Hace unos días os presentábamos algunos documentos relacionados con judíos medievales de nuestro archivo. Hoy vamos a ver documentos relacionados con el mundo musulmán, aunque entendido esta vez de manera más flexible.


En efecto, si ya os dijimos que era difícil encontrar a los judíos en los documentos porque rara vez se asociaban a elementos visibles como firmas o sellos y había que buscarlos en el interior de los textos, mucho más ocurre eso con los musulmanes. Como podéis ver, para encontrarlos hay que sumergirse en los apretados textos de la letra cortesana del siglo XV. Pero al fin hemos encontrado a Hamete, hijo de Maestre Yuçaf Alvaní (¿albañil?), moro morador en Talavera, al que, en enero de 1461, el cura de la parroquia de San Pedro arrienda por cinco años una tienda junto a esa iglesia, por un precio de cinco reales anuales. Y unos años más tarde, en junio de 1497 y también en Talavera, el alcalde, el prioste y el avenidor de la cofradía de Santa María del Prado dan a censo enfitéutico la mitad de una viña en el llamado pago del Rey a “Homat, hijo de maestre Abdallá Chirón, herrero, moro, morador que sois en esta dicha villa de Talavera”, por precio de 70 maravedíes anuales. Observad cómo en ambos casos estas personas son calificadas de “moradores”, es decir, que no eran vecinos de pleno derecho aunque vivían en la ciudad.

Los mozárabes no eran musulmanes, sino cristianos viviendo en zonas de predominio musulmán. Tras la conquista de Toledo y su reino, a pesar del cambio de situación política y religiosa, los mozárabes siguieron manteniendo gran parte de su vida y costumbres, incluyendo la de firmar en árabe. Puesto que muchos de los cargos municipales de la ciudad de Toledo permanecieron mucho tiempo en manos de mozárabes, encontramos a veces estas firmas en algunos documentos. El más llamativo es el deslinde de Azután, de 1244. Aunque ya os hablamos largamente de él hace un par de años, no nos resistimos a mostrarlo aquí de nuevo, además de que podéis verlo en nuestra exposición “Historias de la Edad Media”. En él aparece la firma del alcalde mayor de Toledo, don Servant, escrita en aljamiado, que como recordaréis es la escritura castellana con caracteres árabes.
Traslado del privilegio de todos los tributos reales en favor del monasterio de San Clemente (1309) Traslado del privilegio de todos los tributos reales en favor del monasterio de San Clemente (1309). Detalle
Pero tenemos otro documento que, si no es aparentemente tan bonito, nos ofrece hasta tres firmas en aljamiado. Se trata de un traslado (es decir, una copia autenticada por notario) de un privilegio del rey Fernando IV, “sellado con su sello de plomo colgado” por el que cede al monasterio de San Clemente el producto de todos los impuestos reales de sus vasallos (los del monasterio) en el reino de Toledo, excepto la moneda forera. El documento enumera todos estos impuestos, a saber: “los pechos, los pedidos, el fonsado, la fonsadera, los servicios, la yantar, la martiniega, la marzadga y las acémilas”; para que hoy nos quejemos de complejidad fiscal. Está fechada en Toledo el 6 de abril de la era de 1347, que corresponde a nuestro año 1309. Pero después de copiar el documento se dice: “Este traslado fue sacado de la carta dicha y concertado con ella ante los escribanos de Toledo, que sus nombres escribieron en fe de él”. Sigue la fecha: 16 de mayo del mismo año. Por fin cada uno de los tres escribanos atestiguan: “Yo Ferrand Alfón, escribano de Toledo, so testigo”, y la misma fórmula utilizan sus dos colegas Ruy Pérez hijo de Juan Pérez y Ruy Pérez hijo de Pedro López. Pero lo que más nos interesa es que debajo de cada uno de sus nombres aparece su rúbrica en caracteres árabes, probablemente en aljamiado. En medio siglo aproximadamente hemos pasado de firmar simplemente en aljamiado, a tener que firmar en ambas escrituras, la árabe y la castellana, señal clara de que le uso del árabe se estaba perdiendo poco a poco entre los mozárabes de la ciudad.