CEMENTERIOS

Los dos primeros días de noviembre siguen siendo, tradicionalmente, los días de honrar a nuestros muertos. Aunque en la actualidad estas celebraciones se hayan transformado mucho, mezclándose con otras costumbres y, en parte, perdiendo su sentido, esta sigue siendo la época de más actividad en todos los cementerios. Así que nosotros hemos buscado fotos de cementerios en nuestro archivo.

Empecemos por los cementerios de la ciudad de Toledo. Curiosamente, no hemos encontrado imágenes del cementerio actual, dedicado a la Virgen del Sagrario, inaugurado en 1893. Sí hay imágenes del cementerio viejo, el que se situaba más o menos donde hoy está el Instituto de Enseñanza Secundaria “María Pacheco”, entre las actuales Avenida de Barber y calle Rosa Parks. De acuerdo con Rafael del Cerro, del que extraemos muchos de los datos de este post, este cementerio se inauguró en 1836 y fue el primero que tuvo carácter general y municipal, sustituyendo a los cementerios que gestionaban determinadas comunidades o a los espacios de enterramiento dentro y alrededor de las parroquias. Fue clausurado en 1893, cuando se inauguró el actual, pero los familiares tuvieron todavía un plazo de 30 años para trasladar voluntariamente los restos al nuevo camposanto. Por tanto, en 1923 el Ayuntamiento ordenó la exhumación y traslado de todos los restos que quedasen, subastándose el terreno para otros usos, tal como nos cuenta el Archivo Municipal. Gracias también a la estupenda página web de nuestros compañeros podemos datar en 1910 al menos una de las fotografías que tenemos del interior de este cementerio, la que tiene como fondo la inconfundible silueta de la ciudad; la otra, tomada en sentido contrario, no hemos podido datarla pero, obviamente, se trata de imágenes de este cementerio ya en desuso.

Fotografía del cementerio de la Misericordia, la ermita del Cristo de la Vega, la Fábrica de Armas y el río Tajo.
El cementerio de la Misericordia y la ermita del Cristo de la Vega. Al fondo, la Fábrica de Armas y el río Tajo.

En la zona conocida como “Vega Baja” se han localizado dos cementerios muy cercanos entre sí. Por un lado, el de la Misericordia o de San Ildefonso, que gestionaba el Hospital de la Misericordia. Como reza la inscripción de su puerta, se concluyó en 1710, se reedificó en 1850 y funcionó hasta 1885, aunque todavía se permitía años después que se enterrasen allí a las monjas que atendían la beneficencia provincial, razón por la que también se conoce como “cementerio de las monjas”. La fotografía que os mostramos, tomada desde lejos, nos muestra su parte trasera y la ermita que preexistía a los nichos, así como la cercana puerta al Cristo de la Vega. A principios de nuestro siglo la Diputación Provincial ha intentado recuperar este espacio para usos culturales, con un éxito relativo.

Grupo de jóvenes vestidos de época en el patio del cementerio del Cristo de la Vega, junto a los nichos
Grupo de jóvenes en el patio del cementerio del Cristo de la Vega

Precisamente en el Cristo de la Vega existe también otro panteón con nichos, de estructura arquitectónica muy similar al anterior. Fue construido en 1846 para dar sepultura a los canónigos de la Catedral, función que todavía hoy sigue realizando ocasionalmente. En nuestra foto vemos a un numeroso grupo de jóvenes en este lugar. A juzgar por sus vestiduras, parece que vayan a realizar alguna función teatral.

Todas las fotografías que os hemos presentado hasta ahora pertenecen al fondo “Rodríguez”. Como sabéis, el AHPTO custodia también el fondo fotográfico de Luis Escobar, que vivió y trabajó en Albacete, donde está enterrado. Y aquí, naturalmente, encontramos fotografías del cementerio de la ciudad manchega, dedicado a su patrona, la Virgen de los Llanos. Aunque la calidad técnica no es muy buena, podemos presentaros la portada del recinto y la capilla del Cristo de las Misericordias que se encuentra en su interior.

Interior del taller de un marmolista: cinco personas trabajando alrededor de una lápida que reza "Paquita".
Interior del taller de un marmolista albaceteño.

Para terminar, queremos llamar la atención sobre una foto más especial de lo que parece. Se trata del interior del taller de un marmolista albaceteño que no hemos podido identificar. La fotografía tiene interés por presentar a una de estas pequeñas industrias en plena faena, aunque quizá también estén posando para la ocasión. Pero el caso es que la lápida está dedicada a “Paquita”. Observando la foto con atención, vemos que se trata de Paquita Escobar Ureña, es decir, la hija mayor del fotógrafo, que falleció en 1943 a la edad de 32 años. Así pues, Luis Escobar fotografió la fabricación de la lápida de su propia hija. Un caso realmente singular.

EL SOMATÉN

El somatén fue una especie de organización armada de voluntarios para la defensa civil. De origen catalán, funcionó en aquellas tierras desde la Edad Media, alternando épocas de florecimiento con otras de decadencia o de supresión. Su misión principal era colaborar con las autoridades en el mantenimiento del orden en los campos, lo que frecuentemente derivaba en la represión de cualquier actividad considerada contraria a los intereses de los propietarios rurales. En 1923, el dictador Miguel Primo de Rivera decidió extender esta institución al resto de España, dándole una organización para-militar y sometiéndolos en última instancia al Ejército. La provincia de Toledo se encuadró en la Primera Región Militar, con cabeza en Madrid. Por cierto, que el somatén madrileño fue de los pocos que llegó a editar un periódico propio, accesible en la web de la Biblioteca Nacional y donde pueden encontrarse detalles sobre la actividad del somatén toledano. En la fotografía aparece, probablemente, la constitución del somatén local de Toledo hacia 1925.

Constitución del somatén de Toledo

Los somatenes, que existirían en cada distrito judicial, distrito municipal o pueblo, estarían al mando de un “cabo” auxiliado por un “subcabo”. Podrán integrarse en ellos todos los varones de entre 23 y 60 años con las adecuadas aptitudes morales y que estén en posesión de un arma larga con su correspondiente licencia. Todos sus integrantes tendrán un carnet y deberán suscribirse al boletín oficial del cuerpo. Según los datos recopilados por Rosa María Martínez Segarra, en 1929 había somatén en 26 localidades de la provincia de Toledo, incluyendo la capital, y las cifras de afiliados oscilaron entre los 3.172 de 1925 y los 3.874 de 1927. Los miembros del somatén tuvieron, de hecho, inmunidad para casi todas sus acciones, determinados privilegios en tasas e impuestos y además eran frecuentes las fiestas y actos “patrióticos” para estimular la afiliación. Contaban con sus propias insignias y banderas, como esta, correspondiente al somatén local de Albacete.

Durante la II República el somatén fue suprimido y restituido en varias ocasiones hasta que en 1945 el régimen franquista lo recupera con la finalidad de ayudar en la lucha contra el maquis y la oposición interna. Naturalmente, los aspirantes a ingresar debían contar con informes favorables de la Guardia Civil, como este de un vecino de La Guardia en 1967.

Finalmente, el somatén se suprimió en toda España en 1978. En la actualidad, pervive en Andorra, aunque solo se convoca en situaciones especiales.

JAZZ EN LA MANCHA

El próximo viernes día 22 es Santa Cecilia, la patrona de la música. Nuestro archivo guarda muchos documentos relacionados con la música y los músicos, pero esta vez hemos querido fijarnos en la música popular contemporánea, lo que podríamos denominar genéricamente “música moderna” y hace un siglo se llamaba “jazz”, sin hacer muchas más distinciones.

Grupo de jazz

Como es sabido, el jazz es un estilo musical originado en la costa suroriental de los Estados Unidos a finales del siglo XIX, producto de la combinación de varios elementos musicales previos, como la música negra tradicional, el blues o el ragtime. Durante mucho tiempo, la palabra “jazz” identificó casi cualquier música no reconocida como “clásica” ni tradicional. Con esta idea, hacia finales de la década de 1920 llegaron a España los primeros músicos y orquestas dedicados a este tipo de música, que pronto hizo furor por nuestras tierras como en todo el mundo. Parece ser que la primera actuación de jazz registrada en nuestro país tuvo lugar en Barcelona en 1929, pero pronto se difundió por todas partes. Así lo demuestra esta foto, tomada en la plaza de toros de Albacete en 1930, que presenta al grupo “The Black Stars Band” a punto de tocar para el público manchego. Este grupo estaba liderado por Aquilino Calzado González, “El Negro Aquilino” —probablemente, en el centro con sombrero de copa—, también llamado “el Saxofón Humano”, quien pronto se haría popular al introducir el saxofón en el flamenco. Grabaría varios discos e incluso le salió un rival, Fernando Vilches “El Profesor”, y ambos llenaban las plazas de toros con sus competiciones de virtuosismo flamenco al saxo. Todavía hoy pueden encontrarse por Internet reediciones de sus discos de las décadas de 1930 y 1940, en los que colabora nada menos que un joven Sabicas.

Grupo musical

Pero no todos los músicos pudieron realizar “fusiones” de tanto nivel. Las sencillas orquestas, que pocos años antes deleitaban al personal con jotas y seguidillas, tuvieron que adaptarse con rapidez porque, entonces como hoy, el público exigía que se interpretasen las canciones populares del momento. Así que los músicos no solo aprendieron qué significaba el “jazz” y los ritmos que englobaba este término, sino que también debieron incluir nuevos instrumentos. En esta otra foto, tomada en Villalgordo del Júcar en 1935, la “Orquestina Ideal Jazz” ha incorporado una rudimentaria —desde nuestro punto de vista actual, por supuesto— batería, cuyo intérprete se destaca del resto por su colorido atuendo y su pose rebelde. El “mestizaje”, como diríamos hoy, incluye otros instrumentos ya menos exóticos pero también característicos del jazz, como el clarinete, la trompeta y el saxofón y hasta una flauta en manos del que, a todas luces, es el miembro más joven del grupo, mientras que la fuerza de la tradición se mantiene en el acordeón. Hay que decir que este grupo rural compartió nombre con otras orquestas mucho más sofisticadas y que funcionaron por los mismos años en Villena o Binéfar, y hasta se ha impulsado un festival de jazz en esta última localidad con el nombre de “Ideal Jazz”.

EL PALACIO DE LOS GOSÁLVEZ

El pasado domingo se celebró una manifestación en la localidad conquense de Casas de Benítez para exigir la restauración del Palacio de los Gosálvez. En la marcha se pidieron inversiones para restaurar el edificio de manera que pueda utilizarse como centro cultural o turístico y dinamizar así una zona muy afectada por la despoblación rural. ¿Y por qué hablamos nosotros de esto? Porque en nuestro Archivo conservamos una interesante colección de fotografías de este palacio cuando estaba en todo su esplendor, realizadas por el albaceteño Luis Escobar. Merece la pena, pues, que nos acerquemos a su historia y disfrutemos de algunas de estas imágenes.

Grupo familiar en un jardín

En la primera mitad del siglo XIX el industrial alcoyano Santiago Gosálvez y Gosálvez adquirió unos terrenos procedentes de la desamortización en el citado municipio, pero muy cerca de Villalgordo del Júcar (ya en la provincia de Albacete). Allí instaló una fábrica de harina, otra de hilados y una tercera de papel continuo, todas movidas por la fuerza de las aguas del río Júcar. El complejo industrial lo completó su viuda, Alejandra Barceló, que levantó una presa. En 1887 se hizo cargo de las empresas su nieto Enrique Gosálvez-Fuentes y Álvarez, que además montó una fábrica de luz, de manera que Villalgordo fue quizá la primera localidad española en disfrutar de luz eléctrica. Enrique Gosálvez moriría en 1938 y, pese a haber tenido once hijos, no llegó a tener ningún nieto. La fotografía nos muestra probablemente a parte de esta familia antes de una comida, en 1931, en el jardín del palacio.

Jardín y fachada de un palacio

Todos estos negocios, y algunos más que la familia tenía en otros lugares, hicieron de Enrique Gosálvez una persona muy influyente y acaudalada, y decidió construirse un palacete junto a sus fábricas para su disfrute y el de su familia. Encargó el proyecto al arquitecto Luis Sanz de los Terreros en 1902, y las obras se prolongaron durante cinco años. Sanz de los Terreros ideó un edificio ecléctico, con influencias del manierismo francés, muy del gusto de la época. Consta de un cuerpo central rectangular, a cuyos lados más cortos se adosan dos alas perpendiculares, formando una U. Tanto el interior como el entorno fueron decorados con lujo e incluso la zarina de Rusia regaló una fuente, hoy desaparecida. En la foto que os presentamos, datada en 1928, se ve el jardín posterior, el más lujoso y donde estaba dicha fuente, aunque en la foto no se aprecia.

Partido de fútbol junto a un palacio

Durante la guerra civil el edificio se utilizó como maternidad y también como albergue de niños desplazados, por lo que parece que no sufrió excesivos daños. Así lo sugiere la última de las fotografías que os presentamos hoy, fechada en 1940 y dedicada a un partido de fútbol local celebrado en las inmediaciones del palacio. A la muerte de Enrique Gosálvez las propiedades familiares, incluyendo el palacio, pasaron a su hijo Modesto, quien viviría allí pero manteniendo una vida discreta hasta su muerte en 1964. Su viuda y su hermano serían los sucesivos propietarios, pero el edificio entró en rápida decadencia. En 1994, estando ya muy deteriorado, fue vendido, y ese mismo año declarado Bien de Interés Cultural, incluyendo todo su entorno. En 2006 una empresa hotelera inició un proyecto de recuperación que no ha llegado a realizarse. Hoy, tanto el palacio como su entorno están casi arruinados, aunque se ha creado una Asociación dedicada específicamente a promover su recuperación.

OLOR A GASOLINA

A finales del siglo XIX, el automóvil se había convertido en uno de los inventos más sensacionales. Pero enseguida estuvo claro que necesitaba de cierta infraestructura que nadie había previsto. Por ejemplo, el repostaje. Parece que el primer repostaje de la historia tuvo lugar en agosto de 1888, durante el considerado también primer viaje interurbano en coche, protagonizado por Bertha Benz, esposa del ingeniero Karl Benz, uno de los padres del invento y fundador de la conocida marca Mercedes-Benz. En su camino entre Mannheim y Pforzheim, Frau Benz se detuvo en la farmacia de Willy Ocker, en Wiesloch, y compró una botella de ligroína, un derivado del petróleo utilizado entonces como producto de limpieza. Los sabrosos detalles de este viaje son muy conocidos: la intrépida conductora lo realizó a espaldas de su esposo, con la excusa de ir a ver a su madre pero, en realidad, con la intención de promocionar la nueva máquina ante su escaso éxito comercial. Durante el viaje, que se considera, también, una de las mejores acciones de márquetin de la historia, tuvo que afrontar numerosos problemas técnicos, incluyendo el del repostaje, que afrontó con ingenio y decisión, lo que ayudó mucho a las mejoras que la marca introdujo en sus modelos posteriores. No deja de resultar irónico que años después las mujeres necesitasen el permiso de sus maridos para conducir. En todo caso, hoy la ruta de Bertha Benz es un importante atractivo turístico.

Coche repostando frente a la Puerta de Bisagra

Durante bastantes años, el combustible para los automóviles se vendía en droguerías y farmacias. En Málaga todavía se hacía así en 1922.  No obstante, el primer edificio construido expresamente para esta función se ubicaba en Seattle y se abrió en 1907. Desgraciadamente, no hemos podido encontrar datos precisos sobre las primeras gasolineras en España ni en Toledo. Solo sabemos que el primer surtidor de gasolina establecido en Mallorca lo fue en 1910. En Toledo, la primera noticia datable que hemos encontrado es esta fotografía del surtidor situado frente a la Puerta de Bisagra. Al fondo, fijado a un lado de la puerta, se encuentra un cartel que anuncia “La Voz Médica”, una revista que se publicó entre 1922 y 1936. Por otro lado, el surtidor presenta el logotipo de la empresa la empresa “Petróleos Porto Pí”, fundada en 1910 y absorbida por CAMPSA en 1927, año que coincide con el final de la producción del Ford T, como el que aparece repostando y con matrícula de pruebas. Por tanto, la fotografía debe datarse entre 1922 y 1927.

En poco tiempo los simples surtidores se convertirían en amplios establecimientos dedicados a todo tipo de apoyo a los automovilistas, como se puede ver en la fotografía de la “Estación de Servicios Sandoval”, en Albacete, datable hacia los años de 1930. O en la gasolinera de la carretera de Madrid, en Toledo, que, a juzgar por el coche estacionado en ella, podría datarse en los años 1940-1950. Esta evolución desde el simple repostaje a la atención al viajero se mantiene hasta hoy, cuando en las estaciones de servicio el combustible es casi una excusa, aunque se mantenga el olor a gasolina.

PRESUMIENDO DE COCHE

Algunos inventos, además de su utilidad intrínseca, ejercen una curiosa fascinación sobre los seres humanos. Es el caso del automóvil. Todavía hoy, cuando su posesión y uso están ampliamente extendidos, determinados modelos de coche o incluso la simple presencia de uno nuevo en el vecindario llaman nuestra atención.

Uno de los indicios de esta atracción ejercida por el automóvil son las fotografías posando junto a él, como las tres que os presentamos hoy y que podéis ver aumentadas en nuestra exposición “Sobre ruedas”. Sobre todo en las décadas de 1920 y 1930, cuando los coches fueron siendo cada vez más frecuentes en nuestras calles, era habitual que la llegada de uno de ellos provocase la curiosidad de las gentes y, si había ocasión, se inmortalizase el momento. Las tres fotos que os presentamos hoy fueron realizadas en la década de 1930 por el fotógrafo Luis Escobar en la provincia de Albacete.

Grupo de personas junto a un coche

En la primera de ellas vemos a un grupo de personas, quizá miembros de una misma familia, posando junto a su coche en un paraje que no hemos podido reconocer. Es evidente que se trata de personas acomodadas, como lo muestran las ropas de la mujer y del hombre del sombrero. Llama la atención, desde luego, el joven sentado en el guardabarros en actitud desafiante, seguro de sí mismo gracias al respaldo de la impresionante máquina que tiene detrás. Por cierto, que se puede observar detrás de su cabeza su gorra, que obviamente se ha quitado para utilizarla como reposacabezas y, de paso, ocultar el símbolo de la marca del coche.

Grupo de personas junto a un coche con publicidad

Si los coches atraen las miradas de la gente, es fácil que puedan ser utilizados como medio de publicidad. Así ocurre con la segunda fotografía, fechada el 15 de abril de 1934 en la ciudad de Albacete. A la máquina se le ha incorporado una carcasa que anuncia al desinfectante “Zotal”, muy popular entonces y que todavía hoy sigue comercializándose. Probablemente el coche fue llevado a Albacete expresamente desde Sevilla, donde fue matriculado y donde la empresa anunciante tenía —y tiene— su sede. Desde luego, su llegada fue un pequeño acontecimiento y aquí tenemos a este alegre grupo de jóvenes de ambos sexos, con sus mejores galas, arremolinados junto al vehículo, sin que falten tres circunspectos guardias de asalto.

Grupo de personas junto a un coche y dos burros

Por último, una magnífica imagen de la llegada del automóvil al medio rural, en concreto a la alquería de Matas Verdes, en el municipio de Minaya. Todos sus habitantes, incluyendo los dos burros, se reúnen en torno al coche, mucho más serios que los jóvenes capitalinos de la foto anterior, pero no menos satisfechos de este signo de progreso que ha llegado hasta su aldea. Fíjense en el joven de nuestra derecha, arrodillado sobre el burro no sabemos si para alardear de sus capacidades físicas o simplemente para asegurarse salir destacado en la foto.

LA SEMANA DEL LIBRO, EN OCTUBRE

Ya sabéis que el pasado lunes inauguramos nuestra exposición dedicada al libro y las bibliotecas. Por cierto, muchas gracias a nuestro compañeros Carmen Morales y Mariano García Ruipérez, directores de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y del Archivo Municipal, respectivamente, por acompañarnos en el acto. Aprovechamos para animaros también a que visitéis la exposición “20 años en 32 instantes”, que se inaugura hoy en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, y la exposición virtual “Toledo en los grabados de Genaro Pérez Villaamil (1842-1850)” que ha montado el Archivo Municipal. Las tres exposiciones las hemos organizado de manera coordinada para celebrar el vigésimo aniversario de la inauguración de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

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Precisamente en esta imagen de la inauguración de nuestra exposición se ve una fotografía de la Semana del Libro de Albacete de 1930. Procede del fondo del fotógrafo albaceteño Luis Escobar, quien probablemente fue el autor de la instantánea, y está fechada el 12 de octubre de 1930. Una copia de esta fotografía, sin fechar, se encuentra en el Museo Pedagógico y del Niño.

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Actualmente, la Feria del Libro de Albacete se celebra, como la de Toledo y muchas otras, en primavera, más o menos cerca del Día del Libro, 23 de abril. Esto tiene su explicación. El Día del Libro se instauró en España por Real Decreto de 6 de febrero de 1926, que disponía celebrarlo el 7 de octubre, fecha del nacimiento de Cervantes. La iniciativa había partido de Vicente Clavel Andrés (1888-1967), escritor y editor valenciano afincado en Barcelona. En 1918, junto con otros libreros y editores barceloneses, funda la Cámara del Libro de Barcelona, que cuatro años después sería declarada oficial. En 1923 Clavel, a la sazón vicepresidente de la Cámara, propone celebrar un “Día del Libro” en la fecha del nacimiento de Cervantes. La Cámara apoya su idea, y la reitera en 1925 hasta conseguir su aprobación oficial. Por cierto, que parece que el texto del Real Decreto fue redactado, al menos en su parte esencial, por el propio Vicente Clavel. Pues bien, el 7 de octubre de 1930 fue martes, de manera que, habiéndose prolongado las celebraciones hasta una semana, es lógico que el día de máximo esplendor en Albacete fuese el domingo siguiente, 12 de octubre, coincidente con la entonces denominada “Fiesta de la Raza Española”.

Y es que resulta evidente el ambiente festivo y popular de esta Semana del Libro, que puede localizarse en el actual parque Abelardo Sánchez. Fijaos en el baúl que está en la parte inferior izquierda, de donde proceden, seguramente, muchos de los ejemplares que se amontonan en la gran mesa central. Solo los niños de la zona inferior derecha parece que hubieran querido estar en otra parte. Incluso a uno de ellos una mano anónima le está colocando la cara para salir lo más guapo posible en el retrato. Un auténtico día de fiesta que continúa manteniendo el mismo espíritu, como se ve en esta fotografía de Arturo Pérez, aparecida en el periódico La Tribuna de Albacete el 23 de abril de 2018.

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Será 1930 el último año en que el Día del Libro, y sus ferias asociadas, se celebren en otoño; desde ese año se cambió por la actual, 23 de abril, fecha de la muerte de Cervantes, de Shakespeare y del Inca Garcilaso de la Vega, y además de la muerte o nacimiento de varios otros escritores ilustres. En 1995 la UNESCO le dio rango de día internacional.

La Guardia Civil

Esta semana, la Guardia Civil celebra los actos de la fiesta de su Patrona, la Virgen del Pilar, que este año tienen como centro la ciudad de Toledo. Con este motivo, os ofrecemos algunas fotos de este cuerpo policial que ha formado y forma parte de nuestro entorno, en especial en el campo.

Como es sabido, la Guardia Civil se creó en 1844 por iniciativa del II Duque de Ahumada. Desde el primer momento fue concebida como una fuerza policial, pero con una organización militar. Esta doble carácter, entre civil y militar, se mantiene hasta hoy. Combina la misión genérica de policía rural con algunas tareas específicas que han ido cambiando con el tiempo, desde el control de tráfico interurbano a la vigilancia aduanera. Y, como sucede con todas las policías, es aborrecida y admirada por igual, según las circunstancias de cada uno.

La primera de las fotos que os ofrecemos hoy nos muestra a un grupo de guardias civiles a caballo reprimiendo las manifestaciones que se produjeron en enero de 1934 en la plaza de Zocodover de Toledo con motivo de la llamada “revuelta del pan”.

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Pocos meses después el gobierno, entonces presidido por Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, organizó una serie de homenajes a la Guardia Civil para agradecerles su actuación en diversas algaradas, entre ellas la que hemos mencionado, pero también, y sobre todo, la rebelión de los mineros asturianos en octubre de 1934. La fotografía corresponde al homenaje realizado en Albacete el 15 de septiembre de 1935, durante el cual se entregó una bandera al comandante Molina, jefe del cuerpo en la ciudad. Además de los propios Lerroux y Molina, se pueden identificar en la fotografía al gobernador civil José Aparicio Albiñana y a la madrina del acto, Carmen Domingo. Señalemos que apenas diez días después Alejandro Lerroux dimitiría de su cargo de Presidente del Gobierno, y que nueve meses después este mismo comandante Molina encabezaría la sublevación contra la República en Albacete. En 2005, el periódico “la Verdad” elaboró una interesante crónica retrospectiva del acto.

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Con tensiones o sin ellas, la Guardia Civil siempre ha formado parte de las estructuras de poder, sobre todo en el nivel local. Dicho de otro modo: el jefe local del cuerpo siempre ha formado parte de las “fuerzas vivas” de cualquier pueblo, junto con el cura y el alcalde. Y aquí los tenemos a los tres, aunque no hemos podido identificar ni sus nombres ni el lugar, ni tampoco la identidad del otro caballero que posa con ellos. Como siempre, cualquier sugerencia al respecto será bienvenida.

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BAÑISTAS EN VILLALGORDO DEL JÚCAR

En plenos calores veraniegos, hoy os ofrecemos esta refrescante serie de fotografías realizadas por Luis Escobar en Villalgordo del Júcar (Albacete), el 25 de julio de 1931. Se trata de un grupo de cinco jóvenes bañándose en los canales y represas que rodean esa bella localidad manchega. A juzgar por sus actitudes, y hasta por alguna de sus poses, pasaron una divertida tarde de verano que, además, no debió ser demasiado calurosa: los datos meteorológicos de ese día para Albacete capital señalan una temperatura máxima de 29° C; podéis consultarlo en el espléndido repositorio de documentos y datos meteorológicos de la AEMET (https://repositorio.aemet.es/), llamado “Arcimís” en honor del primer meteorólogo profesional de España.

Pero volvamos a nuestro alegre grupo de mozos. No podemos menos que fijarnos en sus bañadores. Todavía aparecen los tradicionales trajes de baño de cuerpo entero, pero es evidente que estaban siendo desplazados por los más modernos bañadores. Precisamente su vestimenta nos permite identificar al joven del bañador negro enterizo de la fotografía marcada con el número 16, que además es la única fotografía en la que cambia el entorno, con la persona que aparece completamente vestida en la fotografía número 10 (corregido sobre un número 17) y, parcialmente tapado, en la número 14. No sabemos si fue el último en animarse al baño, o quizá el primero en salir de él.

Como vemos, Luis Escobar se preocupaba por dejar bien identificadas sus imágenes, utilizando números o, en otras ocasiones, plasmando la fecha o la ubicación de la foto. De este modo facilitaba su venta posterior. Hay que tener en cuenta que nuestro fotógrafo compaginó su labor de estudio con la actividad ambulante. Villalgordo debió ser uno de sus puntos principales de actividad, porque se han identificado hasta 163 fotografías de esta localidad dentro de nuestro fondo, fechadas en diversas épocas.