LA CASA DE LA CULTURA DE TOLEDO

Esta semana cumplimos cuatro años de nuestro blog. No vamos a hacer ninguna celebración especial, pero con este motivo nos hemos acordado de un trocito de nuestra historia (y seguro que también la de algunos de vosotros): la Casa de la Cultura de Toledo. Y, claro, hemos empezado a buscar documentación.

Página de periódico con el inicio de las obras de la Casa de la Cultura
Página de periódico con el inicio de las obras de la Casa de la Cultura

Corría el año 1963 y la situación en el antiguo Hospital de Santa Cruz se había hecho insostenible. El edificio renacentista albergaba, desde 1919, tanto el Museo Arqueológico como la Biblioteca provinciales, y desde 1931 también el Archivo Histórico Provincial. Demasiado para un solo edificio. Así que el Ministerio de Educación Nacional decidió construir una “Casa de la Cultura” en la zona nordeste del complejo, y llevar allí tanto la Biblioteca como el Archivo. Los periódicos de la época recogen el inicio de las obras.

La sala Borbón-Lorenzana
La sala Borbón-Lorenzana

Estas “Casas de la Cultura” eran una solución muy utilizada en la época. No solo se separaba el Museo de las otras dos instituciones y se les daba a todos algo de espacio, sino que se creaba un organismo que debía fomentar la cultura en general en la ciudad. La Casa de la Cultura de Toledo, que tendría entrada por el paseo del Miradero, se inauguró en 1966. Una de sus estancias más celebradas era la sala destinada especialmente a acoger a la Colección Borbón-Lorenzana, auténtica joya de la Biblioteca.

La Casa de la Cultura estaba regida por un Patronato bastante numeroso y su gestión cotidiana recayó en la directora de la Biblioteca, Julia Méndez. Incluso contaba con un breve Reglamento formalmente aprobado por la autoridad competente. Lo cierto era que Casa de la Cultura y Biblioteca se confundían en la práctica, máxime porque el Archivo no tuvo director formal durante estos años.

La última década del franquismo trajo a nuestro edificio una notable actividad cultural. Los folletos, invitaciones y “saludas” que conservamos dan testimonio de la amplitud y calidad de las actividades, como este concierto del guitarrista Narciso Yepes de septiembre de 1969, o la conferencia sobre el artificio de Juanelo que, a cargo de Ladislao Reti, se celebró en junio de 1967 y fue fotografiada por Rodríguez. Incluso, si era necesario, se organizaban actividades fuera del edificio, como este espectáculo de ballet de julio de 1970. De todo ello daban cumplida cuenta las “memorias” que publicaba el centro puntualmente cada año.

Con la llegada de la democracia y el traspaso de las competencias culturales a la nueva Comunidad Autónoma las “casas de la cultura” dejaron de estar de moda. Además, el edificio se había vuelto a quedar pequeño y, la verdad, algo obsoleto. En 1992 el AHPTO se trasladó a su actual sede y seis años después la Biblioteca, unida ya a su equivalente regional, se trasladó también a la última planta del Alcázar. El edificio del Miradero quedó como mero depósito al servicio tanto de la Biblioteca como del Museo de Santa Cruz, pero en 2015 fue cerrado por completo debido a su deterioro.

LA PLAZA MAYOR DE TEMBLEQUE

En nuestra exposición “Edificios de papel” hemos reservado un lugar especial a la Plaza Mayor de Tembleque, que es sin duda uno de los lugares más bonitos de la provincia. Como sabéis, se trata de una de las plazas manchegas que mejor ha conservado su arquitectura desde el siglo XVII, a pesar de sus numerosas reformas y rehabilitaciones. No sabemos con precisión cuándo se construyó ni quién fue su autor, pero no debió ser muy anterior a 1624, cuando el rey Felipe IV la visita para asistir a una corrida de toros. De hecho, la de plaza de toros parece ser su función original, y se siguieron celebrando estos espectáculos aquí hasta 1987. En 1654 se labra en ella el magnífico Ayuntamiento de la localidad, y en 1973 es declarada Monumento Histórico-Artístico.

PA-CAJA 4-02Os ofrecemos, en primer lugar, una espléndida fotografía del torreón que preside la plaza, procedente del fondo fotográfico “Rodríguez”. La teníamos datada en los años 50 del siglo pasado, pero, al ampliarla, hemos podido ver mejor los coches que aparecen detrás del “túnel”, y ahora tenemos que retrasar su datación aproximadamente treinta años, en la década de 1920.

13877_001La segunda imagen corresponde a la portada de las llamadas “hojas de campo” del Catastro de la Propiedad Urbana. Dentro de los trabajos catastrales, las “hojas de campo” eran los primeros croquis que los ingenieros levantaban de las fincas urbanas. Por lo general, se realizaba un croquis por cada manzana o parte de calle, para después agrupar todos los de una misma localidad en forma de cuadernos, como este. Cuando encontraban algún edificio singular, solían realizar pequeños dibujos y, en el caso de Tembleque, el funcionario no pudo resistir la tentación de plasmar en la cubierta del cuaderno el monumento más representativo del pueblo. Además de la fecha (1934), podemos observar que el dibujo no resulta especialmente riguroso en cuanto a sus detalles: entre otras diferencias, en el mirador aparecen solo dos huecos o ventanas, cuando, en realidad, tiene tres. Pero lo que le falta de rigor fotográfico le sobra de gracia estética.

3616_1_026El último documento que hemos dedicado a Tembleque forma parte del proyecto de restauración integral de la Plaza Mayor que el Ministerio de Cultura encargó en 1980 al reputado arquitecto Manuel Barbero Rebolledo, cuyo fondo personal, por cierto, se conserva en el Archivo de la Universidad de Alcalá de Henares. En la memoria que se incluye con el proyecto, además de la información general sobre la obra, Barbero incluye varias páginas con dibujos de la Plaza Mayor y de otros edificios temblequeños, e incluso del interior del Corral de Comedias de Almagro, a título de comparación. Uno de estos dibujos es el que presentamos, con sabrosas anotaciones del arquitecto, como el sospechoso color rosa de la Cruz de Malta o  su disgusto con el amarillo de la fachada del Ayuntamiento o con las dimensiones de las casas aledañas.