MÁS NIEVE EN TOLEDO

No es la primera vez que recurrimos a alguna fotografía de la ciudad de Toledo bajo la nieve para despedir el año. Y es que es casi imposible sustraerse a la imagen generalizada que asocia la Navidad a los paisajes nevados, a pesar de que en realidad este fenómeno meteorológico es relativamente raro por nuestras latitudes, más aún desde que el cambio climático ha hecho sentir sus efectos. Por eso no tenemos demasiadas referencias textuales ni gráficas a la nieve en Toledo y su provincia. Pero alguna hay.

Plaza nevada

Hoy os traemos dos fotos de sendas plazas toledanas bajo una gruesa capa blanca. Ambas son imágenes estereoscópicas. Como sabéis, la fotografía estereoscópica fue una técnica que trataba de reproducir el efecto de profundidad que nos ofrecen nuestros dos ojos que, al estar separados entre sí unos 6,5 centímetros, captan siempre dos imágenes a la vez que luego se funden en nuestro cerebro. Las cámaras estereoscópicas hacían exactamente lo mismo: captaban dos imágenes simultáneas levemente separadas entre sí de manera que, una vez reveladas y gracias a unos visores especiales, dieran como resultado una imagen con sensación de profundidad, o de 3D, como diríamos hoy. La estereoscopia se inició hacia 1840 y entró en decadencia a partir de la década de 1910. Sin embargo, muchos fotógrafos siguieron practicando esta técnica, que seguían reclamando algunos clientes, poseedores de los visores especiales que hemos citado. Así ocurre con la foto de la plaza del Ayuntamiento, mirando hacia la Catedral, que se ha datado en la década de 1930.

Plaza nevada

Más moderna incluso parece ser la segunda imagen que os ofrecemos, que muestra la Plaza de San Justo y podría datarse en la década de 1950, cuando este tipo de fotografías ya debían considerarse casi reliquias. En todo caso, os animamos a que os fijéis en las dos imágenes de cada fotografía, y observéis las diferencias entre ellas, aunque desgraciadamente el efecto de profundidad se pierda por completo al contemplarlas sin su visor. Con estas imágenes os deseamos lo mejor para el próximo año 2020.

LA PLAZA DEL RELOJ DE TALAVERA DE LA REINA

Hoy os ofrecemos esta estupenda fotografía de la emblemática Plaza del Reloj de Talavera de la Reina, procedente del fondo fotográfico “Rodríguez” y que ya podéis contemplar bien ampliada en nuestra exposición permanente. El cartel de toros que aparece en la torre que da nombre a la plaza, a la izquierda de la imagen, nos permite datarla en el verano de 1921.

panel grande 4

Aunque propiamente no es la “plaza mayor” de la ciudad, privilegio que corresponde a la Plaza del Pan, no cabe duda de que la Plaza del Reloj ha sido históricamente el auténtico centro comercial talaverano. Documentada desde finales del siglo XII, se sitúa en el punto de confluencia de varios caminos,  justo extramuros del primer recinto amurallado. Como sabéis, es frecuente en las ciudades medievales que las explanadas donde se celebraban las ferias y mercados estuvieran situadas en este tipo de lugares, protegidos por las murallas pero abiertos a las vías de comunicación.

A finales del siglo XV se colocó aquí el primer reloj público de la ciudad, pero a principios del XVII se fabricó una nueva maquinaria y también se construyó una torre expresamente diseñada para albergarla. Esta es la torre cuyo tramo inferior vemos a la izquierda. La torre fue demolida en 1934 y sustituida por el edificio actual, donde también se colocó un nuevo reloj. Sin embargo, el nombre oficial de “Plaza del Reloj” solo llegaría en 1980. Anteriormente, desde que en el siglo XVII empezó a denominarse “Plaza de la Villa”, ha tenido diversos nombres, desde “Plaza del Comercio” a los diferentes monarcas reinantes: Fernando VII, Isabel II, Alfonso XIII. Pero el nombre que más tiempo ha ostentado ha sido el de “Plaza de la Constitución”, que campea en nuestra fotografía: entre 1820 y 1823, entre 1836 y 1927, y entre 1931 y 1936.

Además de la Torre del Reloj, observamos dos torres más, pertenecientes a la vieja muralla, a lo largo de la calle Corredera del Cristo. Precisamente en la primera de las dos torres citadas se encuentra la capilla del Cristo de los Mercaderes, labrada a mediados del siglo XVIII y que da nombre a la calle. Desde ahí y viniendo hacia la plaza diferenciamos algunos comercios, como la Botica de Serranillos o el negocio de Sucesores de Moro y Compañía, un auténtico bazar donde se anunciaban hierros, muebles, paquetería, curtidos, ferretería y “drogas” (es decir, artículos de droguería). También vemos un anuncio de los almacenes de Marcelino Rodríguez, en la cercana calle Pi y Margall, hoy San Francisco. Y el infaltable anuncio de la función del día en el Teatro Victoria.

Hay muchos otros detalles llamativos en esta fotografía, como el empedrado, los soportales o la vestimenta. Pero nos ha llamado la atención el automóvil, con su bocina, apostado junto a uno de los primeros surtidores de gasolina de la ciudad, que no se trasladaría hasta los años 30. Y uno más: el cartel de toros que nos ha servido para datar la fotografía dice que en la corrida de novillos, celebrada el día Santiago de 1921, el principal espada era “Paquiro”. Hemos encontrado varios toreros y novilleros con este nombre, pero ninguno que encaje en esta fecha, de manera que, como siempre, cualquier ayuda por vuestra parte será más que bienvenida.