En nuestro archivo conservamos algunos conjuntos documentales cuya coherencia interna parece clara pero que, honradamente, no sabemos cuándo ni por qué llegaron a nuestro centro. Entre ellos hay un grupo, que actualmente ocupa apenas una caja, que consiste en cuentas del administrador del conde de Orgaz en esa villa y sus aledaños entre 1812 y 1826. Probablemente estos documentos ingresaron en el AHPTO entre 1972 y 1975, pero poco más podemos decir de ellos. Entre todas esas cuentas, trufadas de alguna que otra carta breve, nos ha llamado la atención un expediente que aparece intitulado como “Caleras de Manzaneque”.

Como es sabido, por toda la zona central de nuestra provincia son frecuentes las caleras. En el blog “Villa de Orgaz” podéis encontrar información y bibliografía sobre estas construcciones y sobre el oficio de calero. Sin embargo, nuestra documentación, pese al rótulo que campea en el expediente, no trata sobre estas instalaciones, sino que parece referirse a tierras de labranza que, eso sí, se localizaban en un paraje así denominado, quizá porque hubiese habido caleras en otros tiempos. Alguna anotación es muy clara al respecto: “El pedazo de 5 fanegas […] le tiene rompido de barbecho para sembrarle en esta sementera”. No nos resistimos a mostrar también el “cerdo cebado que pesó 13 @ y 11 ½ libras” (casi 155 kg.), entregado por el arrendatario Eusebio Sánchez como parte del pago de 1822.
Cuenta con un arrendatario Anotación
Lo más llamativo, sin embargo, es la forma de llevar el control de los pagos. El administrador confecciona una especie de mezcla entre mapa y listado que nos ha resultado muy curiosa. Fijémonos en la más antigua, de 1817. Casi toda la superficie del papel está ocupada por un gran rectángulo que representa el total de las tierras. En los cuatro lados del rectángulo se señala su orientación (Norte, Sur, Levante, Poniente) acompañada de alguna indicación geográfica precisa: el arroyo Riansares al Norte y el camino de las Carretas hacia el Este, e incluso, en la esquina superior izquierda (es decir, al nordeste) encontramos un dibujito que parece representar el pueblo de Manzaneque. El ya citado blog “Villa de Orgaz”, siempre bien documentado, nos informa también sobre los caminos, y a partir de su información podríamos pensar que quizá el “camino de las Carretas” sea en realidad el “camino de los Carros”. En todo caso, es posible que todavía hoy los que viváis por allí o conozcáis la zona podáis reconocer el lugar preciso.

Toda esta finca aparece dividida en parcelas o “suertes” rectangulares, aparentemente iguales, que se numeran consecutivamente desde abajo arriba empezando por las que están “mirando a Orgaz” y terminando por las que lindan con el camino de los Carros o, lo que es lo mismo, de Oeste a Este. Cada suerte, a su vez, está dividida en dos medias suertes, una al norte y otra al sur. El conjunto parece un damero, y dentro de cada “casilla” se anota el arrendatario, el cultivo y su situación respecto a los pagos debidos. Este sistema de mapas-esquema debió parecerle bien al administrador, porque lo repite en los años sucesivos, como este de 1824, aunque no siempre aparecen tan pulcramente dibujados.
