LOS JURADOS DE EMPRESA

Los Jurados de Empresa se crean en agosto de 1945 y fueron una de las concreciones más claras del concepto franquista de las relaciones laborales. Se conciben como “la representación genuina de los elementos que integran la producción ante la Empresa, los Sindicatos y el Estado” y debía existir uno en cada empresa de más de 50 trabajadores, aunque este número varió a lo largo del tiempo. En resumen, se trataba de los órganos que canalizaban la participación (controlada, por supuesto) de los trabajadores en la gestión de la empresa. Estaban presididos por el dueño o gerente de la empresa y sus miembros eran elegidos por los diferentes grupos profesionales de trabajadores. En las empresas más pequeñas, o como primer escalón de representación en las más grandes, existían también los “enlaces sindicales”. En 1953 se reguló detalladamente su funcionamiento y en 1958 se les encomendó participar en las negociaciones de los convenios colectivos. Los Jurados de Empresa fueron suprimidos por el Estatuto de los Trabajadores de 1980, que encomienda la representación laboral a los Comités de Empresa.

Por su propia naturaleza, la documentación de los Jurados de Empresa debería conservarse en los fondos de cada una de las empresas. Sin embargo, el control que ejercía sobre ellos la Delegación Provincial de Sindicatos hizo que mucha de su documentación haya acabado en el fondo documental de esta institución. Por ejemplo, estas fotografías, que acompañan a un informe sobre un acto celebrado en Talavera de la Reina en diciembre de 1974 con ocasión de la toma de posesión de los Jurados de determinadas empresas de la comarca.

Acta de reunión del Jurado de Empresa del Salto de Castrejón
Acta de reunión del Jurado de Empresa del Salto de Castrejón

Entre los documentos enviados a la Delegación se encuentran las actas de las reuniones de los Jurados. En general, estas actas son muy breves y, además de su contenido explícito, transmiten una sensación de tranquilidad laboral que a veces nos sorprende. Por ejemplo, esta del jurado de la empresa “Salto de Castrejón”, de La Puebla de Montalbán, donde se plantea nada menos que el despido de todo el personal por fin de obra en 1966 (se refiere, evidentemente, a la construcción del pantano del mismo nombre). La reunión, según el acta, duró apenas una hora y nadie, por lo visto, hizo ningún comentario digno de mención.

Informe sobre elecciones de Jurados de Empresa
Informe sobre elecciones de Jurados de Empresa

Pero los conflictos se presentan, aunque a veces haya que leerlos entre líneas. En las elecciones de 1960 a jurados de la empresa “Cementos Hispania”, de Yeles, hubo más de cincuenta papeletas en blanco. El funcionario que informa de esta y otras elecciones a sus mandos en Madrid atribuye esta circunstancia a que los trabajadores “son de una gran incultura que repercute en una abulia que da como resultado la indiferencia”, tanto más, según el informante, que esta abstención se ha producido en el sector de “peones de cantera”.

Fragmento de Hoja Informativa sindical
Fragmento de Hoja Informativa sindical

En los últimos los del franquismo los conflictos son ya más evidentes. Así, en la “Hoja Informativa” que el Sindicato Nacional de Transportes y Comunicaciones elaboró de forma especial para los trabajadores de RENFE en marzo de 1973, después de tratar aspectos salariales y de organización del trabajo, su presidente añade una apostilla sobre ciertos rumores relativos a su actuación personal. Desde luego, el texto merece la pena.

AISS

Aunque parezca una onomatopeya, se trata de unas siglas que, desarrolladas, significan “Administración Institucional de Servicios Socio-profesionales”. Ya no es una onomatopeya, pero sí un galimatías. Hoy vamos a hablar de esta peculiar institución. En realidad, se trata de un organismo destinado a liquidar otro, la Organización Sindical o “Sindicatos Verticales”, es decir, el entramado administrativo organizado durante la dictadura franquista para encuadrar y controlar todo lo relacionado con las cuestiones laborales, entendidas en un sentido muy amplio. Ya hemos mencionado en otras ocasiones esta singular y complejísima estructura, dependiente del único partido político legalmente permitido en la época. Con la llegada de la democracia y la libertad sindical, los Sindicatos Verticales dejaron de tener sentido, pero para entonces acumulaban una ingente cantidad de medios materiales, sobre todo edificios, y varios miles de trabajadores. La AISS fue la solución.

Informe sobre el personal procedente de la AISS en Toledo, 1979

Este organismo, creado en octubre de 1976 y dependiente de la Presidencia del Gobierno, recibió todos los bienes materiales y todos los trabajadores de la antigua Organización Sindical con el objetivo de irlos distribuyendo de la mejor manera posible por los diferentes Ministerios. Hay que decir que la AISS resultó tremendamente eficaz, y en menos de nueve meses el reparto estaba terminado en sus líneas básicas, aunque el organismo no fue formalmente suprimido hasta 1986. En este documento podéis ver cómo quedó la distribución de funcionarios de Toledo en 1979, aunque de los comentarios del propio documento se deja entrever que el cambio no fue siempre fácil.

Instrucciones para la transferencia de documentación

Una cuestión muy importante para nosotros fue el cuidado que la AISS tuvo con la documentación de los antiguos sindicatos, aspecto en el que hay que destacar la labor de José Manuel Mata Castillón, nombrado director del archivo de la AISS y que luego sería Subdirector General de Archivos del Ministerio de Cultura. En efecto, Mata se ocupó de que todos los archivos de las distintas oficinas sindicales fuesen transferidos a las delegaciones provinciales de la AISS y luego, desde allí, enviados a los correspondientes Archivos Históricos Provinciales, redactando detalladas instrucciones como las que aparecen en la imagen.

Acta de entrega de documentación

Así ocurrió también en Toledo, donde las distintas oficinas comarcales y locales de los antiguos Sindicatos fueron enviando su documentación a la sede de la AISS, en el todavía hoy conocido como “Arco de Sindicatos”, durante 1977 y 1978. El documento que os ofrecemos es el acta de entrega de esta documentación por parte de la delegación comarcal de Illescas. Pero la falta de espacio en el AHPTO motivó que en ese momento los documentos se quedaran allí, al principio custodiados por la propia AISS y después por la Delegación provincial del Ministerio de Trabajo. Hubo que esperar casi veinte años, hasta febrero de 1997, para poder trasladar los documentos al Archivo, aunque para entonces ya estaban bastante desorganizados y hasta 2011 no se terminaron las labores de reorganización y descripción. De este modo, y aunque sea de forma un tanto trastabillada, también en este punto la AISS cumplió su misión y los documentos de los antiguos sindicatos franquistas hoy pueden ser utilizados por investigadores y ciudadanos en general.