RESTAURACIONES EN SAN JUAN DE LOS REYES

El monasterio de San Juan de los Reyes es una de las joyas arquitectónicas no solo de Toledo sino de toda Europa. Pero ha tenido una historia muy agitada. Además de monasterio, ha servido de cuartel y de museo, y ha sido varias veces destruido con mayor o menor amplitud y otras tantas reconstruido con mayor o menor fortuna. Si tenéis curiosidad por la historia de todas estas destrucciones y restauraciones, podéis consultar el libro de Daniel Ortiz, de donde hemos sacado algunos datos para este post.

Conservamos una buena colección de fotografías de restauraciones en San Juan de los Reyes dentro del fondo Rodríguez. Por ejemplo, esta que presenta el andamio colocado en el exterior del ábside de la iglesia y que sabemos fue realizada en 1916 porque salió publicada ese año en la revista “Toledo”. Sin embargo, muchas de las fotos que tenemos no están fechadas, como ocurre con la que nos muestra a un grupo de trabajadores, incluyendo quizá al arquitecto y al maestro de obras, a los que no hemos sabido identificar.

Entre todas las restauraciones sufridas por este edificio destaca la que realizó la Dirección General de Regiones Devastadas, organismo dependiente del Ministerio de la Vivienda, entre 1953 y 1966, bajo la dirección de los arquitectos Francisco Echenique y José Losada. La documentación de estas obras, incluyendo los planos, se encuentra hoy en el Archivo General de la Administración, pero algunos reportajes fotográficos se encargaron a la Casa Rodríguez y hoy tenemos estas fotos en el AHPTO. Por ejemplo, este otro grupo de trabajadores en el exterior del cimborrio. Pero incluso dentro de la serie “Rótulo” del fondo citado hay algunas cajas con información escrita que permite conocer no sólo quién encargó el reportaje, sino también la fecha y el fotógrafo. Las imágenes más recientes son del 28 de noviembre de 1958 cuando Luis Rodríguez Garrido, “Luisito”, fotografió las pechinas que soportan el cimborrio del crucero, ya restauradas. El sobre que guardaba este negativo junto con algunos más nos da alguna pista sobre la forma de trabajar de la empresa en estos momentos.

Foto de una escultura de santa sin cabeza, con una anotación al margen

Del año anterior, en concreto del 8 de febrero de 1958, es esta fotografía suelta de una escultura de santa sin cabeza en el taller de restauración, también obra de “Luisito”. Aquí, los datos sobre autor, fecha y motivo están escritos sobre la misma placa fotográfica. Digamos, de paso, que el taller de cantería y esculturas de piedra para esta restauración estuvo al cargo del escultor Cecilio Béjar y sus hermanos.

Las primeras fotografías datadas de esta restauración son del 17 de octubre de 1956 y llevan la firma de “Luis [Rodríguez Dorado]”. Como las anteriores, se trata de fotografías que buscan simplemente documentar los trabajos de restauración, lejos de cualquier pretensión estética. Y se ocupan de los elementos arquitectónicos, como esta enorme columna que sostiene el coro de la iglesia, y también de las esculturas que se restauraban en el taller, como estas tres estatuas de santos.

DE RATONES Y CONSTITUCIONES

La Universidad de Toledo tuvo cuatro “constituciones” a lo largo de su historia, es decir, cuatro normas generales que regulaban su funcionamiento. En el AHPTO solo conservamos un ejemplar impreso de una de ellas, la promulgada en 1695 bajo el mandato del maestrescuela Juan Íñiguez de Arnedo. Y el caso es que, francamente, estaba hecha una pena. Así que, con el visto bueno (y el dinero) de la Viceconsejería de Cultura y Deportes, encargamos su restauración a Carmen Jiménez Limones, restauradora experta en estos menesteres y que ha realizado un trabajo impecable, como todos los suyos. Naturalmente, teníamos que compartirlo con todos vosotros. Por cierto, que agradecemos a Carmen su permiso para utilizar sus fotos en este post.

Como veis, el principal problema era un enorme agujero en la parte de atrás, que afectaba tanto a la cubierta como a las últimas páginas. Era evidente que se trataba de un ataque de roedores, probablemente ratones, que habían utilizado el cartón y el papel para construir sus nidos. Incluso los excrementos de estos simpáticos animalitos habían provocado manchas y oxidaciones más allá de donde llegaron sus dientes.

Otros daños menores eran los provocados por la mala manipulación, que provocó que se desencuadernase parcialmente, e incluso alguna que otra mancha de cera de las velas necesarias para leer.

Bien, pues todo eso ya está corregido, como podéis comprobar. Ni siquiera va a ser necesario manipular el documento, salvo ocasiones especiales, porque también ha sido digitalizado por completo.

Filigrana

Terminamos con una mención de las filigranas del papel. Se han localizado tres filigranas correspondientes a dos fabricantes de papel, pero solo os mostramos la más clara. Hemos manipulado un poco la imagen para que se vea mejor el dibujo y, de paso, para mostrar las marcas de las tramas utilizadas durante el proceso de fabricación del papel. Como muchos de vosotros sabéis, los hilos de esas tramas tienen los bonitos nombres de “puntizones” (los horizontales) y “corondeles” (los verticales). Desgraciadamente, nos hemos conseguido averiguar el fabricante al que corresponde esta filigrana, así que cualquier ayuda por vuestra parte será bienvenida.

LA COLEGIATA DE TALAVERA

Una de las series documentales más llamativas y, a la vez, menos conocidas de nuestro archivo son los expedientes de restauración de monumentos. Se trata de un conjunto que supera los 150 expedientes, cada uno producido como consecuencia de la restauración de algún monumento histórico o artístico de nuestra provincia, realizadas por el Ministerio de Cultura entre los años 1971 y 1994, aunque la mayoría se datan en los años 80 del siglo pasado. Hoy nos vamos a fijar en la restauración que entre 1981 y 1985 se realizó a uno de los más importantes monumentos arquitectónicos de nuestra provincia: la Colegiata de Talavera de la Reina.

Fachada de  la Colegiata de Talavera

Parece que el solar de este templo hubo ya un templo romano y quizá también visigodo. Lo que sí está claro es que desde muy poco tiempo después de ser conquistada la ciudad por los cristianos a los musulmanes, esta iglesia ya gozaba de preeminencia sobre las demás. Por ejemplo, sabemos que de ella partía la solemne procesión del Domingo de Ramos. A principios del siglo XIII consigue el estatus de “colegiata”, es decir, que contaba con un “colegio” o “cabildo” de sacerdotes encargados de su administración, presididos por un “deán”, mientras que las parroquias normales solo contaban con un párroco. Para los que no estéis muy duchos en estas cuestiones conviene aclarar que las “catedrales” también cuentan con un cabildo y un deán, pero además son sede de la “cátedra” del obispo. Es decir, que nuestra iglesia tenía cabildo y deán, pero no obispo.

Alzado de la fachada

El magnífico templo se construyó en sus líneas fundamentales entre los siglos XV y XVI en un estilo gótico mudéjar, al que se añadieron algunos espacios en el siglo XVIII, singularmente el cuerpo superior de la airosa torre. Sufrió bastante con la invasión francesa y después con un grave incendio en 1846. Todo ello contribuyó a que perdiera su condición colegial en 1851, quedando reducida a simple parroquia. Sin embargo, no ha dejado de ser considerada la más importante iglesia de la ciudad hasta hoy.

Como es natural, a lo largo de su historia el edificio ha sufrido abundantes reformas y restauraciones. En nuestro archivo hemos encontrado rastro de dos restauraciones recientes. De una de ellas, realizada en 1963, solo sabemos que se trató de una intervención en las cubiertas y poco más. Pero de la que se desarrolló entre 1981 y 1985 conservamos el expediente administrativo completo, incluyendo el proyecto con sus correspondientes y espectaculares planos. Se trataba aquí de una restauración amplia de la sacristía el claustro y la torre, dirigida por el arquitecto José Manuel González Valcárcel, quien ya habría realizado las restauraciones del Corral de Comedias de Almagro o del Museo del Romanticismo, y quien inmediatamente después de esta obra realizó la restauración del Teatro Real de Madrid.

LAS CASAS DEL TOLEDO EN EL SIGLO XV, EN UN DOCUMENTO RESTAURADO

Hoy os presentamos un documento que acaba de ser restaurado por el Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha, en concreto por la restauradora Carmen Jiménez Limones. Se trata de la “Medida antigua de las posesiones que tiene en Toledo el monasterio de Santa Clara”, según la inscripción que campea en su carpetilla. El documento en sí está fechado entre el 8 y el 12 de junio de 1456, hace casi exactamente 562 años.

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Vamos a verlo primero por fuera. Se trata de un cuadernillo de 11 folios, del tamaño habitual en la época, unos 22 x 30 cm. Está escrito en letra cortesana, y empieza abruptamente. Es evidente que falta al menos un folio al principio. Durante la restauración se ha comprobado que se utilizaron los últimos folios para volver a coser todo el cuadernillo, forzando sus pliegues. En otras palabras, que en algún momento se intentó reforzar lo que quedaba del documento, señal de la importancia que se le otorgaba. Además de esto, llama la atención el fragmento de documento cosido al primer folio. El cosido de documentos ha sido habitual en las prácticas notariales durante muchos siglos y permitía, en algunos casos, ahorrarse el trabajo de copiar el documento que se pretende insertar. En este caso, solo se conserva un fragmento del documento cosido, aunque podemos suponer fácilmente quién lo escribió, cuándo y por qué.

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Y ¿de qué va todo esto? Pues de lo que dice su título, de inventariar todas las posesiones que el monasterio de Santa Clara tenía en la ciudad de Toledo. Por algún motivo que desconocemos, el alcalde mayor de Toledo ordena al alcalde ordinario Gonzalo Fernández, “bachiller en leyes”, que gire visita a todos los inmuebles propiedad del monasterio. El equipo inspector estaría constituido, además de por el propio bachiller, por el alarife (carpintero) Martín Sánchez Bonifacio y por el escribano Gonzalo López de Alcaudete.

Se pueden contar unos 25 inmuebles, repartidos por toda la ciudad. Encontramos desde pequeñísimas tiendas de apenas seis metros cuadrados en la calle Lencerías, actual Comercio, hasta enormes casas de más de 1.000 metros cuadrados (en varias plantas, eso sí) en la cercana calle Cuchillerías, hoy Toledo de Ohio, más conocida como Cuesta de Belén. Hay inmuebles en el Arrabal, en la desaparecida parroquia de San Juan de la Leche, en los “Alamillos de Santiuste” o en el Horno de San Miguel, entre otras zonas. Las descripciones mencionan frecuentemente “cámaras”, pero también “palacios” (en el sentido de “habitaciones”), portales y portalejos, “patines” o patios y, ocasionalmente, bodegas o algún pozo. Y entre los inquilinos del monasterio hay desde prósperos mercaderes o hidalgos a simples artesanos, como un cintero, un correero o un espolero, fabricantes de cintas, correas y espuelas, respectivamente.

Sin duda, es un documento de gran interés, aunque se conocen otros similares realizados por la misma época. Por eso, este documento ha sido seleccionado para participar en la exposición “De puertas para adentro”, que se inaugurará a mediados del próximo mes de junio en el Museo de Santa Cruz. Precisamente uno de los comisarios de esta muestra, Jean Passini, es también uno de los principales conocedores del urbanismo medieval toledano y ha sido quien nos llamó la atención sobre este documento. Para saber más sobre el tema, podéis consultar su documentadísima web dedicada al urbanismo medieval toledano.

La vuelta de Carreño y otras noticias

Este viernes tenemos varias noticias sobre archivos cercanos que nos gustaría compartir con vosotros.

En primer lugar, hoy mismo se ha producido la devolución del protocolo notarial que ha participado en la exposición sobre Juan Carreño de Miranda que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional entre mayo y agosto pasado. Se trata del protocolo de 1665 del notario Rodrigo de la Hoz, que incluye la escritura con las condiciones para realizar las pinturas del Ochavo de la Catedral de Toledo, obra del propio Carreño y de Francisco Rizi. En su día os informamos de la participación de este documento en la exposición. En un principio, su estado de conservación desaconsejaba su traslado, pero la Biblioteca Nacional lo ha restaurado en sus instalaciones, de manera que este protocolo salió de nuestro archivo en malas condiciones, pero nos ha sido devuelto en perfecto estado, como se puede ver por las fotografías que ilustran el antes y el después.

En segundo lugar, parece que las emisoras de la  Cadena Ser en Castilla-La Mancha se han decidido a incorporar a los archiveros a sus programaciones locales, al menos en tres casos. Así, los lunes interviene el archivero municipal de Alcázar de San Juan, Francisco Atienza; los miércoles es el momento del archivero municipal de Toledo, Mariano García, y los jueves es el turno de la directora del AHP de Cuenca, Almudena Serrano. Todos ellos, en sus respectivas emisoras locales de la Cadena Ser, entre las 12’30 y las 12’45 aproximadamente. Es una gran noticia para todos los que amamos el patrimonio documental.

También es una estupenda noticia la decisión que ha tomado el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de otorgar al Archivo de la Nobleza, ubicado en el Hospital Tavera, de Toledo, el rango de archivo independiente, separándolo formalmente del Archivo Histórico Nacional. De este modo, la antigua Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional pasará a ser Archivo Histórico de la Nobleza. Aunque es cierto que el centro ya venía funcionando con gran autonomía, esta decisión supone el reconocimiento de la importancia de este archivo y de los fondos que custodia.

Y finalmente, dos nuevas páginas web. Por un lado, la nueva entrada en la Wikipedia del Archivo Municipal de Toledo. Por otro la página creada para las próximas Jornadas sobre Investigación y Archivos de Guadalajara, organizadas por la incansable Asociación de Amigos del AHP de Guadalajara y que versarán sobre el tema de la despoblación, como os informamos en su momento.