LIBRO DE RUTA AL VALLE DE LOS CAÍDOS

Un libro con una portada como la que veis en la imagen no puede pasar desapercibido, y menos si está entre los expedientes de la Audiencia Provincial de 1962. El peculiar —y significativo— montaje fotográfico, y el membrete de la “Oficina de Peregrinaciones a la Santa Cruz del Valle de los Caídos”, con sede en la madrileña iglesia de Montserrat, llaman la atención de cualquiera.

Portada del "Libro de ruta"
Portada del «Libro de ruta»

El interior no es menos curioso. Junto con postales y carteles entre turísticos, religiosos y políticos, aparecen diversos escritos pegados, o incluso anotaciones en el propio libro, con sellos y firmas de autoridades civiles y religiosas. Se trata de un auténtico dossier o “álbum de ruta” en el que el dueño, al que llamaremos “ABC”, al parecer iba recogiendo todo vestigio documental que le pudiera ayudar a recoger apoyos para su idea: organizar excursiones político-religiosas al Valle de los Caídos. Hay desde su propia partida de bautismo a la bendición apostólica de Juan XXIII. Según se desprende del propio libro, ABC había realizado estas actividades en Madrid antes de ampliar su “negocio” a Toledo. Por lo visto, había conseguido apoyo incluso económico de varias personas, empresas e instituciones. Hasta convenció a una conocida imprenta toledana para que le hiciera el cartel anunciador de la excursión y otros impresos.

Cartel anunciador de la peregrinación
Cartel anunciador de la peregrinación

Para entonces la Policía ya vigilaba muy estrechamente a nuestro hombre. Según sus informes, ABC había estado organizando actividades similares en diversas ciudades españolas, siempre a costa de la buena fe de las personas, aunque no está claro si alguna vez llegó a ser condenado por ello. De todos modos, los agentes aducen, como motivo adicional de sospecha, que nuestro protagonista, pese a sus protestas públicas de católico ferviente, hacía difusión clandestina de ideas protestantes y además “vivía maritalmente” con una mujer viuda que ya tenía dos hijos y con la que ABC había tenido otro; a ojos policiales esto debía ser un argumento definitivo. Así que, después de permitirle actuar en Toledo durante un tiempo, al fin decidieron detenerle. Eso sí, antes de terminar su informe sugieren al juez que el “álbum de ruta” se devuelva a la Comisaría “para su posterior envío al Museo de la Escuela General de la Policía”. Afortunadamente para nosotros, el juez no hizo caso.

Desde luego, el “álbum de ruta” es muy singular, y no deja de sorprender que ABC hubiera conseguido tantas firmas y sellos, todos ellos auténticos, excepto la firma de Franco, que obviamente fue recortada de otra publicación. La estética nacional-católica es omnipresente, sin que falten varias páginas con recortes de periódicos relacionados con Antonio Rivera y, en general, al asedio del Alcázar.

Pero, después de todo, finalmente el juez puso en libertad a ABC, considerando que, si bien es cierto que la prometida excursión no llegó a realizarse, no fue por falta de voluntad, sino precisamente porque fue detenido por la Policía. Se devolvió su dinero a los que habían contribuido (salvo la imprenta, que perdió parte de lo invertido) y ABC quedó libre. Nosotros le hemos rastreado un poco por Internet y hemos sabido que nuestro protagonista siguió organizando actividades entre religiosas, políticas y solidarias al menos hasta 1977, y que entró y salió de la cárcel en diversas ocasiones. Sin duda, todo un personaje.

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