Entre los documentos de nuestra exposición sobre libros y bibliotecas se encuentran dos contratos de impresión de sendas obras del ilustre erudito talaverano Juan de Mariana. Uno de ellos os lo presentamos hace algunas semanas y hoy vamos con el otro.
Se trata del contrato celebrado el 27 de julio de 1618 por el que “Jerónimo Courbes, francés, mercader de libros, residente en la villa de Madrid”, se obliga a imprimir “un libro que el dicho padre Mariana tiene compuesto intitulado ‘Notaciones de la Sagrada Escritura’, para cuyo efecto el padre Mariana le hace entrega del original escrito de mano”. Hoy el libro se cataloga como “Scholia in Vetus et Nouum Testamentum” y se puede encontrar en muchas bibliotecas europeas, entre ellas la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
Como en todas las ediciones, la fidelidad al original es esencial, y así “para que no se mude nada de como va publicada, va rubricada cada foja de Pedro de Montemayor, escribano de Su Majestad”. Cada semana, el editor se compromete a enviar a Mariana todo lo que haya impreso, para su revisión, y además “la dicha impresión ha de ser de letra de lectura y nueva, y que salga la impresión toda muy correcta, y si algún pliego no saliere bueno, lo ha de tornar a imprimir a su costa, de lo cual ha de ser juez el dicho padre Mariana”. Para costear la edición, Mariana presta a Courbes la respetable cantidad de 400 ducados, que el francés devolverá en cuatro plazos, el último en abril de 1621, momento en que es presumible que haya recuperado la inversión.
Courbes deberá iniciar la impresión en septiembre de este mismo año, teniéndola terminada a finales del siguiente, utilizando al menos dos prensas y con “papel de Génova bueno”, muy apreciado en la época. Al terminar, el editor debía entregar al autor 125 ejemplares, quedando libre para comerciar en exclusiva con el resto de la edición durante cuatro años. El tema de la exclusividad era importante, y por eso se declara honestamente que “por cuanto el dicho padre Mariana tiene enviado un original de este libro a Flandes, a poder del padre Andrés Escoto, de la Compañía de Jesús, residente en Amberes, se obligó de dar al dicho Jerónimo Courbes una carta para el dicho padre Andrés Escoto para que le vuelva el dicho original al dicho padre Mariana para que no se imprima allá”. A pesar de todas estas prevenciones, se realizó una segunda edición en París en 1620.
En cuanto al editor, Jerónimo de Courbes era uno de los principales libreros de la época. Hace unos años Mercedes Agulló realizó su biografía, por la que sabemos que, además de librero y editor, se dedicó al comercio internacional en general, y tuvo varios problemas con la Inquisición precisamente por introducir en España libros prohibidos. Nació en París hacia 1591 de familia también relacionada con la producción e impresión de libros. En 1611 ya tenía una próspera tienda en Madrid, situada al comienzo de la calle Mayor, junto a la Puerta del Sol. Este editor y librero debió morir en Madrid entre 1631 y 1641. Si queréis conocer más sobre él y otros colegas de la época en Toledo, podéis recurrir a este artículo de Hilario Rodríguez de Gracia