EL ÚLTIMO VIAJE DE UN ARRIERO

Como es sabido, los arrieros eran los profesionales encargados del transporte a larga distancia de mercancías y ocasionalmente también de personas. Es decir, antecesores directos de los camioneros actuales. En España los más famosos eran los procedentes de la comarca de La Maragatería, en León, pero, como es natural, había arrieros en todas partes. Hoy os vamos a hablar de uno de Mora, que se llamaba Domingo López Díez. Murió lejos de su casa y quizá por no tener familiares directos los documentos que llevaba encima fueron a parar al escribano del pueblo. Echemos, pues, un vistazo.

En primer lugar, encontramos algunas páginas con multitud de certificaciones breves y algo desordenadas, que dan fe de los lugares por donde fue pasando y nos permiten reconstruir su itinerario. Al final de una de estas páginas puede verse que llegó a Peñafiel el 12 de septiembre de 1844. Justo detrás, encontramos la siguiente nota: “Ha permanecido hasta hoy, que ha fallecido. Peñafiel, 15 de noviembre [de] 1844”. Las certificaciones nos informan de que Domingo había salido de la parroquia de San Miguel de Basauri (Vizcaya) el 5 de noviembre y pasó por Rivabellosa, Castil de Peones y Villafruela, entre otras localidades que no hemos sabido identificar. En total, 256 kilómetros en ocho días, a unos 32 kilómetros diarios. Además de este viaje, los documentos permiten reconstruir otros viajes anteriores, incluyendo un largo periplo de 900 km por las actuales provincias de Alicante y Murcia, esta vez a una media de 45 km diarios. Digamos que el trayecto hacia el norte se realizaba por Bargas, Navalcarnero y El Escorial mientras que el del Levante pasaba por Quintanar de la Orden, El Provencio, La Roda, Pozo de la Peña y Villena, volviendo desde Murcia por Hellín y Barrax.

Pero volvamos a su último viaje, porque todavía nos proporcionará algunos detalles interesantes. En efecto, en esta ocasión Domingo llevaba “catorce bultos con catorce quintales de bacalao”, unos 1.400 kg, que habían sido consignados por el conocido comerciante bilbaíno Tiburcio María Recacoechea y tuvo que pasar por algunos controles militares en Vitoria y Miranda de Ebro. No olvidemos que la I guerra carlista había terminado hacía dos años escasos. Por lo demás, los documentos atestiguan que el bacalao era uno de los productos que más trabajaba nuestro transportista.

Pasaporte de Domingo Martín López para pasar desde Piña de Campos (Palencia) hacia el sur.
Pasaporte de Domingo Martín (1844)

Entre los documentos tenemos también un pasaporte, expedido durante un viaje anterior, en agosto del mismo 1844 en el lugar de Piña de Campos (Palencia), gracias al que sabemos que nuestro hombre tenía 37 años, era bajito (5 pies de alto, poco más de 1,5 metros), de pelo castaño, ojos pardos, color trigueño y nariz regular, sin ninguna marca especial. El permiso se le concede “para que pase a los pueblos del interior a ejercer su tráfico. Le abona el que deja cumplido”, es decir, que su propio trabajo le sirve de garantía de buena conducta.

Recibo expedido por Agustín Wunsh en favor de Domingo López de la entrega en Santander de algunos vasos y copas.
Recibo expedido por Agustín Wunsch en favor de Domingo López (1842)

El conjunto de documentos incluye otras varias guías y abundantes cuentas, recibos y cartas, a veces difíciles de relacionar con nuestro arriero. Pero no queremos dejar pasar el recibo que le extiende Agustín Wunsch en junio de 1842 sobre tres (quizá dos; no conseguimos leerlo bien) vasos de medio cuartillo, y un vaso y una copa dorados. Se trata, como vemos, de mercancía delicada y relativamente costosa. Además, aparece la dirección de entrega: “Tienda de alemanes. Calle de San Francisco en Santander”. Esta calle sigue siendo una de las más comerciales de la capital cántabra y la “tienda de alemanes” aparece citada en el libro “Escenas montañesas” de José María de Pereda, publicado en 1864.

TRES HERMANAS MILICIANAS

Hace pocos días vimos en las redes sociales una conocida fotografía de una mujer rodeada de milicianos, tomada en Guadamur el 16 de agosto de 1936. El Museo Virtual de la Mujer Combatiente afirma haber identificado a la mujer que aparece, aunque lo cierto es que ya en 2012 había sido reconocida en otra red social. El caso es que se trata de Adelaida Lozano Gómez. Nos entró curiosidad, y descubrimos que en el fondo de la Prisión Provincial de Toledo tenemos su expediente de presa que, hasta donde sabemos, no ha sido utilizado por los investigadores. No solo eso, sino que también tenemos los expedientes de sus dos hermanas, Martina y Dolores. Y, naturalmente, en las cercanías del Día de la Mujer, no podíamos dejar de contar su historia.

Expediente de presa de Martina Lozano Gómez, (fragmento)
Expediente de presa de Martina Lozano Gómez (fragmento)

De las tres hermanas, la mayor es Martina, nacida en 1899 en Corral de Almaguer, de donde sigue siendo vecina cuarenta años después. En ese momento está casada con Juan García y tiene cuatro hijos. Ingresó en la “Prisión Depósito Municipal” de Quintanar de la Orden el 10 de mayo de 1939, es decir, a los pocos días de finalizar la guerra y fue acusada de “rebelión”. Se le hizo Consejo de Guerra el 1 de julio siguiente. Gracias a la base de datos de la web combatientes.es hemos averiguado que el expediente de conmutación de su pena (suponemos que de la de muerte a la de cadena perpetua) se encuentra actualmente en el Archivo General Militar de Guadalajara. El 8 de enero de 1940 es enviada a la Prisión Provincial de Toledo, de donde saldría dos días después con destino a la Prisión Central de Mujeres de Durango. No sabemos cuándo llegó allí, pero según la investigadora Ascensión Badiola, que utiliza documentos del Archivo Histórico Provincial de Bizkaia, murió en la prisión de Amorebieta el 13 de diciembre de 1941.

Dolores Lozano Gómez había nacido en Villa de Don Fadrique en 1910, pero era vecina de Corral de Almaguer, como sus hermanas. Su historia, en la parte que conocemos, es idéntica a la de su hermana mayor, de manera que fue detenida el mismo día, ingresada en la misma prisión, sufrió Consejo de Guerra el mismo día y enviada a la prisión de Durango, con un breve paso por la de Toledo, en las mismas fechas que Martina. No sabemos nada más de ella, aunque el expediente de su Consejo de Guerra se conserva en el Archivo General e Histórico de Defensa.

Hoja del expediente de presa de Adelaida Lozano Gómez
Hoja del expediente de presa de Adelaida Lozano Gómez

Y, por fin, llegamos a la mujer de la fotografía. En realidad, de Adelaida conocemos tres fotos, la que hemos mencionado y otras dos que aparecen en una investigación de Pedro Organero y que reproduce el propio Museo Virtual de la Mujer Combatiente. Había nacido en 1916 en Corral de Almaguer. Sabemos que estaba afiliada a la Juventud Socialista Unificada y combatió en las Milicias Populares de Madrid, donde estaba en enero de 1937. También sabemos que el ejército republicano le concedió una pensión por “inutilidad”, cuyo expediente se conserva en el Centro Documental de la Memoria Histórica. Fue detenida probablemente a la vez que sus hermanas; también, como ellas, ingresada en la Prisión Municipal de Quintanar de la Orden y sometida a Consejo de Guerra, todo ello en las mismas fechas. Se conservan sus expedientes del Consejo de Guerra y de conmutación de la pena, en los mismos archivos que sus hermanas.  Pero se le envió a la Prisión Provincial de Toledo casi un mes más tarde, el 3 de febrero de 1940, en compañía de María Pérez Morato, Andrés Chacón Escobar y Aniceto Rubio García. Su estancia en Toledo fue también algo más larga, aunque no mucho, y el 10 de febrero se le envía a Durango junto con otras dos mujeres: la ya citada María Pérez Morato y Francisca Sánchez Gallego, esta última junto con su hijo Gonzalo. Y aquí perdemos también su pista.

NUEVOS FONDOS JUDICIALES

Las “Juntas de Expurgo” no tienen un nombre muy alegre, pero son unos órganos muy útiles. Se encargan de valorar la documentación judicial, decidiendo qué documentos deberán ser destruidos y cuáles pasarán a formar parte de la memoria colectiva en archivos históricos como el nuestro. Bien, pues gracias a esta labor a finales del año pasado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha nos envió un bonito conjunto de casi 140 cajas que contienen documentación fechada entre 1868 y 1986 procedente nada menos que de 16 juzgados diferentes, todos ellos de Ocaña y sus alrededores. De algunos ya teníamos documentos, como los de Primera Instancia e Instrucción de Ocaña y de Lillo, el Municipal de Ocaña o el Comarcal de Lillo. Pero otros llegan a nuestro archivo por primera vez, así que hemos querido presentároslos.

Expedientes del  Juzgado Comarcal de Yepes
Expedientes del Juzgado Comarcal de Yepes

Algunos de estos nuevos fondos (ya sabéis que un “fondo” es el conjunto de documentos producido por un organismo en el ejercicio de sus funciones) son de juzgados, digamos, “normales”, que se encargan de la justicia ordinaria. Así, los juzgados comarcales de Ocaña y Yepes, y el Juzgado de Paz de Ocaña. Ninguno de estos juzgados funciona hoy, e incluso en España ya no existen juzgados comarcales.

Expediente del Juzgado de Guardia de Toledo en Ocaña

Nos han interesado más los juzgados “especiales”, es decir, aquellos creados para casos específicos. El más llamativo es el “Tribunal Especial de Guardia”, que era uno de los “Tribunales Populares” que funcionaron durante la guerra civil en el bando republicano. Prácticamente fuera del control de jueces profesionales, se encargaban de delitos específicos con la intención de agilizar los procedimientos, lo que a veces daba lugar a abusos e injusticias. En concreto, los Tribunales de Guardia se encargaban de los “delitos flagrantes” de alta traición, terrorismo y espionaje, y desde 1938 también de los de “subsistencias”, es decir, de contrabando. A nosotros solo nos han llegado algunos expedientes de estos últimos delitos. El Tribunal de Guardia de la provincia de Toledo se ubicó en Ocaña porque, como es sabido, en esta localidad se situaron las oficinas del gobierno republicano desde la toma de la capital en septiembre de 1936.

Expedientes del Tribunal Instructor de Responsabilidades Políticas de Toledo
Expedientes del Tribunal Instructor de Responsabilidades Políticas de Toledo

No menos interesantes son los Tribunales de Responsabilidades Políticas instituidos tras la guerra. La provincia de Toledo dependía en este tema del Tribunal regional de Madrid, pero contaba con un Tribunal Instructor, encargado de realizar las investigaciones previas a la sentencia, así como de su ejecución. En esta ocasión, nos han llegado algunos expedientes fechados entre 1939 y 1960. Hay que tener en cuenta que toda la jurisdicción sobre responsabilidades políticas se suprimió en 1945, pero los casos abiertos siguieron su curso a veces hasta muchos años después.

Expediente de la Junta de Libertad Vigilada de Huerta de Valdecarábanos
Expediente de la Junta de Libertad Vigilada de Huerta de Valdecarábanos

Muchos condenados por delitos políticos fueron poco a poco excarcelados, pero estuvieron mucho tiempo en situación de libertad vigilada, asunto del que se encargaba la Policía pero en el que intervenían las Juntas de Libertad Vigilada, como las Juntas Locales de Ocaña (1952-1958) y de Huerta de Valdecarábanos (1945-1946). Estos organismos dependían de un “Servicio de Libertad Vigilada” creado en 1943 como instrumento para ayudar y controlar a la vez a las personas condenadas por “auxilio a la rebelión” que iban saliendo de la cárcel. En el AHPTO ya teníamos documentación de las juntas similares de Lillo y de Talavera de la Reina.

Expediente del Patronato de Presos y Libertos de Ocaña
Expediente del Patronato de Presos y Libertos de Ocaña

El seguimiento y a la vez asistencia a las personas excarceladas no siempre tuvo carácter político. En realidad, desde siempre hubo instituciones, sobre todo religiosas, que se ocuparon de asistir a estas personas. Para su coordinación, el Estado promovió desde 1915 las “Asociaciones de Patronato” vinculadas a cada prisión. Nos ha llegado la documentación de la Asociación de Patronato de la cárcel de Ocaña en los años previos a la guerra civil. Además de documentación económica y actas de sus sesiones, encontramos los expedientes de los expresos que pedían algún tipo de ayuda.  Por cierto, que todos los documentos fueron cosidos formando un único volumen, probablemente tras la guerra, cuando estas asociaciones fueron suprimidas.

Expediente de la Inspección de Justicia Municipal de Toledo
Expediente de la Inspección de Justicia Municipal de Toledo

Muy interesante es también la “Inspección de la Justicia Municipal”. No se trata de un órgano específico, sino de una función que se encomendaba a un juzgado de primera instancia, quien recibía informes y estadísticas y giraba visitas a los juzgados de toda la provincia. Durante la época de los documentos que nos han llegado (1946-1960) esta misión le correspondió sucesivamente a los juzgados de Quintanar de la Orden y Talavera de la Reina. Hoy, la inspección de la Justicia es competencia del Consejo General del Poder Judicial.

Expediente de creación del Tribunal Industrial de Ocaña
Expediente de creación del Tribunal Industrial de Ocaña

En fin, terminamos este elenco de tribunales con el Tribunal Industrial de Ocaña, cuya documentación va de 1920 a 1928. Los Tribunales Industriales son el antecedente directo de las Magistraturas de Trabajo, hoy Juzgados de lo Social, encargados de juzgar los conflictos laborales. En el AHPTO ya teníamos documentos del Tribunal Industrial de Toledo, pero estaban dentro del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la capital, así que ahora hemos aprovechado para darles entidad propia.

MAZAPÁN PARA LA NOCHEBUENA

La mayor parte de los toledanos asociamos el mazapán con la Navidad. Aunque este exquisito producto se elabora y se vende durante todo el año, es en estas fechas cuando más se consume. Y también es el mazapán, sin duda, uno de los productos más característicos de nuestra provincia. En el “Anuario Oficial de la Industria y Comercio de la Alimentación” de 1947-48, que conservamos dentro del fondo de la Delegación Provincial de Sindicatos, encontramos una detallada descripción de su fabricación acompañada de fotografías. Estas fotos no tienen identificación ni fecha, pero hace pocos días, al redactar la entrada del “Documento del mes” dentro del Portal de Cultura de Castilla-La Mancha, encontramos los negativos originales de algunas de estas fotografías que, de este modo, pueden ser fechadas antes de 1947.

El “Anuario” en cuestión se publicó por primera vez en este año y se compone, por un lado, de artículos sobre la elaboración y comercialización de distintos productos alimenticios, y por otro de la lista de elaboradores y comercializadores de toda España, ordenados por provincias, además de abundantes anuncios. La mayoría de los anuncios son muy escuetos, casi como tarjetas de visita, y solo en muy contadas ocasiones encontramos algo de color, como estos de la tapioca “Bantú”, de Vitoria o la maquinaria frigorífica del donostiarra Ramón Vizcaíno.

Tampoco encontramos muchos anuncios de nuestra provincia. Apenas hemos localizado dos: uno, muy escueto, de un pequeño industrial de Noblejas, y otro, algo más adornado, de los “Chocolates Nieto”, de Quintanar de la Orden, cuya herencia mantiene hoy la empresa Seofer Figueroa.

Lo que sí hay, naturalmente, es la lista de los industriales y comerciantes implicados. Para volver a centrarnos en la Navidad, aquí tenemos la lista de los elaboradores de mazapán de nuestra provincia. Algunos de ellos siguen con el mismo negocio, como “Peces” en Consuegra o “Sobrinos de Cañaveral” en Mora. Dos casos especiales encontramos en Sonseca. Por un lado, la empresa “Sucesor de Gil y Cía”, que alcanzó gran éxito bajo el nombre de “Donaire” hasta que fue vendida en 2015. Precisamente el comprador fue la no menos exitosa “Delaviuda”, es decir, la “Viuda de Manuel López” que encontramos en nuestro Anuario. Sin duda, habrá alguna empresa más que podría identificarse: no dudéis en decírnoslo si las encontráis. Pero permitidnos destacar a Pablo Alguacil, de Bargas, que es el bisabuelo de nuestra compañera Mª Eugenia Alguacil y cuya familia continúa hoy manteniendo su establecimiento de pastelería en la misma localidad.

Lista de fabricantes de mazapán de Toledo

¡Felices y dulces Navidades a todos!

REABRIMOS LA EXPOSICIÓN CON EL PLANO DE QUINTANAR

Hoy reabrimos nuestra exposición permanente, aunque con los condicionantes impuestos por la situación sanitaria. Con esto, todo el archivo vuelve a estar operativo, siempre dentro de las limitaciones propias del momento. Pero ya estamos aquí del todo, y los que estéis por el centro de Toledo podréis pasar un ratito a contemplar algunos de los documentos y fotografías que forman parte de nuestra memoria colectiva.

Sala de Exposiciones

Y para celebrarlo vamos a dejar expuesto uno de nuestros documentos más emblemáticos: el plano de Quintanar de la Orden de 1752. Este plano forma parte de los documentos del Catastro de Ensenada, de los que ya os hemos hablado en alguna ocasión precisamente en relación con los dibujos de Toledo y Talavera o el magnífico mapa de Olías del Rey. El mapa que hoy os presentamos es bastante más esquemático que el de Olías, pero más detallado que el de las dos ciudades de nuestra provincia. Como veis, solo señala los límites del casco urbano (de forma bastante convencional), las iglesias y los caminos, mas alguno de los comunes de la villa, como “Villaverde” o “El Monte”. En realidad, de lo que se trataba era de marcar referencias geográficas para facilitar el minucioso trabajo de identificar y describir todas las fincas del municipio. A pesar de ello, el dibujante no ha renunciado a algunos detalles estéticos aunque realistas. Así, cada iglesia tiene su propia forma, que sin duda correspondía con la realidad, y en el inicio del Camino de Miguel Esteban se han dibujado los árboles que debían formar una bonita alameda.

No todos los edificios que se dibujan permanecen en la actualidad. Quedan en su sitio, además de la parroquia, las actuales ermitas de San Sebastián, San Juan, Santa Ana y la Piedad. El templo que nuestro mapa identifica como “San Blas” hoy ha trasladado su advocación principal a San Antón, y finalmente de San Bartolomé, La Concepción  y San Pedro solo quedan hoy el recuerdo en el callejero quintanareño. Lo mismo ocurre con la zona de “Villaverde”. Evidentemente, mucho más difícil es identificar los diferentes caminos.

Si pensamos que todavía hoy el Catastro es una operación compleja y sujeta a continuas revisiones, imaginemos lo que suponía hacerla por primera vez a mediados del siglo XVIII: el esfuerzo organizativo, humano y económico fue colosal. En Quintanar, las operaciones se iniciaron con el “Interrogatorio general” el 10 de junio de 1752 y terminaron con el “Resumen del producto” (es decir, el cálculo global de lo que producían las tierras e industrias del municipio, una especie de PIB de la época) que se terminó el 2 de septiembre de 1756. En total, más de cuatro años. Obsérvese que este cálculo final está firmado en Almagro, que era una de las sedes secundarias de la Intendencia toledana. Y en este cálculo entran todos, incluidos los terratenientes.

El grueso de las operaciones catastrales fueron, como es lógico, los reconocimientos de las fincas rústicas. Pero no se descuidaron las casas del casco urbano, de las que se hacían dos reconocimientos. El primero, por orden topográfico, es decir, por calles, reflejando las casas que había en cada calle. El segundo reconocimiento se hacía por vecinos, indicando el número y calidad de las personas que vivían en cada casa. Eso sí, en todos los casos se distingue entre las propiedades de seglares y las propiedades de eclesiásticos.

ANÍS DE LA ASTURIANA

¿Sabíais que el famoso Anís de la Asturiana se fabrica en Quintanar de la Orden? Pues sí. Pero es que la vinculación de esta popular marca con la localidad manchega es mucho más estrecha que una simple localización. La empresa fue fundada en 1895 en Oviedo por Francisco Serrano  López-Brea, natural de Quintanar y que acababa de llegar a la capital asturiana, aunque algunas fuentes indican que la fundación tuvo lugar en Quintanar y después se trasladaron a Oviedo. En todo caso, el negocio prosperó con rapidez y en 1916 Francisco decide ampliarlo con una nueva destilería. Su propio pueblo era el lugar idóneo, relativamente cerca de Madrid y donde su familia poseía terrenos suficientes. Como saben todos los quitanareños, la fábrica sigue funcionando en el mismo lugar y, además, se ha convertido en uno de sus atractivos patrimoniales.

Sin duda, el Anís de Asturiana es parte de la cultura popular española de buena parte del siglo pasado. Por ejemplo, se ha puesto de relieve que a partir de los años 60 su estética publicitaria evolucionó desde unas imágenes bastante severas, casi decimonónicas, a unas “asturianas” más alegres y con un leve toque erótico (para la época), reflejo de los nuevos tiempos pero también de la atención que las mujeres empezaban a poner sobre este producto, tradicionalmente masculino. Así se refleja en estos folletos publicitarios que conservamos en el AHPTO, donde vemos claramente el contraste entre la imagen publicitaria y la tradicional de la propia etiqueta del producto.

Sin embargo, la historia que está detrás de estos folletos no es tan agradable. En efecto, en 1977 la empresa se enfrentaba a una inspección de la Comisaría de Comercio Interior de Toledo por alteración fraudulenta de precios. Estos folletos fueron enviados por el presidente de la empresa al gobernador civil, junto con un nutrido grupo de documentos administrativos, para mostrar que no había existido tal alteración. En la parte de atrás de los folletos figuran los precios que se cobraban a los minoristas. Parece que el gobernador realizó alguna gestión, pero no tenemos el expediente principal que, como queda dicho, era responsabilidad de otro organismo, así que no sabemos cómo terminaría el asunto.

Hay que tener en cuenta que en este momento el dueño de la empresa era Félix Serrano González-Solares, hijo del fundador e influyente político y empresario. Había llegado a abrir una tercera destilería nada menos que en Argentina, y en esta época era alcalde de Oviedo y procurador en Cortes. Además, fue un destacado dirigente deportivo, llegando a ser presidente del Real Oviedo (aunque a la vez era socio del Sporting de Gijón) y fundador del Club de Tenis de Oviedo. Pero nunca perdió la vinculación con Quintanar, la tierra de sus padres a pesar de que, como a casi todos los empresarios, le tocase pleitear alguna vez.