Seguro que muchos de vosotros conocéis sobradamente el Catastro de Ensenada, del que ya os dimos algunas breves explicaciones hace ya algunos meses. Como dijimos entonces, el proceso de realización del Catastro de Ensenada fue bastante largo y laborioso, en especial en localidades grandes, y generó una documentación muy abundante.

Los documentos del Catastro de Ensenada se organizan en dos partes desiguales. Por un lado, las “Respuestas Generales”, es decir, la información general sobre cada ciudad o pueblo sobre la base de un interrogatorio uniforme para todos. Por otro lado, las “Respuestas Particulares”, que a su vez distinguían entre el “Estado Seglar” y el “Estado Eclesiástico”, y que incluían información detallada en documentos muy diversos, como las listas de vecinos con los habitantes de su casa (“Libros de Familias”), o las “Relaciones de Haciendas”, es decir, las descripciones de todas y cada una de las propiedades, incluyendo su uso y, por supuesto, su valor. Todo ello estaba coordinado por la “Intendencia”, es decir, la representación del Rey en cada circunscripción territorial. Recordad que, en este momento, la Intendencia de Toledo era mucho mayor que la actual provincia e incluía amplias zonas de Madrid y Cuenca, así como enclaves en Ciudad Real, Extremadura y hasta Segovia o Soria. Bien, pues la Intendencia se solía ocupar primero de las “Respuestas Generales”, que, en principio, eran más sencillas de responder. Generalmente consisten en apenas algunas páginas, pero en el caso de Toledo ocupan un tomo de 430 folios. Para hacernos una idea de las dificultades con que a veces podían tropezarse los funcionarios encargados de su elaboración, para responder a la pregunta 14, referida al valor global de los frutos de las tierras del término, se pidieron dos meses de plazo.
En todo caso, una vez elaboradas las Respuestas Generales, se enviaban a la “Contaduría Mayor de Cuentas”, un antecedente del actual Tribunal de Cuentas, y de allí pasaron al Archivo General de Simancas, donde se encuentran las Respuestas Generales de toda la Corona de Castilla. En cuanto a las Respuestas Particulares, permanecieron en las Intendencias, junto con una copia de las Generales, de donde pasaron en el siglo XIX a las Delegaciones de Hacienda y de allí a los Archivos Históricos Provinciales. Esto significa que en los AHP se conserva toda la información detallada pero solo de cada Intendencia, mientras que en el archivo de Simancas se conserva información más resumida de todo el territorio español peninsular, excepto Navarra, el País Vasco y la Corona de Aragón. En el caso de Toledo, las Respuestas Particulares del Catastro de Ensenada debieron pasar a nuestro archivo entre 1964 y 1966.
Entre los muchísimos detalles que se pueden entresacar de estos documentos, hemos destacado los dibujos esquemáticos de los términos municipales de Toledo y de Talavera de la Reina. Como veis, se trata apenas de unos croquis, que solo en el caso de Toledo representa la propia ciudad en un dibujo muy simple. Lo habitual es que, como vemos en el caso de Talavera, apenas se dibuje el propio término. Eso sí, en algunos casos excepcionales encontramos auténticos mapas, como el espectacular de Olías del Rey que os presentamos en el post al que hemos aludido antes, y algunos más que os mostraremos más adelante.
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