ANÍS DE LA ASTURIANA

¿Sabíais que el famoso Anís de la Asturiana se fabrica en Quintanar de la Orden? Pues sí. Pero es que la vinculación de esta popular marca con la localidad manchega es mucho más estrecha que una simple localización. La empresa fue fundada en 1895 en Oviedo por Francisco Serrano  López-Brea, natural de Quintanar y que acababa de llegar a la capital asturiana, aunque algunas fuentes indican que la fundación tuvo lugar en Quintanar y después se trasladaron a Oviedo. En todo caso, el negocio prosperó con rapidez y en 1916 Francisco decide ampliarlo con una nueva destilería. Su propio pueblo era el lugar idóneo, relativamente cerca de Madrid y donde su familia poseía terrenos suficientes. Como saben todos los quitanareños, la fábrica sigue funcionando en el mismo lugar y, además, se ha convertido en uno de sus atractivos patrimoniales.

Sin duda, el Anís de Asturiana es parte de la cultura popular española de buena parte del siglo pasado. Por ejemplo, se ha puesto de relieve que a partir de los años 60 su estética publicitaria evolucionó desde unas imágenes bastante severas, casi decimonónicas, a unas “asturianas” más alegres y con un leve toque erótico (para la época), reflejo de los nuevos tiempos pero también de la atención que las mujeres empezaban a poner sobre este producto, tradicionalmente masculino. Así se refleja en estos folletos publicitarios que conservamos en el AHPTO, donde vemos claramente el contraste entre la imagen publicitaria y la tradicional de la propia etiqueta del producto.

Sin embargo, la historia que está detrás de estos folletos no es tan agradable. En efecto, en 1977 la empresa se enfrentaba a una inspección de la Comisaría de Comercio Interior de Toledo por alteración fraudulenta de precios. Estos folletos fueron enviados por el presidente de la empresa al gobernador civil, junto con un nutrido grupo de documentos administrativos, para mostrar que no había existido tal alteración. En la parte de atrás de los folletos figuran los precios que se cobraban a los minoristas. Parece que el gobernador realizó alguna gestión, pero no tenemos el expediente principal que, como queda dicho, era responsabilidad de otro organismo, así que no sabemos cómo terminaría el asunto.

Hay que tener en cuenta que en este momento el dueño de la empresa era Félix Serrano González-Solares, hijo del fundador e influyente político y empresario. Había llegado a abrir una tercera destilería nada menos que en Argentina, y en esta época era alcalde de Oviedo y procurador en Cortes. Además, fue un destacado dirigente deportivo, llegando a ser presidente del Real Oviedo (aunque a la vez era socio del Sporting de Gijón) y fundador del Club de Tenis de Oviedo. Pero nunca perdió la vinculación con Quintanar, la tierra de sus padres a pesar de que, como a casi todos los empresarios, le tocase pleitear alguna vez.