TRES HERMANAS MILICIANAS

Hace pocos días vimos en las redes sociales una conocida fotografía de una mujer rodeada de milicianos, tomada en Guadamur el 16 de agosto de 1936. El Museo Virtual de la Mujer Combatiente afirma haber identificado a la mujer que aparece, aunque lo cierto es que ya en 2012 había sido reconocida en otra red social. El caso es que se trata de Adelaida Lozano Gómez. Nos entró curiosidad, y descubrimos que en el fondo de la Prisión Provincial de Toledo tenemos su expediente de presa que, hasta donde sabemos, no ha sido utilizado por los investigadores. No solo eso, sino que también tenemos los expedientes de sus dos hermanas, Martina y Dolores. Y, naturalmente, en las cercanías del Día de la Mujer, no podíamos dejar de contar su historia.

Expediente de presa de Martina Lozano Gómez, (fragmento)
Expediente de presa de Martina Lozano Gómez (fragmento)

De las tres hermanas, la mayor es Martina, nacida en 1899 en Corral de Almaguer, de donde sigue siendo vecina cuarenta años después. En ese momento está casada con Juan García y tiene cuatro hijos. Ingresó en la “Prisión Depósito Municipal” de Quintanar de la Orden el 10 de mayo de 1939, es decir, a los pocos días de finalizar la guerra y fue acusada de “rebelión”. Se le hizo Consejo de Guerra el 1 de julio siguiente. Gracias a la base de datos de la web combatientes.es hemos averiguado que el expediente de conmutación de su pena (suponemos que de la de muerte a la de cadena perpetua) se encuentra actualmente en el Archivo General Militar de Guadalajara. El 8 de enero de 1940 es enviada a la Prisión Provincial de Toledo, de donde saldría dos días después con destino a la Prisión Central de Mujeres de Durango. No sabemos cuándo llegó allí, pero según la investigadora Ascensión Badiola, que utiliza documentos del Archivo Histórico Provincial de Bizkaia, murió en la prisión de Amorebieta el 13 de diciembre de 1941.

Dolores Lozano Gómez había nacido en Villa de Don Fadrique en 1910, pero era vecina de Corral de Almaguer, como sus hermanas. Su historia, en la parte que conocemos, es idéntica a la de su hermana mayor, de manera que fue detenida el mismo día, ingresada en la misma prisión, sufrió Consejo de Guerra el mismo día y enviada a la prisión de Durango, con un breve paso por la de Toledo, en las mismas fechas que Martina. No sabemos nada más de ella, aunque el expediente de su Consejo de Guerra se conserva en el Archivo General e Histórico de Defensa.

Hoja del expediente de presa de Adelaida Lozano Gómez
Hoja del expediente de presa de Adelaida Lozano Gómez

Y, por fin, llegamos a la mujer de la fotografía. En realidad, de Adelaida conocemos tres fotos, la que hemos mencionado y otras dos que aparecen en una investigación de Pedro Organero y que reproduce el propio Museo Virtual de la Mujer Combatiente. Había nacido en 1916 en Corral de Almaguer. Sabemos que estaba afiliada a la Juventud Socialista Unificada y combatió en las Milicias Populares de Madrid, donde estaba en enero de 1937. También sabemos que el ejército republicano le concedió una pensión por “inutilidad”, cuyo expediente se conserva en el Centro Documental de la Memoria Histórica. Fue detenida probablemente a la vez que sus hermanas; también, como ellas, ingresada en la Prisión Municipal de Quintanar de la Orden y sometida a Consejo de Guerra, todo ello en las mismas fechas. Se conservan sus expedientes del Consejo de Guerra y de conmutación de la pena, en los mismos archivos que sus hermanas.  Pero se le envió a la Prisión Provincial de Toledo casi un mes más tarde, el 3 de febrero de 1940, en compañía de María Pérez Morato, Andrés Chacón Escobar y Aniceto Rubio García. Su estancia en Toledo fue también algo más larga, aunque no mucho, y el 10 de febrero se le envía a Durango junto con otras dos mujeres: la ya citada María Pérez Morato y Francisca Sánchez Gallego, esta última junto con su hijo Gonzalo. Y aquí perdemos también su pista.

BIBLIOTECAS MUNICIPALES Y BIBLIOBUSES

Las bibliotecas públicas forman parte del paisaje cotidiano de nuestros pueblos y ciudades. Solo en la provincia de Toledo existen 148 bibliotecas públicas, para un total de 204 municipios. Aunque hay municipios con varias bibliotecas, está claro que la inmensa mayoría de toledanos tiene cerca una biblioteca pública. Incluso cuando no hay biblioteca propiamente dicha, el servicio de bibliobuses garantiza que cualquier ciudadano pueda acercarse a la lectura sin alejarse de su casa. Pero importa recordar que no siempre ha sido así.

De acuerdo con este artículo de Roberto Soto, suele considerarse a las famosas Misiones Pedagógicas impulsadas por la II República el antecedente remoto de los bibliobuses, al menos por su intención, aunque lo cierto es que el primer servicio regular no se inauguró hasta 1953 en Madrid, orientado hacia los barrios y localidades de su extrarradio. Sin embargo, las circunstancias políticas y también algunos errores de concepción hicieron que estos primeros y escasos servicios entrasen en decadencia en los años posteriores. En 1973 se decidió impulsarlos de nuevo, y esta vez la iniciativa correspondió a Toledo, donde debe reconocerse la labor de Julia Méndez, por entonces directora de su Biblioteca Provincial. Como vemos por este documento, ya al año siguiente la flota se amplió con dos nuevos vehículos, bendecidos por el cardenal Marcelo González. No sabemos si la mano arzobispal tuvo algo que ver, pero el caso es que esta vez el sistema funcionó.

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Pero, como decimos, la mayor parte de los municipios tienen su propia biblioteca, aunque en verdad esta presencia ubicua es muy reciente. La Estadística de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha informa de que en 1979 existían 18 bibliotecas en nuestra provincia, 10 de las cuales se habían creado a partir de 1960. Desgraciadamente, no detalla la ubicación de estas bibliotecas, pero podemos suponerlas situadas en las localidades más grandes, en especial Toledo y Talavera de la Reina. En diciembre de 1979 el entonces “entre preautonómico castellano-manchego” asumió las competencias en materia de gestión y coordinación bibliotecaria. No es casualidad que precisamente entonces empiecen a aparecer en nuestro archivo los expedientes de construcción de bibliotecas municipales, financiadas todavía por el Estado pero con el evidente impulso de la naciente “preautonomía”. Hasta se editaron folletos divulgadores, como este de la biblioteca de Consuegra, fechado en 1980, con una fotografía del mural que presidía su salón de actos. En estos folletos era habitual también incluir los planos del nuevo edificio, como vemos en el caso de Corral de Almaguer, de 1979.

El Estatuto de Autonomía de agosto de 1982 amplió estas competencias a la práctica totalidad de las bibliotecas de la región. A partir de ese momento sería ya la Junta de Castilla-La Mancha la que dirigiera y financiara la construcción de bibliotecas municipales. Gracias a ello entre 1980 y 1999 se crearon 104 nuevas bibliotecas en nuestra provincia: cinco veces más que en toda la historia anterior. Si añadimos que desde 2000 a 2012 se han puesto en marcha otras 26 bibliotecas, no podemos menos que reconocer la responsabilidad directa de la Comunidad Autónoma en la introducción de las bibliotecas como parte del paisaje habitual de nuestros pueblos y ciudades.