

El alojamiento de los estudiantes universitarios ha sido siempre una cuestión de gran importancia. Desde la Edad Media, las Universidades adoptaron un sistema de “colegios” donde los estudiantes vivían y recibían educación complementaria. Pero este sistema empezó a entrar en crisis a finales del siglo XVIII, cuando empezaron a surgir otras formas de alojar a los estudiantes más flexibles y adaptadas a los tiempos. Al principio era simplemente el alojamiento en casa de parientes o amigos, lo que acabó derivando en pensiones más o menos especializadas que pronto empezaron a ser controladas de algún modo por las universidades.

Registro de casas autorizadas para alojar estudiantes
Registro de casas autorizadas para alojar estudiantes

El Plan de Estudios de 1824 ya dispone que estas pensiones deberán ser autorizadas por la Universidad. Por eso, ese mismo año la Universidad de Toledo elaboró un pequeño registro o “librete” en el que ir anotando todas las personas a las que iba autorizando para alojar estudiantes. En el primer año de este registro se anotaron hasta 41 casas que alojaban estudiantes, a las que probablemente haya que añadir algunas más que no estaban autorizadas por la Universidad. Según el estudioso Florentino Gómez, en ellas vivían 111 de los 243 alumnos que tenía en total la Universidad, es decir, casi la mitad. El sistema de pensiones autorizadas fue, desde luego, un éxito desde el primer momento.

Solicitud para alojar un estudiante
Solicitud para alojar un estudiante

La autorización para tener una pensión para estudiantes la otorgaba el Maestrescuela o Canciller, previo informe del “Tribunal de Censura”, que era el órgano encargado de velar por la moral en toda la Universidad. Así lo vemos en esta solicitud que hace en 1833 María García, que vive en la calle Tendillas 9, que expone francamente sus necesidades económicas. Al margen, el canciller de la Universidad dispone que se pida informe al Tribunal de Censura.

Autorización para alojar estudiantes
Autorización para alojar estudiantes

Durante algún tiempo, el permiso se concedía través de un título bastante vistoso, como este concedido a Vicente Colavida, de la calle Cristo de la Luz, 9. Obsérvese la insistencia en el control moral de los jóvenes y de sus actividades: que no vayan a “reuniones sospechosas”, ni participen en “juegos prohibidos” (tampoco en los no prohibidos si era en horas de estudios) ni tampoco contacten con personas “iniciadas de malas opiniones”, todo esto siguiendo al pie de la letra la legislación vigente. Hay que tener en cuenta que prácticamente todos los estudiantes eran menores de edad durante sus estudios universitarios.

Carta pidiendo una moratoria en el pago del alojamiento
Carta pidiendo una moratoria en el pago del alojamiento

La vinculación con la Universidad llegó a ser tan grande que incluso los problemas de falta de pago podían acabar siendo dirimidos por las autoridades académicas. Así ocurrió con el pleito entre Eugenio Rodero, de Torrenueva, y Paulino Rodríguez, casero de su hijo, por los constantes retrasos en el pago. En sus cartas pidiendo una moratoria en el pago, Rodero se justifica por hallarse “con la recolección de los frutos en las manos, y tan sin dineros que creo se han sepultado”.

Reglamento de la casa pensión del Instituto
Reglamento de la casa pensión del Instituto

La desaparición de la Universidad de Toledo en 1845 supuso el fin de estos establecimientos, al menos en cuanto su vinculación con los centros educativos. Sin embargo, todavía en 1855 se establece una “Casa pensión del Instituto Provincial de Toledo”, dirigida por el catedrático Narciso Domingo y que obtuvo la aprobación formal de su reglamento por parte del Claustro del Instituto. Se regula con todo detalle la vida de los pensionados, como muestra este cuadro de actividades diarias, pero también se insiste en la higiene y determinadas comodidades para los estudiantes, muchas veces chicos de apenas doce años.

LA AGENDA

El 30 de enero de 1946 un vecino de Toledo al que llamaremos Fermín fue detenido por dos serenos bajo el Arco de la Sangre por pelearse con otro ciudadano. Llevados a la comisaría, Fermín insultó a los serenos, al guardia que estaba en la puerta y hasta al Gobernador Civil. Incluso soltó alguna bofetada que, suponemos, sería correspondida por los agentes de la autoridad siguiendo los usos policiales del momento. Fermín llevaba encima algunas cosas que no le convenían, a saber: algunas copas de más, algunos malos antecedentes y, sobre todo, un arma de fuego cuya procedencia no pudo aclarar. Pasó un tiempo en la cárcel y finalmente fue puesto en libertad condicional. Todo esto consta en el sumario 18/1946 de la Audiencia Provincial de Toledo y, en realidad, no es nada demasiado singular.

Sumario judicial, con agenda cosida
Sumario 18/1946, con agenda cosida

Lo que nos ha llamado la atención es que, cosido al expediente, encontramos una agenda del año 1943 que no pertenece a ninguno de los implicados en el caso, sino al vecino de Madrid Leocadio Jiménez Caravaca, quien sería conocido años después por ser uno de los colaboradores en el asesinato de los llamados “abogados de Atocha” en 1977. La agenda, de apenas 10 x 7 cms. tiene la peculiaridad de su marcado carácter político y filoalemán, lo que se hasta cierto punto es lógico ya que su dueño estuvo en la División Azul. Está trufada de frases de Hitler y sus colaboradores, además de los inevitables líderes falangistas españoles, abunda en fotografías de exaltación nazi y destaca las fechas de cualquier acontecimiento que resalte los logros alemanes. Aunque apenas hay en ella anotaciones manuscritas, más allá de algunas direcciones y teléfonos, merece la pena detenernos en este auténtico instrumento de propaganda. Junto a las fotografías, hemos dejado ver una muestra de algunas de las frases y efemérides a las que nos referimos.

Desde luego, encontramos una imagen de los líderes nazis y de sus homólogos españoles casi bucólica, como vemos en la idílica estampa de Hitler, Goebbels y una de sus cinco hijas. No falta, claro, Muñoz Grandes condecorado con la Cruz de Hierro.

Hay algunas fotografías de la División Azul que, más que una dura campaña militar, parecen de una excursión campestre, con los soldados españoles departiendo despreocupadamente con los alemanes y con las alemanas, aunque a veces el dueño no pudo resistirse a pintarles bigotes a las joviales teutonas. Claro que no podían faltar los desfiles y las misas, todo con la conveniente formalidad.

Abundan también las loas a los logros germanos, tanto técnicos (una autopista cerca de Munich; observad cómo al lado se menciona la muerte de Isaac Peral precisamente en Berlín) como culturales, con Clemens Krauss dirigiendo a Richard Strauss en España.

En fin, como no todo va a ser trabajo, aquí tenemos un festival en Königsberg con una imagen absolutamente tópica de España. Para rematar, en toda agenda que se precie no puede faltar la liga de fútbol: este es el calendario de la de 1943-1944, con solo doce equipos (observad al “Atlético A.”, es decir, Atlético Aviación, hoy Atlético de Madrid) y todos los partidos en domingo.