EL DESPOBLADO DE TORRELAMORA

La despoblación del campo no es, ni mucho menos, un fenómeno exclusivo de nuestro tiempo. A lo largo de la Historia han sido muchos los lugares que han perdido su población por uno u otro motivo. Ya hace algún tiempo os hablamos del último pueblo desaparecido en nuestra provincia, Caudilla, y ahora os presentamos otro caso, esta vez más lejano en el tiempo, el de Torrelamora.

Hoy apenas se conserva el nombre del lugar y algunas ruinas casi desconocidas. Está situado a unos tres kilómetros al suroeste de Carrascalejo (Cáceres), que es el municipio al que pertenece, junto al camino que une esta localidad con Mohedas de la Jara, ya muy cerca del límite con la provincia de Toledo. El Catastro de Ensenada, siempre tan socorrido, dice que en diciembre de 1752 tenía 12 vecinos con sus respectivas casas, mas otras cuatro casas inhabitables de las que dos están en franca ruina. Dice también que la dehesa “con algunos pies de encinas, poblada de jaras” produce 600 reales anuales. Los únicos oficios que hay son un escribano, un sacristán y un cirujano; no hay cura, pero les atiende el de Carrascalejo.

Documento manuscrito, con timbre en su extremo superior que dice "SELLO QUARTO. DIEZ MARAVEDÍES. AÑO DE MIL SEISCIENTOS Y NOVENTA Y SIETE".
Alquiler de la dehesa y ejido de Torrelamora en 1695. «…han de ser obligados a dar y pagar a dicho concejo y a su mayordomo en su nombre mil reales de vellón…»

Se trata, pues, de una localidad muy pequeña que el propio Catastro identifica como “lugar” y que ya había entrado en decadencia. Esto lo sabemos porque conservamos un documento de medio siglo antes, en concreto de octubre de 1697, por el que el alcalde de Torrelamora arrienda la dehesa y ejido común a dos vecinos de Casas del Puerto de Villatoro (Ávila) hasta el 25 de abril de 1698 por precio de 1.000 reales de vellón, pagaderos en dos plazos: uno el día de San Andrés (30 de noviembre) y otro al finalizar el contrato. Como vemos, el valor de la única propiedad municipal de nuestro lugar se había reducido un 40 % en cincuenta años. Por lo demás, en el arrendamiento se especifica que los vecinos de Torrelamora podrán cortar leña de las encinas “para hacer choza y lumbre” y sus ganados podrán ramonear de ellas sin dañarlas.

"...en atención a distar media legua dicha Torlamora, hallarse en la actualidad sin havitación, su iglesia y casas arruinadas, haviendo desamparado aquel terreno por lo enfermo y contagioso de su situazión, haviéndose trasladado los havitadores que antes tenía a Carrascalejo, de que ha provenido el aumento de sus vezinos y el de los ganados..."
Comparecencia del escribano Montemayor ante el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (fragmento)

El fin de Torrelamora llegaría en los últimos años del siglo XVIII. El 12 de enero de 1795 se presenta en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina el escribano José Enrique de Montemayor y notifica que se ha recibido una Real Provisión del Consejo de Castilla pidiéndole informe sobre la solicitud del concejo de Carrascalejo de que se le agregue “la dehesa y el ejido común del despoblado de Torrelamora… en atención a distar media legua dicha Torlamora, hallarse en la actualidad sin habitación, su iglesia y casas arruinadas, habiendo desamparado aquel terreno por lo enfermo y contagioso de su situación, habiéndose trasladado los habitadores que antes tenía a Carrascalejo, de que ha provenido el aumento de sus vecinos y el de los ganados”.

"Madrid, a primero de julio de mil setecientos noventa y quatro. El marqués de Roda [rúbrica]. Don Domingo Codina [rúbrica]. Don Pedro Carrasco [rúbrica]. Gutierre Vaca de Guzmán [rúbrica]. Yo, don Juan Manuel de Reboles, escribano de cámara del Rey nuestro señor, la hice escrivir por su mandado con acuerdo de los de mi Consejo. [Sello de placa]. Registrada: Alonso Marqués. Derechos: tres reales. Por el Canziller Mayor: Alonso Marqués. Derechos: treinta y nueve reales de vellón. Escribano: Reboles. Para que el Alcalde Mayor de la villa de Talavera informe al Consejo con justificación a instancia del concejo y vezinos del lugar de Carrascalejo. Govierno 1ª. Correxida".
Real Provisión ordenando se haga informe sobre la incorporación de la dehesa de Torrelamora a Carrascalejo (1794)

La situación está bien clara. Conservamos, además, el original de la Real Provisión a que se alude, expedida el 1 de julio de 1794 y que todavía conserva su sello de placa, aunque desprendido. Aquí se repiten las frases del documento anterior pero se añade que al incorporarse los vecinos de Torrelamora a los de Carrascalejo se ha producido un aumento del número de cabezas de ganado sin que aumentasen los pastos, lo que a su vez ha provocado “incomodidad” entre los animales. Se argumenta, además, que los pocos vecinos que tenía Torrelamora ahora lo son de Carrascalejo, con lo que la absorción no perjudicaría a nadie. No sabemos la decisión final del Consejo de Castilla, pero todo indica que se accedería a lo pedido y, en todo caso, está claro que para entonces Torrelamora había dejado de existir como lugar independiente.