Se llamaba José Chimenea Cabrera. Gracias a Internet hemos podido averiguar muchas cosas de su vida. Sabemos que en 1907 optó ya a una plaza de maestro en el distrito universitario de Valladolid y que en 1917 optó a un puesto de Agente de Vigilancia. En 1924 ya ejercía de maestro en Almoharín (Cáceres), donde participó en un homenaje a otro maestro. En 1928 parece que vivía en Piñuecar, al norte de la provincia de Madrid. En 1932 presentó un libro de texto titulado “Método de rectas y curvas” que fue rechazado por el Ministerio. A finales de 1934 se encontraba en Gandullas, cerca de su anterior domicilio, y ahí es cuando su destino se cruza con el de Alejandro Casona.

Como sabéis, Casona, cuyo nombre real era Alejandro Rodríguez Álvarez, fue uno de los más importantes dramaturgos españoles del siglo pasado. Lo que nos interesa aquí es que, además de escritor, era inspector de enseñanza. En 1934 ya había adquirido bastante notoriedad como autor teatral e incluso había estrenado la que será su obra más recordada, “La sirena varada”. Pero, como parte de su otra tarea profesional, le tocó inspeccionar la escuela de Gandullas. Al parecer, el trabajo de José le agradó mucho, y dejó constancia de ello en la correspondiente acta de inspección, la cual nuestro maestro copió a la letra, sin duda orgulloso de que tan famoso personaje hiciese aquellos elogios a su humilde labor. Aquí tenéis la copia en cuestión.


En abril de 1937 José Chimenea era maestro en Los Navalucillos. Estamos en plena guerra civil y este pueblo estaba todavía en zona republicana. Como es sabido, desde la toma de Toledo, la administración provincial se había trasladado a Ocaña, incluyendo la administración educativa. Entre las tareas que le correspondieron a la llamada “Sección Administrativa de Primera Enseñanza” estuvo la de organizar la evacuación de niños a México, buscando maestros que estuviesen dispuestos a acompañarles. José se ofreció voluntario, junto con su mujer y, para apoyar su pretensión, aportó la copia del elogioso escrito de Alejandro Casona. Aquí tenéis su solicitud para ir a este viaje.


No sabemos si fue y volvió o si no llegó a ir, pero de nuevo tenemos que recurrir a la red para averiguar algo sobre el resto de la vida de nuestro maestro. En el Archivo General e Histórico de Defensa se conservan dos sumarios a su nombre, y el Centro Documental de la Memoria Histórica tiene también una ficha dedicada a él, calificándole de “correligionario” de Marcelino Domingo, es decir, miembro de Izquierda republicana. No sabemos si fue condenado ni a qué pena. En todo caso, en diciembre de 1941 aspiraba al puesto de maestro de Antas (Almería), pero el jefe local de Falange de Los Navalucillos emitió un durísimo informe contrario en un oficio remitido a su colega de la localidad almeriense. A pesar de eso, parece que José pudo hacerse con el puesto, y en 1945 aparece como maestro titular de la localidad. Sabemos, finalmente, que se jubiló en 1954, ejerciendo por entonces en Almansa, y aquí perdemos su pista definitivamente.
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