¿CUÁNTO COSTARON LOS GRECOS DE ILLESCAS?

Los artistas también cobran, especialmente los mejores. El Greco, por ejemplo, no era barato, aunque en ocasiones debía pasar por costosos pleitos y largas esperas hasta recibir el precio de su trabajo. Los fabulosos cuadros que pintó para el Hospital de la Caridad de Illescas, y que se exponen desde ayer en el Museo del Prado, tuvieron un precio bastante elevado, pero nuestro artista tardó dos años en cobrar. Gracias a la excepcional colección de documentos relacionados directamente con el cretense que tenemos en nuestro archivo, podemos conocer algunos de estos aspectos de la creación artística, en verdad poco glamurosos pero imprescindibles.

En concreto, dentro de nuestros protocolos notariales encontramos hasta nueve documentos relativos a la contratación y pago de esta obra; cinco de ellos llevan la firma autógrafa del Greco y otros dos de Jorge Manuel. Aquí solo vamos a presentar algunos; si queréis conocerlos todos, podéis consultar el excelente catálogo que hicieron nuestros compañeros Mª Eugenia Alguacil y Carlos Mas.

Encargo del retablo de Illescas al Greco
Encargo del retablo de Illescas al Greco

Todo empezó con el encargo que el Consejo Arzobispal hizo al artista y a su hijo Jorge Manuel (que, como veremos, será el principal agente de su padre en este asunto) de “la obra de un retablo que se ha de hacer para la capilla mayor del hospital de Nuestra Señora de la Caridad de la villa de Illescas”. Era el 25 de junio de 1603. Pocos días después Doménico ratificará el contrato ante el párroco de Illescas y ante el mayordomo y la cofradía de la Caridad. Además dará carta de pago de haber recibido “los recaudos necesarios”, es decir, la cantidad que el contratante le adelanta para que pueda iniciar los trabajos: 2.200 reales, unos 15.000 €.

Poder del Greco a Jorge Manuel para cobrar el retablo de Illescas
Poder del Greco a Jorge Manuel para cobrar el retablo de Illescas

Dos años después el encargo estaba terminado, porque el 19 de julio de 1605 el artista da poder a Jorge Manuel y a Diego de Angulo para que acuerden “la paga del retablo que tengo hecho, acabado y asentado para la imagen de Nuestra Señora de la Caridad de la dicha villa”, firmando de su propia mano.

Acuerdo para el pago del retablo de Illescas y firma del Greco en la ratificación
Acuerdo para el pago del retablo de Illescas y firma del Greco en la ratificación

Al igual que ocurrió con el famoso caso de “El entierro del señor de Orgaz”, también aquí hubo desacuerdo sobre el valor de la obra, y ambas partes (el artista y la cofradía propietaria del Hospital) fueron a juicio ante el tribunal arzobispal. Pero en esta ocasión no hizo falta sentencia, porque llegaron a un acuerdo el 19 de marzo de 1607: la cofradía pagará “un quento [un millón] de maravedís”, unos 200.000 €, incluyendo aquí todo lo que le haya sido entregado ya a cuenta. Desde luego, es una bonita cantidad, que se abonará en varios plazos antes de la Navidad del año siguiente. Se menciona al último tasador de las obras, llamado Martín Gómez Mejías. En nombre del Greco firman tanto Jorge Manuel como el doctor Diego de Angulo, y por parte de la cofradía su prioste Luis Núñez de León. Diez días después el maestro ratificará el acuerdo con su firma.

Firma de Jorge Manuel Theotocópuli en la obligación del pago de la madera del retablo de Illescas
Firma de Jorge Manuel Theotocópuli en la obligación del pago de la madera del retablo de Illescas

Hay que tener en cuenta que el artista asumía todos los gastos, incluyendo los de otros profesionales que necesitase, aunque en las condiciones del contrato se insiste en que no debe “subcontratar” los trabajos principales, es decir, la propia pintura. Y así, tenemos el documento de obligación que firma el 11 de agosto de 1607 Jorge Manuel para pagar al maderero Simón Téllez, de Toledo, que proporcionó la madera del retablo 2.500 reales, es decir, unos 17.000 €. Observad que estos artesanos solo cobran cuando lo haya hecho el artista principal, con lo que los retrasos en los pagos afectaban no solo al artista principal y a su taller, sino también a una serie de artesanos secundarios. En fin, nada que no ocurra hoy también.