Como ya os contamos en otra ocasión, la primera regulación seria del automovilismo en España fue el Reglamento de 17 de septiembre de 1900. Entre otras cosas, aquí se establece la obligatoriedad tanto del permiso de circulación (para el vehículo) como el de conducción (para el conductor). En el caso de este último, el Reglamento los trata prácticamente como un permiso administrativo más, que debe ser solicitado al Gobernador Civil, quien comisionará “a la persona o personas facultativas que estime oportunas, a fin de que examinen los antecedentes y documentos relativos a la aptitud del interesado, haciéndole las preguntas y sometiéndole a las pruebas que consideren necesarias”. Como vemos, nada que ver con las actuales pruebas para obtener el carnet de conducir. En 1907 se reguló el modelo de autorización y hasta 1918 no se establecerá cuáles eran esos requisitos y documentos necesarios para obtener la autorización.
En nuestro archivo no contamos con la serie de expedientes de expedición del permiso de conducir de Toledo. Sin embargo, sí que hemos encontrado alguno relativamente antiguo en otros fondos. En nuestra exposición “Sobre ruedas” mostramos el más antiguo, de 1928, que incluye además la fotografía del interesado, Vicente Martín-Ampudia Camino y que ha aparecido en su expediente policial. Así que este documento, además de ser el primer carnet de conducir que tenemos, tiene detrás una historia que merece ser contada.
Ya en su momento Roberto Félix García, siempre atento, observó que Vicente había sido secretario del Gobernador Civil de Toledo, José Vega López, en 1936, y miembro de Izquierda Republicana. En efecto, el carnet que exponemos forma parte probablemente de la documentación que la Policía encontró en su casa al incautarse de sus bienes en 1937 y que, además de su carnet de conducir, incluye algunas fotografías y hasta unos décimos de lotería. Pero quizá lo más interesante de este expediente sean algunas cartas personales que nos permiten por un momento asomarnos al ambiente de extrema tensión que se vivía en algunos pueblos de nuestra provincia los días previos al estallido de la guerra civil. Os ofrecemos algunas de ellas que, creemos, no necesitan mayores comentarios.
El grueso del expediente, sin embargo, lo componen los informes policiales y los autos judiciales que, junto con los de su expediente de preso (que también conservamos en nuestro Archivo) nos permiten conocer algunos datos de su vida. Nacido en Madridejos en 1903, aunque algunos documentos lo hacen natural de Toledo, Martín-Ampudia había sido secretario de los gobernadores civiles Juan Serrano Piñana e Isidro Liarte Lausín, y continuó en el mismo puesto con el nuevo gobernador José Vega al estallar la guerra. Vivía con su familia en el conocido como “Jardín del Armiño”, inmueble que hoy sigue conservando este nombre, y los informes policiales franquistas le consideran un auténtico factótum durante el tiempo en que Toledo permaneció bajo control republicano, relacionándole especialmente con el que denominan “robo del tesoro artístico de la Catedral” y la requisa de algunos bienes del Palacio Arzobispal.
A la llegada de las fuerzas franquistas a Toledo, parece que Vicente se marchó a Ocaña, donde se instaló el Gobierno Civil republicano. Sería finalmente detenido en abril de 1939 y, conducido a la prisión provincial, entonces situada en el convento de San Gil. En 1942 y 1943 solicitó la libertad provisional, que le fue denegada en ambos casos. Finalmente, en abril de 1944, después de haber finalizado todas sus declaraciones en los procesos pendientes en Toledo, fue trasladado a la Prisión Provincial de Madrid, donde sería juzgado por el Tribunal Territorial Militar 1º; la documentación su juicio se encuentra hoy en el Archivo General e Histórico de Defensa, tal como informa la web Innovation and Human Rights.