EL PUENTE CONTADERO

Al sur de La Puebla de Montalbán hay un puente, el “Puente Contadero”, hoy en desuso, del que os queremos hablar. Aunque sin duda ya existía algún tipo de puente anterior, parece que la fábrica del actual se remonta a la segunda mitad del siglo XVI. Formaba parte de la extensa red de cañadas que recorría toda la Península y precisamente su nombre se debe a que se utilizaba para contar el número de cabezas de ganado que pasaban por él. Como casi todos los puentes, cada cierto tiempo sufría derrumbes más o menos importantes a causa de las avenidas del río Tajo, y, cada vez que se hundía, los hombres y mujeres de La Puebla lo volvían a reconstruir. Así sucedió también en 1779, pero esta vez fue algo diferente, porque contamos con un detallado plano.

Plano que representa el desvío del río y la rotura de la presa del Puente Contadero, en La Puebla de Montalbán.
Plano de la rotura de la presa junto al Puente Contadero de la Puebla de Montalbán (1780)

La situación es la siguiente: el año citado la avenida del río se había llevado por delante parte de los arcos de la zona sur del puente, la más alejada de la villa, donde existían dos molinos. Para alimentar los molinos, se había construido un muro a modo de presa que encauzaba el agua del río hacia ellos; en caso de avenida, el sobrante sobrepasaba el muro y se derramaba hacia la margen derecha, donde existía un amplio arenal salvado por el propio puente. Bien, pues parece que el Consejo de Castilla había ordenado a los arquitectos Simón Crespo, Juan de Mazas, su hermano Tomás y José Antonio de Ibarrola reparar el puente. Para ello habían tapado la entrada del agua a los molinos con un monte de arena, lo que había provocado la rotura de la presa, que era propiedad del Duque de Uceda. El pleito estaba servido y lo conservamos en nuestro archivo. Entre las diversas pruebas presentadas, uno de los litigantes, llamado José Hernández Sierra, aporta un estupendo plano del área afectada con los desperfectos causados por el desvío del cauce del río. El plano es una pequeña joya. Fijaos, por ejemplo, en el minucioso dibujo de los molinos y de sus canales.

Plano del Puente Contadero en 1878

Aproximadamente un siglo después el puente se integró en la carretera de Torrijos a Navahermosa, actual CM-4009, pero no por ello dejaba de derrumbarse, y lo hacía por el mismo sitio. La crecida de 1877 debió ser también bastante fuerte y se llevó por delante varios arcos del estribo sur. La Delegación de Obras Públicas se hizo cargo de las reparaciones, dirigidas por el ingeniero Emilio Grondona, al que ya conocemos de otras ocasiones como la construcción de la carretera de Toledo a Mora o el Puente de Hierro de Talavera de la Reina. Grondona plantea una solución provisional de madera y luego otra definitiva de piedra, pero lo que nos interesa ahora son los planos de la situación previa, donde encontramos los molinos y la presa prácticamente en la misma situación que en el siglo anterior. La obra terminaría en 1881.

En el Archivo de la Diputación Provincial de Toledo hemos encontrado una foto del puente de la década de 1960, tomada desde aguas abajo y donde podemos apreciar claramente los molinos, seguramente ya abandonados. En 2005 se construyó un nuevo puente aguas arriba y el antiguo quedó en desuso, aunque en los últimos años se han lanzado diversas iniciativas ciudadanas para, al menos, mantenerlo en relativo bien estado. En todo caso, como vemos en la fotografía aérea actual, los molinos ya se encuentran en ruinas, pero todavía se aprecia la presa que los alimentaba, en la parte inferior de la imagen y casi tapada por la vegetación.

MÁS SOBRE EL PUENTE DE HIERRO

Hace algo más de un año os ofrecíamos algunas fotografías de la construcción del Puente de Hierro —hoy Puente Reina Sofía— de Talavera de la Reina. En nuestra exposición “Sobre ruedas” hemos dedicado una vitrina a este puente, y por eso vamos a traerle aquí de nuevo y a mostrar otros documentos sobre él.

Proyecto de puente

En realidad, conservamos tres proyectos del mismo puente, distintos pero muy relacionados entre sí. El primero es de 1879 y fue obra de Emilio Grondona. Como se puede ver por la imagen parcial, este diseño es bastante austero. Ocho años después el ingeniero Emilio Martínez Sánchez-Gijón presentó un segundo proyecto, algo más enriquecido estéticamente y más alto respecto de las aguas del Tajo, pero, sobre todo, incorporando los arcos superiores que, como sabemos, se mantienen en el puente actual.

Proyecto de puente

Tampoco este proyecto llegó a iniciarse. El puente actual se construyó entre 1904 y 1908, obra del mismo Martínez Sánchez-Gijón bajo la dirección de Grondona; es decir, con la intervención directa de los responsables de los dos proyectos anteriores, todos supervisados esta vez por Luis Barber. Para más detalles os remitimos a nuestra entrada anterior y esta reseña en el Portal de Cultura de Castilla-La Mancha, donde también encontraréis imágenes del proyecto del puente actual. Ahora os ofrecemos las dos fotografías todavía inéditas de la construcción, realizadas por Juan Ruiz de Luna, que muestra ser tan buen fotógrafo como ceramista.

Foto de la construcción del Puente de Hierro

Merece la pena, sin embargo, contar las peripecias por las que ha pasado esta documentación hasta llegar a nuestro archivo. Estos documentos forman parte del expediente de construcción de la carreta que va de Talavera de la Reina a Los Navalmorales, actualmente identificada como CM-4102. El expediente fue tramitado por la Jefatura de Obras Públicas de Toledo. En febrero de 1984 la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha recibe las competencias de la gestión de las carreteras que transcurren íntegramente por su territorio, lo que implica, naturalmente, la entrega de la correspondiente documentación. De este modo, probablemente en ese año el expediente, junto con sus compañeros de serie, sería enviado a la Delegación Provincial de la Consejería de Obras Públicas.

Foio de la construcción del Puente de Hierro

 

Con ocasión de una restauración del puente, a finales de 1994 el ayuntamiento talaverano pide los planos a la Delegación de Obras Públicas para una exposición conmemorativa. Pero al terminar los eventos, los documentos no fueron devueltos, sino que permanecieron en las oficinas municipales sin que, al parecer, nadie los reclamara. En febrero de 2000 la Delegación provincial de Obras Públicas transfiere su documentación histórica al AHPTO, pero sin advertir que faltan los documentos sobre el Puente de Hierro. No será hasta finales de 2017 que algún trabajador municipal “descubre” los documentos traspapelados y los envía al Archivo Municipal de Talavera, donde el archivero Rafael Gómez y su equipo se percatan de la situación y, pocas semanas después, envían los documentos a nuestro archivo, para que puedan por fin descansar junto con sus compañeros después de tantas vicisitudes.

CONSTRUYENDO EL PUENTE DE HIERRO

Todos los talaveranos y comarcanos conocen sobradamente el Puente Reina Sofía, conocido como “Puente de Hierro”. Se trata del puente que salva el río Tajo formando parte de la carretera que une Talavera de la Reina y Los Navalmorales, la actual CM-4102. Hoy os ofrecemos algunas fotografías de su construcción, entre 1904 y 1908.

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En efecto, el Puente de Hierro se inauguró en octubre de 1908, después de cuatro años de obras. Pero previamente se habían realizado al menos dos proyectos más, en 1879 y 1897. En nuestro archivo conservamos los expedientes de los tres intentos, que proceden de la antigua Jefatura de Obras Públicas. En realidad, la historia del modo como esta documentación ha llegado aquí es curiosa, pero debemos dejarla para otra ocasión. En todo caso, la idea de construir un segundo puente que aliviase el saturado Puente Viejo venía siendo recurrente durante la segunda mitad del siglo XIX en Talavera, pero no se materializaría hasta entrado ya el siglo XX.

Como es sabido, el proyecto final fue obra de Emilio Martínez Sánchez-Gijón, mientras que la ejecución corrió a cargo de Luis Barber y de la empresa asturiana Duro-Felguera, todos bajo la dirección de Emilio Grondona. Para la inauguración, la empresa ofreció colocar una placa en honor de los tres ingenieros responsables, cuyo modelo adjunta en una de sus cientos de cartas conservadas.

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Digamos que, por un lado, Luis Barber tiene dedicada una popular avenida en la ciudad de Toledo —si queréis saber más sobre él, podéis consultar la documentada nota de Mariano García Ruipérez—, y por otro que Emilio Grondona, además de suegro de Barber, era cuñado del famoso político José Calvo Sotelo. De Martínez Sánchez-Gijón sabemos que fue director de las obras del Puerto de Cádiz justo antes de afrontar el puente talaverano. En fin, sobre la historia y vicisitudes del puente, puede consultarse un muy reciente artículo de Vicente Molina Sánchez, que utiliza nuestro expediente, aunque el autor lo vio antes de que llegase al AHPTO.

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Las dos fotos que presentamos, y otras dos que reservamos para más adelante, forman parte de este expediente y fueron tomadas por Juan Ruiz de Luna que, además de ceramista de fama internacional, fue un reputado fotógrafo. Aunque no nos han llegado en óptimo estado de conservación, sí son suficientes para apreciar aspectos como la maquinaria utilizada, el aspecto del río o los atuendos de los obreros, de los ingenieros, hasta del público que, paseándose por el río, acudía a curiosear en la obra. Esperamos que lo disfrutéis.

EL PUENTE DE VILLARTA DE LOS MONTES SOBREVIVE BAJO LAS AGUAS DEL PANTANO DE CIJARA

Uno más de los documentos que se muestran en nuestra exposición “Edificios de papel” y quizá el más espectacular por sus dimensiones, es el diseño del puente en Villarta de los Montes en la actual provincia de Badajoz.

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Este dibujo está incluido en un protocolo notarial de Juan de Navarra y acompaña a otros documentos textuales que contienen la contratación de las obras de reparación del puente en 1574 que incluyen las condiciones de ella, el procedimiento de subasta y la real provisión de adjudicación de las mismas.

La intervención en su factura se realizó sobre un puente medieval de la Mesta que ya existía con anterioridad, posiblemente a fines del siglo XIII o XIV y está documentado desde el siglo XV con motivo de otras reparaciones.

Su trascendencia es debida a que era un importante paso de ganado en la ruta de tránsito por la cañada real segoviana desde Castilla y León a Extremadura. A su paso los ganados y mercancías debían satisfacer el pontazgo, derecho que cobraba el municipio de Villarta a quienes lo atravesaban y que hasta el siglo XIX se siguieron cobrando sus beneficios por el arzobispo de Toledo y el duque de Osuna.

La puesta en marcha del Plan Badajoz y el aprovechamiento de las aguas del Guadiana, condujeron en 1956 a la construcción del embalse de Cijara. Su fábrica y su pasado quedaron sumergidos para siempre bajo las aguas, a excepción de las épocas de sequía en las que emerge y resurge cual ave fénix. Ahora y desde hace meses por la escasez de lluvias y la consiguiente bajada del nivel de las aguas, puede observarse prácticamente al completo y permite ver que a pesar de llevar más de 60 años sometido al deterioro producido por el líquido elemento, conserva su estructura original en un relativo buen estado.

El puente está construido de mampostería y ladrillo y tiene más de 225 metros de longitud, en origen se elevaba para atravesar el río Guadiana. No ha sido identificado correctamente hasta hace pocos años por quienes lo habían estudiado. Primeramente, Verardo García Rey que ya en 1924 estudia a su arquitecto y transcribe las condiciones de la obra, lo confunde con el puente, en efecto desaparecido de Villarta de San Juan en Ciudad Real, y la misma hipótesis errónea sostuvo posteriormente Fernando Marías. Fue Luis Benítez de Lugo, quien lo aclara e identifica al plano del puente con el de Villarta en Badajoz. En numerosos blogs que ensalzan las maravillas naturales y constructivas de estas tierras extremeñas se han difundido las imágenes y la historia de este puente, siendo Theófilo Acedo Díaz quien ha publicado la última monografía sobre él.

Analizando nuestros documentos, el puente debía estar a mediados del XVI realmente maltrecho, una petición anterior de los vecinos de Villarta no llegó a materializarse. Fue en 1573 cuando a instancia del Consejo de la Mesta y a través del corregidor de Toledo, se promueve la autorización real y el sufragio económico que permita el desarrollo de estas obras. Según sus condiciones donde se especifica las mejoras que se iban a realizar, debió ser una obra de gran envergadura que debían ejecutarse en el plazo de tres años y que debía respetar y realizarse en el mismo estilo de lo anterior: “Primera condición que desde lo sano de la puente hasta el largo que en la traça va señalado se hagan e se helixan diez y nueve arcos y diez y ocho pilares del gueco y alto y grueso y ancho de al puente de lo questa hecho que en la traça va desinado y con las mismas labores y horden de lo viejo”.

Se adjudicaron las obras al maestro de albañilería y cantería toledano, Jerónimo de Espinosa, el 30 de marzo de 1574 por la cantidad de 4500 ducados, tal como reza la real provisión. Con anterioridad, Espinosa ya había ejecutado otras obras diseñadas por el arquitecto Hernán González. Dos meses después había ya entregado las debidas fianzas y eleva una petición del adelanto de 1500 ducados que suponía un tercio del pago total y dice que había recibido ya mil, pero que se le debían otros 500. Añadió una segunda petición, que para poder acometer la obra: “se a de haçer un paso e puente de maderas desde los arcos que quedar a de a puente hasta la tierra para que pasen los ganados y las rrequas que por allí pagan en el ínterin que la hobra se hace y froga porque de otra manera yo no podre haçer las obra e pues esto no ha de ser a mi costa ni estoy obligado a ello pido y suplico a V. M. de orden como se aga por que yo pueda con mas brevedad haçer y cumplir lo que soy obligado”. El corregidor Juan Gutiérrez Tello, acepta concederle los quinientos ducados que añadir a los mil ya recibidos, y en cuanto a la realización del paso provisional de ganados, ordena remitirlo a su majestad y al consejo y real para que lo provean.

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En cuanto a la traza representa el proyecto de puente que fue diseñado por el arquitecto Hernán González, discípulo de Alonso de Covarrubias a quien éste sucedió como maestro mayor de las obras de la Catedral desde 1566. Entre el diseño y las imágenes actuales del puente (no las únicas, pero entre otras las que aparecen en esta web y esta otra web existen algunas diferencias; bien modificaciones realizadas en el momento de la ejecución o bien a lo largo de los siglos siguientes en diferentes remodelaciones. No obstante, su aspecto es lo suficientemente fiel a aquella gran reforma sufrida en el siglo XVI como para identificarle y aseverar que se trata del mismo puente, joya arquitectónica a la que por desgracia no se le puede augurar un próspero futuro.