Hoy os presentamos una de esas sorpresas que de vez en cuando todavía depara nuestro archivo. Esta se la debemos al historiador Francisco García Martín, habitual de la casa y al que agradecemos el aviso. En realidad, él estaba revisando los expedientes de depuración de funcionarios de Correos, una de las series documentales menos conocida pero más interesante de nuestro Archivo. Como ocurre muchas veces, muchos de estos documentos se habían escrito reaprovechando el dorso en blanco de otros más antiguos, una práctica muy habitual en todos los tiempos, especialmente en tiempos de escasez de papel como era la posguerra española. Por lo general, se reutilizaban formularios y borradores, pero entre ellos Francisco observó algunos que parecían ser diferentes y nos lo comunicó enseguida. Nosotros revisamos la serie completa y el resultado han sido once fragmentos de lo que parecen ser informes redactados por la Embajada de Alemania en España en plena II guerra mundial.

Se trata siempre de fragmentos. La hoja de papel original, como veis, fue partida en dos para su reutilización. Naturalmente, hemos intentado encajar unos fragmentos con otros para ver si conseguíamos reconstruir el original, pero no hemos lo conseguido y solo tenemos estos trozos aparentemente desconectados entre sí. Aun así, resultan ser muy interesantes y todo un ejemplo de lo que hoy conocemos como “desinformación” en un contexto de guerra, algo que, desgraciadamente, nos resulta muy familiar. Solo en uno de estos fragmentos encontramos una cabecera que nos indica que se trata de un “Boletín de información” fechado en septiembre de 1941 o fechas próximas, destinado a su difusión entre “autoridades”. Por lo que hemos averiguado, este boletín solo se publicó durante algunos años de la guerra y hoy solo dos bibliotecas en España tienen algunos ejemplares: la Universidad de Sevilla, que los tiene de 1943, y el Instituto Geográfico Nacional, que parece tenerlos de 1941 y 1942, aunque en este último caso no hemos podido confirmarlo.


Además del fragmento con el título y la fecha, nos ha llamado la atención, por razones obvias, otro en el que menciona directamente a Ucrania y a Finlandia. Los textos hablan por sí solos, aunque no debe olvidarse que, además de estar mutilados, no dejan de ser instrumentos de propaganda. Otro de los fragmentos trata de “La vida religiosa en Polonia”, en un tono ciertamente idílico.


Como es lógico, el Reino Unido es objeto de muchos de los ataques que aparecen en estos textos. Varios insisten en las supuestas quejas o reproches que provienen de sus propios aliados, como la Francia no ocupada, o de países neutrales como (todavía) Estados Unidos o Irlanda.


Un par de fragmentos se ocupan de ensalzar los logros económicos tanto en la propia Alemania como en la Noruega ocupada. Y, en fin, no faltan las notas culturales, en este caso sobre cursos para extranjeros en la Universidad de Gotinga y la publicación de la biografía de Carlos V del historiador Karl Brandi. En resumen, a pesar de ser solo textos mutilados, son suficientemente expresivos de la importancia de la propaganda política en un entorno de guerra.