Esta semana, en muchos lugares de toda España se organizan las fiestas mayores, asociadas a la celebración litúrgica de la Asunción de la Virgen María. En el AHPTO conservamos abundantes fotografías y documentos relacionados con estas fiestas, pero en esta ocasión nos hemos fijado en esta impresionante fotografía de la celebración en Iniesta, en la provincia de Cuenca.
Todos los años, el día de Pentecostés, los vecinos de Iniesta llevan la imagen de su patrona, la Virgen de la Consolación, desde la iglesia parroquial hasta su santuario, a unos 16 kilómetros. Ese día tiene lugar una romería muy vistosa y popular, en la que es tradición que los mozos traten de mojar a las mozas con el agua de las fuentes. El domingo correspondiente a la semana del 15 de agosto, la Virgen vuelve al pueblo en una romería similar, antes de que se celebren las fiestas mayores en la penúltima semana de agosto. La imagen que os ofrecemos corresponde a esta romería de vuelta del año 1945, es decir, al día 19 de agosto.
Esta fotografía fue tomada por Luis Escobar, el fotógrafo albacetense cuyo fondo documental conservamos en el AHPTO. De ella conocemos al menos una copia, publicada por Publio López Mondéjar en su libro “Luis Escobar, fotógrafo de un pueblo”. Más allá de su valor testimonial, es evidente que la imagen nos muestra toda la crudeza de la vida cotidiana en la España rural de la postguerra. Caras adustas y tristes, pies descalzos, cabezas rapadas, austeridad en los adornos de la Virgen y aún más en la procesión propiamente dicha, y hasta el seco paisaje de fondo justifican el apelativo con que los españoles han conocido esta época en general: “el año del hambre”.
A la derecha de la imagen, sin embargo, algunos jóvenes se esfuerzan en sonreír a la cámara, y quizá también al futuro. Destaca una muchacha con unas gafas de sol, sin duda muy llamativas en ese momento, y quizá algo mejor vestida que sus convecinas. Ella y sus dos compañeras son casi las únicas personas que parecen divertirse en este día de fiesta y nos gustaría pensar que representan la esperanza en un futuro mejor. Ese futuro mejor llegó, como podemos ver al comparar nuestra fotografía con la que el periódico digital “El Día de Cuenca” publicó el pasado 1 de junio de 2017, correspondiente a la llevada de la Virgen desde el pueblo a su ermita.