PASEANDO POR TOLEDO CON GALDÓS

Como sabéis, este año se celebra el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, uno de los mejores escritores en lengua española de todos los tiempos. Nació en Las Palmas de Gran Canaria y vivió casi toda su vida en Madrid, pero visitaba con frecuencia Toledo, ciudad que conocía y amaba profundamente.

Por desgracia, no hemos encontrado ningún rastro directo de esta presencia en nuestro archivo, ni en los documentos textuales ni en las fotografías, aunque no perdemos la esperanza. Pero el autor sí dejó bien documentados los lugares por donde pasó, tanto en sus cartas como en sus obras literarias. No pretendemos hacer aquí una “ruta” del Toledo de Galdós, porque ya las han elaborado otros con más sabiduría. Solo vamos a ofreceros algunas fotografías de algunos lugares mencionados en “Ángel Guerra”, una novela publicada en 1891 y que transcurre en su mayor parte en nuestra ciudad. Galdós describe en ella con toda precisión no solo la ciudad física (edificios, calles, etc.) sino también sus habitantes, hasta el punto que se han podido identificar las personas reales en que se inspiró para una buena parte de los personajes novelescos, empezando por la protagonista femenina, Lorenza o “Leré”, a la que suele relacionarse con Lorenza Cobián, madre de la única hija del autor.

Sea cierto o no, Leré solía hacer todos los días una ruta fija que iba desde el asilo de las “Hermanitas del Socorro” que el escritor situaba cerca de los Alamillos del Tránsito, hasta las cercanías de la calle Plegadero, junto a la iglesia de San Andrés, pasando por el paseo de San Cristóbal y la plaza de Santa Isabel. Aquí os ofrecemos una vista de una procesión en los Alamillos del Tránsito de hacia 1910, el principio del paseo de San Cristóbal y una imagen general de la plaza de Santa Isabel.

Los parientes pobres de Ángel Guerra vivían en una humilde casa de la calle de Lócum, pero contaba también con una rama rica que sentaba sus reales en la calle de la Plata, quizá en un palacete de portada similar al que muestra la fotografía.

En la última parte de la novela, Ángel Guerra funda una especie de asilo para pobres en un cigarral, con el fin de unirse a su amada Leré al menos espiritualmente. Es probable que Galdós no se fijase en un cigarral concreto, así que os presentamos dos fotografías de sendos cigarrales para que nos hagamos una idea de cómo podría ser la casa en la que el escritor canario imaginó su singular hospital.

Esperamos que estas imágenes y la compañía de don Benito os animen a toledanos y visitantes a buscar estos rincones, si es que no los conocéis ya, y así salir un poco de las rutas turísticas más trilladas.