DIBUJOS CASUALES

En alguna ocasión ya os hemos mostrado algunos dibujos que se encuentran aquí y allá en nuestro archivo y que no guardan ninguna relación con el documento en el que aparecen. De hecho, con frecuencia nos sorprenden en tomos dedicados a las áridas cuestiones de contabilidad o control administrativo, quizá precisamente a modo de distracción del aburrido escriba. Hoy os mostramos tres ejemplos más que se remontan al siglo XVII y proceden de los documentos desamortizados de instituciones eclesiásticas de Talavera de la Reina.

Imagen parcial de un pergamino, con refuerzos en cuero, con un dibujo de un corazón alado y, sobre él, la inscripción "Libro de cabildos de San Sebastián".
Portada del libro de cabildos de la cofradía de San Sebastián

El primero es un dibujo relativamente sencillo que campea en la contracubierta del libro de cabildos de la cofradía de San Sebastián, que va desde 1640 a 1702. Se trata de un corazón alado atravesado por una flecha, motivo que evoca inmediatamente la mística y la sensibilidad religiosa de la Contrarreforma. Todo el tomo está encuadernado en pergamino con refuerzos de cuero y, curiosamente, tanto el dibujo que nos ocupa como la inscripción que le acompaña, además de estar en la parte de atrás de la encuadernación, está al revés, como cuando se pretende reutilizar el papel por ambos lados y en ambas direcciones. En cuanto a la institución, no tenemos muchas noticias de ella. El documento fecha los cabildos primero “en la iglesia del glorioso mártir San Sebastián” (1640), luego “en el hospital de San Sebastián de esta villa” (1657) y finalmente “en la ermita de San Sebastián” (1690). Parece probable que estas distintas denominaciones se refieran al hospital que hubo en la calle que hoy lleva su nombre, pero también se sabe que existió una ermita con esta advocación junto al Puente Viejo.

Mucho mejor estudiada está, por supuesto, la iglesia de Santiago el Nuevo, una de las parroquias medievales de la ciudad y joya del mudéjar talaverano. Bien, pues el libro de cuentas de su fábrica entre 1648 y 1673 presenta en su cubierta varios motivos interesantes. El primero es un cáliz del que sobresalen unas hojas y en el que se posa un pájaro o paloma, conformando quizá una alusión eucarística. Pero, si nos fijamos con más detalle, veremos que algunas letras de la inscripción han sido adornadas con caras, como ocurre con la O de “Nuevo” y la G y la O de “Santiago”. Por lo demás, la encuadernación del tomo es muy similar al de la cofradía de San Sebastián, aunque aquí los dibujos sí aparecen correctamente colocados respecto del texto y podemos apreciar también la trabilla que servía para cerrarlo.

No menos conocida e interesante es la antigua parroquia de El Salvador, hoy convertida en centro cultural. Esta vez el dibujo también está en un libro de cuentas de su fábrica, datado entre 1671 y 1685 y encuadernado del mismo modo que los anteriores, pero no aparece en la cubierta sino en la portada. Se trata, como vemos, de nuevo de un ave, quizá una paloma, que, andando desde el suelo, parece estar a punto de atrapar a un insecto junto a un matorral que evoca los juncos de las riberas de los ríos. Todos estos motivos (palomas, caras, corazones, etc.) son habituales en este tipo de dibujos y, en realidad, en los dibujos casuales de todas las épocas, seguramente porque son fáciles de hacer. Pero no por ello dejan de tener su gracia.

SEGURIDAD VIAL, HOY COMO AYER

El pasado día 10 de junio se celebró el Día Internacional de la Seguridad Vial. Con este motivo, os traemos hoy tres casos relativamente singulares.

El primero es mucho más triste por sus consecuencias legales que por el accidente en sí. El 1 de diciembre de 1966 una furgoneta perdió los frenos en lo que hoy conocemos como Cuesta de las Armas, en Toledo y chocó con uno de los populares “Seat 600” de la época. La furgoneta llevaba de carga trece cerdos que, al parecer, superaban el peso máximo autorizado y pudieron provocar el fallo mecánico. La sentencia estaba clara, pero resultó que ni el conductor ni el propietario de la furgoneta tenían bienes para responder a la responsabilidad civil que le impone el juez, de manera que se les embargan los pocos muebles que poseen, que serán vendidos en subasta pública.

Texto manuscrito.
La declaración del atropellado por una calesa

No pensemos que los accidentes de tráfico son algo específico de nuestros tiempos acelerados. El 1 de abril de 1795, que por más señas era Lunes Santo, hubo un atropello en el lugar llamado El Puntal, cerca de Olías del Rey. Merece la pena que sea el mismo afectado el que nos cuente lo que pasó, tal como lo declaró a la autoridad: “viniendo […] de Toledo camino de su pueblo de Cedillo, caballero en un macho suyo propio conduciendo una porción de cera en cirios para el monumento del citado su pueblo, al llegar al sitio del Puntal término de esta villa, venían una calesa y detrás un calesín y, sin saber cómo ni cómo no, dicho macho, caballero en el declarante, se metió entre las mulas de la referida calesa, cuyo dueño hizo poca diligencia para detenerlas por venir a pie y detrás de ella, pues si las hubiera detenido no lo hubieran cogido al declarante, porque el macho era regular se hubiera apartado, y, por lo mismo, pasó la calesa y mulas por encima del declarante, quedándose privado [esto es, sin sentido] y tendido en el suelo”. El conductor de la recua alega que no vio a la víctima hasta que no estaba ya bajo los cascos de los animales. El asunto terminaría con la condena al arriero de los gastos de la curación de la víctima y las costas procesales.

Texto mecanografiado.
El atestado del atropello en la N-400

Y terminamos con uno de esos casos en los que no se sabe bien si se trata de un atropello accidental o no. Esta vez sucedió en abril de 1982 en la carretera N-400, muy cerca de donde hoy existe una estación de servicio. Según el atestado policial, una patrulla de la Policía Nacional, a instancias de un conductor, acude a este punto donde encuentra a un asustado camionero que, al parecer, acaba de atropellar a un hombre. Los policías anotan el detalle de que los zapatos de la víctima se encontraban en el arcén contrario perfectamente colocados. Algunos conductores se paran y declaran que la víctima había sido vista días atrás mendigando por el cercano barrio del Polígono. Por su parte, el camionero dice que la víctima se echó inesperadamente encima de su vehículo sin que pudiera evitarlo. No sabemos en qué acabaría el asunto, porque enseguida pasó a manos de la Guardia Civil y luego se celebró el correspondiente juicio, aunque en el expediente policial se conserva un escrito del abogado del camionero insistiendo en la conducta errática de la víctima.

DESTRUCCIÓN EN EL ARCHIVO

El próximo domingo es el Día Internacional de los Archivos. Naturalmente, todos los AHP de Castilla-La Mancha hemos organizado actividades para celebrarlo, aunque tendrán lugar la semana que viene, a partir del día 10. Por cierto, que el motivo del cartel de este año es un documento de nuestro archivo que ya os presentamos hace algunos años.

Cartel. "9 junio 2024. Día Internacional de los Archivos", con un dibujo de la plaza mayor de Tembleque y la inscripción "Toledo. Tembleque. Plaza de la República. Jun 1934"

Pero, como de costumbre, nosotros no queremos dejar pasar este día sin buscar y comentar documentos que reflejen la vida de los archivos de nuestra provincia. Este año nos toca fijarnos en los sucesos más tristes: las destrucciones de documentos.

Texto mecanografiado.
Informe del secretario del Patronato Provincial de Protección a la Mujer

Cuando se mencionan destrucciones en los archivos casi siempre pensamos en el fuego, aunque la verdad es que se conocen muchos mas casos de archivos dañados seriamente por efecto del agua que por el fuego. El caso es que los incendios en los archivos suelen llamar la atención. En alguna ocasión hemos hablado del incendio que asoló el Gobierno Civil de Toledo en 1964 y que, entre otros muchos destrozos, dejó sin archivo a la institución y muchos de sus organismos dependientes. Entre ellos estaba el Patronato Provincial de Protección a la Mujer, del que también hemos tratado en el pasado. Conservamos la minuta de un informe que el Secretario de este organismo envía a sus superiores en Madrid en el que declara sentirse “acobardado” por la pérdida de casi toda su documentación y mobiliario, aunque también aliviado porque no hubo desgracias personales ni tampoco se vio afectada la caja del dinero en efectivo.

El funcionario describe algunas de las que nosotros llamaríamos “series documentales” de su archivo, como los expedientes de las mujeres internadas, los libros de contabilidad y las facturas. Además, añade un recorte del diario “El Alcázar” con algunas fotos en las que él mismo ha remarcado el lugar donde se encontraba el Patronato. Por nuestra parte, conservamos una fotografía de Rodríguez de ese mismo suceso donde se aprecia a los bomberos atacando el piso superior del edificio, quizá precisamente estas oficinas.

Texto manuscrito: "Del libro 1º nuevo de traslaciones de Orgaz. Este cuaderno provisional sustituye al libro 1º de traslaciones de Orgaz desde el folio 262, y se ha formado por si con el transcurso del tiempo se desfigurasen los asientos que contiene por el motivo de haberse hallado bastante moho [en] el forro de abajo y parte de sus ojas, producido sin duda por el salitre y grande umedad que tomaron las paredes con las abundantes lluvias habidas en 1855"
Portada de la copia del primer libro de traslaciones de dominio de Orgaz

Pero mucho más grave para la conservación de los documentos que los accidentes fortuitos es la manipulación humana. Desde luego, los documentos nacieron y se conservan justo para eso, para ser utilizados, pero precisamente por eso resulta muy triste ver cómo algunas veces la desidia y la ignorancia provocan la destrucción de lo que, en definitiva, es nuestra memoria colectiva. Veamos un caso concreto. Entre la documentación de las “Contadurías de Hipotecas” (antecedentes directos de los Registros de la Propiedad) se encuentran los llamados “Registros de traslaciones de dominio”, originados en 1845 y en los que se anota de manera fehaciente los cambios de dominio de todos los bienes inmuebles de una zona concreta. Bien, pues el primer libro de traslaciones de dominio del partido de Orgaz ha desaparecido. En su lugar, tenemos una copia parcial al frente de la cual podemos leer: “Este cuaderno provisional sustituye al libro 1º de traslaciones de Orgaz desde el folio 262, y se ha formado por si con el transcurso del tiempo se desfigurasen los asientos que contiene por el motivo de haberse hallado bastante moho [en] el forro de abajo y parte de sus ojas [sic], producido sin duda por el salitre y grande umedad [sic] que tomaron las paredes con las abundantes lluvias habidas en 1855”. Nadie pensó, al parecer, en colocar los libros en un lugar razonablemente seco.