En nuestra exposición “Edificios de papel” hemos reservado un lugar especial a la Plaza Mayor de Tembleque, que es sin duda uno de los lugares más bonitos de la provincia. Como sabéis, se trata de una de las plazas manchegas que mejor ha conservado su arquitectura desde el siglo XVII, a pesar de sus numerosas reformas y rehabilitaciones. No sabemos con precisión cuándo se construyó ni quién fue su autor, pero no debió ser muy anterior a 1624, cuando el rey Felipe IV la visita para asistir a una corrida de toros. De hecho, la de plaza de toros parece ser su función original, y se siguieron celebrando estos espectáculos aquí hasta 1987. En 1654 se labra en ella el magnífico Ayuntamiento de la localidad, y en 1973 es declarada Monumento Histórico-Artístico.
Os ofrecemos, en primer lugar, una espléndida fotografía del torreón que preside la plaza, procedente del fondo fotográfico “Rodríguez”. La teníamos datada en los años 50 del siglo pasado, pero, al ampliarla, hemos podido ver mejor los coches que aparecen detrás del “túnel”, y ahora tenemos que retrasar su datación aproximadamente treinta años, en la década de 1920.
La segunda imagen corresponde a la portada de las llamadas “hojas de campo” del Catastro de la Propiedad Urbana. Dentro de los trabajos catastrales, las “hojas de campo” eran los primeros croquis que los ingenieros levantaban de las fincas urbanas. Por lo general, se realizaba un croquis por cada manzana o parte de calle, para después agrupar todos los de una misma localidad en forma de cuadernos, como este. Cuando encontraban algún edificio singular, solían realizar pequeños dibujos y, en el caso de Tembleque, el funcionario no pudo resistir la tentación de plasmar en la cubierta del cuaderno el monumento más representativo del pueblo. Además de la fecha (1934), podemos observar que el dibujo no resulta especialmente riguroso en cuanto a sus detalles: entre otras diferencias, en el mirador aparecen solo dos huecos o ventanas, cuando, en realidad, tiene tres. Pero lo que le falta de rigor fotográfico le sobra de gracia estética.
El último documento que hemos dedicado a Tembleque forma parte del proyecto de restauración integral de la Plaza Mayor que el Ministerio de Cultura encargó en 1980 al reputado arquitecto Manuel Barbero Rebolledo, cuyo fondo personal, por cierto, se conserva en el Archivo de la Universidad de Alcalá de Henares. En la memoria que se incluye con el proyecto, además de la información general sobre la obra, Barbero incluye varias páginas con dibujos de la Plaza Mayor y de otros edificios temblequeños, e incluso del interior del Corral de Comedias de Almagro, a título de comparación. Uno de estos dibujos es el que presentamos, con sabrosas anotaciones del arquitecto, como el sospechoso color rosa de la Cruz de Malta o su disgusto con el amarillo de la fachada del Ayuntamiento o con las dimensiones de las casas aledañas.