DE TALAVERA A ÁVILA

La carretera que va desde Talavera de la Reina a Ávila es la más antigua construida en nuestra provincia de la que tengamos nosotros documentación. Esto no significa que haya sido realmente la más antigua, porque sin duda en algún archivo de oficina permanecerán aún los expedientes de construcción de otras carreteras. Pero esta es la más antigua que conservamos en el AHPTO. De la abundante documentación de este expediente nos vamos a fijar en el plano general, que incluye además los perfiles de las dos opciones que se barajaron y de las que hablaremos enseguida. Pero antes, hay que reconocer el estupendo trabajo realizado por nuestra compañera Mª Dolores García-Ajofrín, que ha conseguido meter en una sola imagen un documento de más de dos metros y medio de ancho.

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Esta carretera fue incluida en el Plan General de Comunicaciones de septiembre de 1860. La memoria descriptiva de la obra es muy clara sobre los motivos que impulsan a realizarla: “Hoy con el mal camino que existe y por el cual se dificulta además notablemente el tránsito por marchar constantemente por terreno muy quebrado, pasan en gran abundancia, llegando hasta Santander, las legumbres y frutas tempranas de toda la vera de Plasencia, los aceites de tierra de Talavera y gran cantidad de ganado vacuno, lanar y de cerda de la mayor parte de Extremadura”. La nueva vía estaría llamada a mejorar este comercio e incluso a aumentarlo.

El proyecto fue firmado por el ingeniero Manuel Aramburu el 31 de mayo de 1861 y recibió el visto bueno ministerial en diciembre del mismo año. Digamos que Manuel Aramburu y Pelayo fue un destacado ingeniero, especializado después en obras ferroviarias. Por su intervención en las obras de conexión ferroviaria entre España y Francia por Cataluña, por cuenta de la compañía Crédit Mobilier, llegó a recibir la Legión de Honor del país vecino, y también fue caballero de la Orden de Carlos III.

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Como hemos dicho, el proyecto presenta dos posibilidades. La más oriental sale directamente de Talavera de la Reina y pasa por Segurilla y Montesclaros, mientras que la otra arranca de la carretera general de Extremadura, hoy A-5, cerca de Casar del Ciego (Casar de Talavera) y pasa por Gamonal y Velada. Ambas propuestas acaban en el río Tiétar, ya en la provincia de Ávila. El propio Aramburu presenta la segunda opción como la más conveniente, no sólo porque tiene menor dificultad técnica, sino también por la utilidad económica. Como sabemos, la carretera siguió efectivamente el trazado por Casar, Gamonal y Velada.

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Aun así, como se ve por el perfil, la obra no era sencilla, debiendo salvar importantes desniveles y atravesar numerosos vados. El presupuesto total ascendió a casi tres millones de reales. De acuerdo con la legislación de la época, esta carretera se clasificó como de segundo orden y se identificó por las localidades de origen y de destino, es decir, “de Talavera de la Reina a Ávila por el Puerto del Pico”. Tras la guerra civil, se diseñó un Plan General de Obras Públicas que, entre otras cosas, estableció una nomenclatura uniforme para todas las carreteras; podéis verlo resumido en este blog. A nuestra vía le correspondió integrarse en una carretera más grande, la “carretera comarcal” C-502, que se prolongaba hasta Toledo pasando por La Puebla de Montalbán. Sin duda, con el cambio de nombre se ganó en racionalidad pero se perdió en gracia.

En 1987 el tramo de esta carretera que iba desde las cercanías de Ávila hasta el Casar de Talavera (es decir, nuestra vieja «carretera de Talavera a Ávila») fue desgajado del resto de la C-502 e integrado en una carretera de mayor rango, la N-502, que termina en Espiel (Córdoba). Así continúa hasta hoy.