Ya está aquí. Como casi todos sabéis, el pasado fin de semana arrancó de nuevo la Liga de fútbol en España, sin duda la competición deportiva más popular de nuestro país. Todos los días se escriben miles de palabras y se producen horas enteras de radio y televisión dedicadas en exclusiva a este espectáculo deportivo, sin que pueda decirse claramente cuánto tiene de espectáculo y cuánto de deporte. Pero más allá de los grandes equipos y sus estrellas, el fútbol es también el deporte más practicado no solo por los españoles sino en toda Europa, Latinoamérica y también en buena parte del resto del mundo, bien sea para fomentar la salud física, como forma de competición o simplemente para divertirse.
El periodista e investigador Enrique Sánchez Lubián, en un reciente y magnífico artículo sobre los orígenes de la práctica deportiva en Toledo, nos dice que el primer partido de fútbol conocido en Toledo data de 1906, entre un equipo de la Academia de Infantería y algún equipo madrileño. En cuanto a Talavera de la Reina, las primeras noticias son de 1924 con la creación del Club Deportivo Ébora. En ambos casos y como es evidente, se trata de choques entre grupos de aficionados, en campos precarios y con reglas poco claras. Muy lejos de la “liga de las galaxias” y del VAR, pero muy cerca del entusiasmo y las ganas de pasar un buen rato. Es lo que encontramos, por ejemplo, en estas dos fotografías: por un lado, un equipo que no hemos conseguido identificar, probablemente albaceteño, fotografiado en mayo de 1932, y por otro el equipo de la Academia de Infantería en su campo de la Escuela de Gimnasia, en una fecha indeterminada.
Con estos elementos se disputaban los partidos. Ya la semana pasada os mostrábamos uno de ellos, celebrado junto al palacio de los Gosálbez entre las provincias de Cuenca y Albacete. Hoy traemos otro lance de juego, esta vez de un partido en el campo de la Escuela de Gimnasia de Toledo, más o menos en el mismo lugar donde todavía hoy se sigue practicando este deporte. En el mismo sitio, un equipo, que por el escudo probablemente se relacione con la Fábrica de Armas, parece retirarse rodeado de aficionados una vez finalizado el encuentro en 1960.
En el caso de Talavera, los partidos se desarrollaron desde el primer momento en las cercanías de la ermita de la Virgen del Prado. Después de la guerra civil, la Obra Sindical de Educación y Descanso asumió el mantenimiento y el control de estos terrenos y de la práctica deportiva en general. Aquí os mostramos el acta que firman los capitanes del “Imperio” y del “Frente de Juventudes”, en noviembre de 1947, junto con el conserje encargado, declarando que, tras el partido, las instalaciones se encontraban en buen estado; desgraciadamente, no nos dicen el resultado del encuentro.
El éxito del fútbol fue arrollador desde el primer momento, y con él vinieron las pasiones desatadas. Cuando estas pasiones son negativas, la situación puede volverse muy tensa, como aparece en este informe de la Delegación comarcal de Falange en Talavera que relata los incidentes en el partido entre el equipo local y el del Val de Santo Domingo en octubre de 1949. El texto casi podría servir para muchos partidos de hoy.
De hecho, ya desde 1929 los alcaldes podían pedir al Gobernador Civil la presencia de las fuerzas de orden público para evitar altercados, lo que hicieron con mucha frecuencia. En general, estas peticiones son bastante neutras, como corresponde a documentos administrativos, pero queremos terminar con la que hizo el alcalde de Yuncos en enero de 1968, donde especifica con sinceridad que “es norma de los equipos visitantes negarse a jugar sin la presencia de una pareja de la Guardia Civil”. Por cierto, que la solicitud no tuvo efecto porque, como indica la nota al margen y el sello de entrada en el Gobierno Civil, llegó con dos días de retraso. No sabemos qué ocurrió en ese partido.